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El Mazo y el Yunke


El EPR en Puebla

 

Raymundo García García

 

Este pasado siete de agosto de nueva cuenta el Ejército Popular Revolucionario (EPR), volvió a emitir un pronunciamiento en contra del gobierno federal y de los gobiernos estatales de Oaxaca y de Puebla. Por cierto el tema de la presencia de movimientos armados  en suelo poblano, siempre ha sido negada por la presente administración del gobierno estatal, curiosamente al inicio del mismo, el diario Milenio presentaba un reportaje que reflexionaba sobre la presencia de grupos subversivos  o grupos armados en la entidad federativa, este señalamiento llevó a la negación rápida por parte de las autoridades estatales y como respuesta algunos medios para desmentir al gobierno publicaron fichas sobre la presencia de organizaciones de posible acción revolucionaria armada, que también se descalificaron bajo el argumento de ser atrasadas.

 

 

Tal pareciera que simplemente negando la existencia de organizaciones o grupos armados, o si se prefiere negando los posibles nexos que pudiera haber con grupos de la mixteca y sierra norte, queda garantizada la seguridad poblana. Posiblemente por miedo o falta de una estrategia bien definida se trata de olvidar el pasado de los grupos radicales de izquierda, de su preparación teórica y de acción; de su formación de cuadros, del entrenamiento de los mismos inclusive en los campos de lucha centroamericana.

 

 

Se pretende apagar la memoria  del trabajo desplegado en las sierras norte y mixteca, por activistas enarbolando la lucha social, la lucha reivindicatoria que denunciaba las pésimas condiciones de vida de los trabajadores del campo, que en los años setenta y ochentas se apostaron por obtener tierras; se olvida que desde el gobierno fue impulsada una organización de campesinos, para hacer frente a los grupos radicales que reclamaban mejores condiciones de vida en el campo y que su reclamo iba más allá, iba a la denuncia de un régimen autoritario con fuertes dosis de totalitarismo montado en los hombros de los caciques .

 

 

Al margen de su presencia ideológica en la universidad pública del Estado, el activismo de organizaciones con tendencias diferentes pero unidas o nucleadas por una visión de izquierda: maoístas, troskystas, de línea de masas o de acción revolucionaria entre tantos otros, fueron forjando organizaciones de campesinos, de amas de casa, de  estudiantes, de profesores y mostrando su presencia, su militancia con pintas en los años ochenta por todo el territorio poblano y además, con el arribo de la oportunidad de acceso al poder por la vía electoral,;algunos empezaron a penetrar espacios del poder municipal en varios municipios de manera no casual: Tlaola, Tulcingo del Valle,  Jolalpan, Miahuatlán, Huehuetla como ejejmplo, aunque su centro de concentración y activación –Huitzilan- jamás pudo ser ocupado como tal al ser repelidos permanentemente por organizaciones mercenarias gubernamentales que junto con la caída del muro de Berlín y el colapso del llamado socialismo real en 1988 más el encarcelamiento de uno de sus dirigentes que había fungido como autoridad  en una universidad del sureste mexicano los debilitó.

 

Pero el repliegue duró muy poco, con el surgimiento del EZLN, los movimientos armados en el territorio nacional también hicieron acto de presencia amenazando al gobierno federal en turno. Su presencia la hicieron notar con explosiones que tocaron el territorio poblano como la oficina delegacional del CISEN en Puebla o algunos puestos policíacos en Tehuacan.

 

 

La descalificación del ultimo gobierno federal priísta contribuyó a  la alternancia en el poder ejecutivo federal en el año 2000. Hoy  dichos grupos armados saben y conocen la debilidad de los gobiernos estatales poblano y oaxaqueño y por ello su descalificación y desprecio en su comunicado del pasado siete de agosto.

 

 

Según ellos, ante el fracaso de la vía electoral, sólo les queda la vía revolucionaria y como banderas enarbolan las acciones más impopulares de los gobiernos. Por ello en Puebla  destacan el asesinato de Teresa Tirado Evangelio –asesora en su momento del gobierno alternativo de Huehuetla- la represión en contra de Lydia Cacho, y ahora el proyecto neoliberal de la Célula. Su presencia –como en los noventa- ojalá y esté encaminada a influir en una alternancia e el poder, más que en la acción de fuerza, sin embargo, el pronunciamiento no se debe echarse en saco roto, es un llamado de atención serio, fuerte, contundente que merece su atención.

 

 

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