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El pacto entre el PRD y la universidad
 

El PRD ya determinó cuál será su estrategia para entrar en la competencia durante las próximas elecciones.
Su objetivo final no es ambicioso, pero sí muy realista, dada las condiciones últimas de éste partido a nivel nacional: su meta será permanecer como tercera fuerza en el estado.
Las rencillas interminables entre sus corrientes impidieron aprovechar la ola de crecimiento que hubo en los pasados comicios, y por el contrario, la efervescencia fue sólo pasajera y las cosas quedaron exactamente como estaban: el gran cacique local sigue siendo Luis Miguel Barbosa, y las decisiones de peso se toman en México, principalmente por Jesús Ortega Martínez.


Así las cosas, el procedimiento para la selección de candidatos sigue esa ruta jerárquica y ya existen algunas propuestas.


Para empezar, el grupo poblano que encabeza la presidenta del partido, María Elena Cruz Gutiérrez (que sigue las indicaciones a pie juntillas de Barbosa) están presionando para que el candidato a la presidencia municipal de Puebla sea el exrector de la UDLA, Enrique Cárdenas.


Un hombre que sin lugar a dudas tiene una imagen impecable con académico y que supo dirigir a una de las universidades de más prestigio en Latinomérica.
Además, a través de su programa de televisión, sigue manteniendo presencia y cierto nivel de conocimiento. Su trato afable le da también un plus de simpatía entre el electorado.


Enrique Cárdenas, si es que acepta, podría ser lo mejor que le pudiera pasar al PRD.


Sin embargo, en las lides naciones, no sólo se tiene hambre de votos.
Otro tipo de intereses, sobre todo, económicos, pueden mover el campo de las decisiones hacia otro perfil.


Y es ahí en donde entra el factor del exfutbolista, Roberto Ruiz Esparza: un candidato en potencia que, si bien es muy poco viable que pudiera ganar, sería un ingrediente que inyectaría un final inesperado para el próximo noviembre, sobre todo porque el mito que sólo restaría votos al Pan, es eso, un mito. Ya existe la percepción que también podría jugar en contra del PRI.


Por otra parte, en cuanto a las candidaturas a diputados, también ya existe una línea a seguir: el PRD está en plena pesca de aspirantes en las universidades. Las mejorcitas de Puebla.


Pero hay más: ya hay quien de plano decidió entrar por la puerta grande y buscar algunos académicos de cierto peso de la BUAP.


Al parecer, ya existe la venia del propio rector, Enrique Agüera Ibáñez, para que el acercamiento tenga óptimos resultados.


El efecto será interesante: de alguna manera, la universidad estará presente de manera explícita en las elecciones y se convertirá en un factor que pudiera inclinar la balanza.


La estrategia del PRD es empezar a crear la percepción entre la ciudadanía de que el partido busca impulsar a los verdaderos talentos ciudadanos: un perfil que se aleja del político convencional priísta o panista para recrear nuevas rutas que atraigan a académicos y líderes naturales para que pueda ascender a escaños de poder.


El PRD empezó ya con la BUAP: la Realística, la UDLA, entre otras, ya están anotadas en su lista.

 

En la próxima entrega, algunos nombres.

 


 

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