Opinión


Pedro Gutiérrez

23/07/2009

¿Y el panismo?


El pasado sábado unos cuantos panistas –contados diría yo- y muchos priístas fueron testigos del evento del tricolorneopanista Rafael Moreno Valle Rosas, evento que tuvo una intención eminentemente política bajo el pretexto de celebrar un cumpleaños más del senador de la república en el PAN. También la prensa fue testigo de un evento de masas, donde la llamada estructura o base social del exdiputado federal priísta se volcó en su máxima expresión para acarrear cuanta gente se dejó. Al final del camino, unas carnitas, pollos mazatecos y mixiotes, acompañados de un refresco, bien valen la pena.

 

Cualquier persona alejada de la vida política local sería incapaz de distinguir entre el evento del Gobernador Mario Marín celebrado el 10 de julio y el evento de Rafael Moreno Valle. Si las fotografías de la comida organizada por Zavala a favor del Gobernador y la del priísta pintado de azul fueran parte de uno de esos juegos gráficos que aparecen generalmente en los periódicos dominicales en donde el objetivo es encontrar las diferencias entre dos ilustraciones casi idénticas, los lectores del periódico bien podrían darse por vencidos: ambos eventos fueron de la misma naturaleza acarreadora y bajo el común denominador tricolor. Con la salvedad, claro está, de que el evento del Gobernador Marín es más genuino porque el PRI así opera; y el de Moreno Valle es hipócrita, porque quiere darse baños de panismo con los viejos modos y estilo priísta.
Como sea, el evento del multimencionado legislador da lugar a distintas lecturas políticas que son dignas de reflexión:

  1. Rafael Moreno Valle tiene una nula capacidad de convocatoria con el panismo poblano: ni los grandes liderazgos del partido, ni la militancia más comprometida con nuestra institución, concurrieron al festejo del senador. Sólo se presentó –y no fue de extrañar- Rafael Micalco, quizá en reciprocidad por haber invitado éste a aquel a la rueda de prensa en la que el partido anunció el beneplácito de la resolución de la Suprema Corte de Justicia de la Nación.

  2. Por el contrario, el evento estuvo cuerpeado por cientos de priístas que el propio senador trajo consigo desde que terminó su aventura en el PRI hace tres años. Sus incondicionales, esos que hablan muy mal del senador por abajo del agua por sus malos tratos, también estuvieron en el evento seguramente esperando que en el PAN sí puedan concretar sus aspiraciones frustradas en el seno del PRI.

  3. Si vino o no la maestra Elba Esther Gordillo me parece inocuo: la verdad sea dicha, si hubiese venido hubiera acabado con lo poquísimo de blanquiazul que tuvo el evento; pero no vino, por lo que la lectura que se deriva es que a la maestra no le interesa tanto cobijar al cachorro poblano como al delfín veracruzano, es decir, a Miguel Ángel Yunes.

  4. Los poquísimos panistas que se dieron cita en el lugar se redujeron por un lado, a un puñado de jóvenes seducidos por la verborrea de Moreno Valle –“lo mejor está por venir” y análogas- de quienes por cierto, estoy seguro, muy pronto terminarán percatándose de que no todo lo que brilla es oro; y, por otro lado, a algunos diputados federales salientes, de esos que perdieron en sus distritos electorales el pasado 5 de julio por la pésima presencia que tienen frente al electorado y que, por cierto, después del 31 de agosto tendrán como único trabajo aplaudir a Moreno Valle en los distritos que como ya dijimos perdieron –excepción hecha de Alfonso Bello, cuya altísima responsabilidad desde hace unos meses es seguir cultivando su íntima amistad con el senador-.

  5. De Cabalán Macari, Antonio Gali, Jorge Aguilar y el hermano de Luis Miguel y su séquito de modelos-escorts mejor ni hablamos. La trivialidad de la política llegó a su pináculo con la presencia de tan distinguidos personajes en el evento morenovallista.

Por último, lo más atendible del evento fue la declaración del priísta en el PAN cuando manifestó que su intención es sacar a los marinistas de Casa Puebla. Y no mintió: en efecto, el senador no nos engaña cuando señala que lo que le importa es sacar a los marinistas para incorporar a los morenovallistas, pero nunca dijo que la intención de su proyecto sea sacar a los priístas para incorporar a los panistas. Nunca, y consta en los distintos medios que reflejaron la nota del evento, mencionó al PAN en ese proyecto de destronar al marinismo. Al final del camino todos sabemos que él cuenta con sus secuaces de la Secretaría de Finanzas para gobernar el Estado, los mismos que le ayudaron a propiciar el inolvidable hoyo financiero de tiempos pasados.

 

PEDRO ALBERTO GUTIÉRREZ VARELA

Miembro del Comité Directivo Estatal del PAN

pedroalbertogtz@gmail.com

 



 
 

 

 
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