Poder y Política


Manuel Cuadras

04/08/2011

 

 

El delfín de Moreno Valle


Algunos podrían pensar que es prematuro hablar del tema, otros más dirán que es ocioso hacerlo, sin embargo, como sucede en todo gobierno, desde el inicio comienzan a sobresalir algunos nombres para inscribirse en la carrera sucesoria. El gobierno de Moreno Valle no podría ser la excepción. Si pudiéramos hacer una primera valoración (un primero corte de caja), ¿cuáles serían los nombres de los participantes, y cuáles son las condiciones del proceso?

 

De entrada, llama la atención que ninguna mujer del actual gobierno tenga posibilidades (reales) de contender por la gubernatura. Moreno Valle no tiene mujeres de peso político suficiente como para impulsarlas a una nominación de tal envergadura. Patricia Leal, Ammy Camacho y Miriam Arabian, las tres únicas mujeres dentro del gabinete, no cuentan con el posicionamiento ni proyección necesarias (y en el caso de las dos últimas, sin la confianza del Ejecutivo). Ana Teresa Aranda, la única panista con posibilidades, no está, ni en el gabinete, ni mucho menos en el ánimo del gobernador. ¿Podrá (a sus años) aguantar una campaña extenuante desde afuera? Lo dudo.

 

El hecho de que ninguna mujer morenovallista o panista, tenga posibilidades de alcanzar la candidatura, no es cosa menor, sobre todo si consideramos que Puebla (Capital) ya fue gobernada por una mujer, y que actualmente una mujer es la carta fuerte del PAN para enfrentarse al PRI en el 2012 (Josefina Vázquez Mota). Mal entonces para el panismo poblano y para el morenovallismo (que no es lo mismo).

 

Las posibilidades del gobernador para impulsar un sucesor se circunscriben, en este momento, solamente a tres personajes (bueno, a cuatro, como veremos más adelante), sus nombres son: Tony Gali, Pablo Rodríguez Regordosa, y por supuesto, el todopoderoso Fernando Manzanilla.

 

La pregunta es: ¿cómo se llega a la final? ¿Cómo le hace un gobernador para impulsar un delfín? Hay tres diferentes opciones:

 

1. A través de la Presidencia Municipal de Puebla, debido a la gran proyección que representa (así se posicionó Marín, y de la misma manera lo intentaron Doger y Alcalá).
2. Vía Senado de la República. Siendo Senador se puede recorrer el Estado, lo cual, en la práctica, es una pre campaña a la gubernatura (así le hizo Melquiades y el propio Moreno Valle).
3. Haciendo campaña desde el gabinete. El ejemplo más claro lo encontramos en Javier López Zavala, quien desde la SEGOB y posteriormente SEDESO, basó todo su proyecto de campaña.

 

Ahora bien, dada la reforma electoral, recientemente aprobada por el Congreso, hecha con el objetivo de homologar el calendario electoral (empatar las elecciones locales con las federales), hacen que esta sucesión sea atípica, veamos por qué.
Como se sabe, el próximo gobernador (el sucesor inmediato de Moreno Valle) estará en el cargo por un periodo de solo 22 meses. Mientras que, el próximo alcalde (el sucesor inmediato de Eduardo Rivera) durará en funciones por espacio de 4 años y medio, es decir, será un mini gobernador.

 

Este panorama nos permite establecer que, por paradójico que parezca, conviene más ser el sucesor de Eduardo Rivera que de Moreno Valle. El próximo Presidente Municipal terminará su periodo, aterrizando en la final de la elección para gobernador de 2018; el sucesor de Moreno Valle, en cambio, sólo podrá disfrutar de las mieles durante 22 meses, obvio, sin posibilidad de reelegirse “para la grande”.

 

La lógica indicaría que, Moreno Valle se jugaría su sucesión en la elección de 2013 (mitad de sexenio), y no en la de 2016 (cuando acabe su periodo), sin embargo, aquí surge otra pregunta clave: ¿estará dispuesto RMV a crear un delfín super poderoso? Es un riesgo muy alto, ya que, el próximo Presidente Municipal de Puebla (llámese como se llame) creerá que puede llegar “a la grande” sin el apoyo de nadie, dado el gran poder que tendrá en sus manos. Si RMV poya a “x” personaje para llegar a la final, vía la MEGA Presidencia, eso implicaría ponerle (en automático) la estafeta de abanderado panista a la gubernatura de Puebla 2018-2024.

 

 ¿Qué pasa si “entrega” la Presidencia Municipal al PRI? ¿Pierde un boleto para la final? Sí. Pero mantiene el poder hasta el último día de su mandato, con la posibilidad de imponer al gobernador de 22 meses y después volver a ser el candidato al gobierno del estado de Puebla, es decir, una reelección al estilo Plutarco Elías. Calles.

 

¿Se da cuenta? Se equivocan quienes piensan que la mira de Moreno Valle está en la Presidencia de la República (2018). La Presidencia es un sueño (guajiro) y como tal lo asume, su verdadera meta está en reelegirse como gobernador de Puebla, con una pequeña pausa de 22 meses, es decir, el verdadero delfín de Rafael Moreno Valle, se llama: Rafael Moreno Valle. Si no, al tiempo…

 



 
 

 

 
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