Política y Poder


Manuel Cuadras

 

PUEBLA F.C. “La lavandería perfecta”


La nueva directiva Cambio/ Foto/ Archivo/ Tere Murillo

El día de ayer salió publicado en El Columnista un excelente reportaje sobre el negocio que representa el fútbol, concretamente en el caso del equipo Puebla y algunos fraudes que han sido evidenciados.

 

El reportero hacía mención sobre la manera irregular con la que se emiten los boletos para propiciar la reventa y el manejo discrecional que se le da a los informes donde se detallan los ingresos al estadio, además, lanzaba la siguiente pregunta: “pero la cuestión es saber ¿quién o quiénes se benefician con este tipo de negocios? ¿la directiva del Puebla está consciente y forma parte de este complot?” y posteriormente dice: “Pero hay más, el reporte de partido que se entrega a los socios en donde se especifica el número de ingresos, de boletos, pagados, cortesías, egresos y demás no se ha realizado desde el inicio de la temporada”.  Hasta aquí la cita.

 

¿Recuerda usted que recientemente (gracias al análisis de otro periodista) nos enteramos que Marín tenía intereses en el equipo de futbol Puebla y que por eso lo estaban “chantajeando” en T.V. Azteca para que cediera los derechos de transmisión del Puebla? ¿No le parece muy raro que a raíz de el nombre de Marín comenzó a vincularse con el del Puebla no se hayan entregado reportes de asistencia a los demás socios?

 

Ahora bien, ¿en qué consiste el negocio? Justamente en las entradas registradas, de ahí la importancia de las famosas cortesías y de los boletos de reventa, me explico:


¿Qué pasa si el Puebla vende pocos boletos? Poca será su asistencia en el Cuauhtémoc, por lo tanto, poca serán sus ganancias, por lo tanto nadie se interesaría en comprarlo ¿NO? Sin embargo, ¿qué pasa si regala boletos? La asistencia aumenta, por lo tanto (puede decir que) mucha gente compró boletos, por lo tanto muchas pueden ser las ganancias y por lo tanto muchos quisieran comprarlo ¿no?

 

Ahora, ¿cómo repartir una buena cantidad de boletos sin ser descubierto? Es decir, la directiva no puede irse todos los sábados al Zócalo y a Plaza Dorada a repartir miles de boletos porque sería visto como un acto de desesperación, pero si puede regalar miles de boletos a los burócratas del gobierno del estado para que garanticen una entrada decente. Eso, aunado a los boletos puestos en reventa a un costo más bajo de su valor original para hacer más atractiva la compra a los aficionados.

 

Hasta aquí usted se podría preguntar ¿porqué no simplemente la Directiva baja el costo de los boletos para que cuenten con una mayor asistencia? Por una sencilla razón: porque a “La Directiva” no le interesa ganar dinero (al menos no en este momento), sino justificarlo, y bajo esa lógica, no es lo mismo tener 5 mil entradas de 100 pesos cada una (500 mil pesos), que 5 mil entradas de 250 pesos cada una ($1,250,000). En eso radica justamente el negocio (lavado), en registrar asistencias altas a precios altos.


Pero para tener una idea más clara en números, ¿sabe usted cuánto registra un equipo promedio por concepto de entradas en una temporada? Mire usted, de acuerdo a un estudio del periódico “El Economista”, el equipo que más dinero obtuvo por asistencia de aficionados (venta de boletos) en el Clausura 2008, fue el América con 185 millones de pesos y el que menos recaudó fue el San Luis con 51 mdp. Supongamos que el Puebla haya obtenido lo mismo que el San Luis (51 mdp), eso quiere decir que por año el Puebla registra 102 millones de pesos, ahora bien, ¿no se le hace raro que el Puebla, un equipo que peleó el descenso haya tenido más asistencia que uno que peleó el título? Cierto, el estadio Cuauhtémoc es más grande que el de San Luis (a uno le caben 42 mil y a otro 30 mil aficionados), pero la diferencia es que uno estaba lleno cada quince días y el otro con dificultad llegaba a la mitad. ¿Se da cuenta? Sería una excelente manera de justificar dinero no? ¿A quién le interesaría justificar (lavar) cantidades tan grandes y por  qué?

 

Mientras todo esto ocurre, se tiene la intención de “sacar de la jugada” por completo a los Bernat del equipo con la intención de quedarse con las ganancias (reales) del Club y no repartirlas con ningún otro socio, para ello en los próximos días (meses quizá) se tiene planeada una estrategia de desprestigio hacia los hermanos Bernat y la forma en cómo han conducido al Puebla, que dicho sea de paso ha sido nefasta y ha llevado al equipo a la mediocridad durante años, sin embargo, no es el tema futbolístico ni el amor a la camiseta lo que motiva el querer desprender del 51% de las acciones de los Bernat. A ver qué tal con la nueva “Directiva”.

 



 
 

 

 
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