Poder y Política


Manuel Cuadras

09/03/2010

El partido del no pasa nada


El pasado sábado se cumplieron 16 años de aquel célebre discurso pronunciado por el entonces candidato a la Presidencia de la República, Luis Donaldo Colosio Murrieta. La ocasión obliga, pues, a remontarnos, aunque sea unos instantes (lo mismo que duran unos párrafos), a ese mítico 6 de marzo.

 

El contexto no podía ser mejor, todo el priismo nacional se encontraba reunido para celebrar el 65 aniversario de su partido. No era como cualquier otro festejo de años anteriores, había algo que lo hacía diferente. Se irradiaba priismo, se percibía confianza, alegría, seguridad. El ambiente de unidad se respiraba en cada porra, en cada saludo. ¿La razón? La candidatura de un hombre que había hecho resurgir el orgullo de ser priista.

 

El monumento a la Revolución sirvió como escenario para la impresionante multitud que ansiosa esperaba la llegada de su líder. No había presídium, sólo dos grandes contingentes separados por un enorme corredor de mil metros, por el cual caminaría el candidato saludando a los miles de priistas, hasta llegar al lugar donde dirigiría su mensaje.

 

De pronto, apareció él, caminó entre sus huestes, los saludó, los estrechó, se sintió parte de ellos y a ellos los hizo sentir parte de él. Comenzó entonces el discurso: “Aquí está el PRI con su fuerza. Aquí está el PRI con sus organizaciones; está con su militancia, está con la sensibilidad de sus mujeres y de sus hombres. Aquí está el PRI con su recia vocación política. Aquí está el PRI para alentar la participación ciudadana…”.

 

Apenas tres párrafos, un minuto y medio después de haber iniciado, apareció la primera crítica: “Aquí está el PRI que reconoce los logros, pero también el que sabe de las insuficiencias, el que sabe de los problemas pendientes…”

 

Poco a poco el discurso subía de tono: “Cuando el gobierno ha pretendido concentrar la iniciativa política, ha debilitado al PRI. Por eso hoy, ante la contienda política, ante la contienda electoral, el PRI, del gobierno, sólo demanda imparcialidad y firmeza en la aplicación de la ley. ¡No queremos ni concesiones al margen de los votos ni votos al margen de la ley!”

 

Después vino el diagnóstico colosista (en secuencia retórica) que pasaría a la historia: “Yo veo un México de campesinos que aún no tienen las respuestas que merecen. Yo veo un México de trabajadores que no encuentran los empleos ni los salarios que demandan. Yo veo un México con hambre y con sed de justicia. Un México de gente agraviada por las distorsiones que imponen a la ley, quienes deberían de servirla…”.

 

Tenemos que asumir esta autocrítica y romper con las prácticas que nos hicieron una organización rígida…”,exclamó el candidato casi al final de su extraordinario mensaje.

 

Hasta aquí las remembranzas melancólicas. Volvamos al presente. El pasado domingo, el priismo poblano (es decir, el marinismo) se reunió para celebrar el 81 aniversario de su instituto político. Fue, entre otras cosas, el primer evento “importante” de Javier López Zavala como candidato a la gubernatura de Puebla.

 

Al igual que Colosio hace 16 años, Zavala también enunció un discurso con motivo de la fecha; a diferencia de Colosio, Zavala no pronunció ni media crítica hacia los métodos y prácticas que emplea su partido desde el poder, veamos.

 

“¡… El desarrollo de la democracia ha sido una de las mayores contribuciones de los priistas del México moderno! ¡… Somos garantía de estabilidad, acuerdos y equilibrios! ¡… Hoy les digo, el en (sic) PRI no traicionaremos al Pueblo!”,y un largo bla, bla, bla, de “cosas bonitas” que sólo Zavala ve en su partido.

 

¿En verdad pensará Zavala que el PRI contribuyó al desarrollo democrático del país? ¿A qué “acuerdos” se refería? ¿A los celebrados entre Marín y Espino, o a los contraídos entre Paredes y Gómez Mont para aumentar el IVA? ¿Hablaba en serio cuando dijo que “en el PRI no traicionan al pueblo”? ¿Y las imposiciones de candidatos (comenzando por la suya) a costa de la voluntad popular? ¿Subir impuestos e imponer candidatos, no es “traicionar al pueblo”? ¿De qué partido hablaba Zavala el domingo? ¿Del suyo, donde “no pasa nada” y todos son “amiguitos”? ¿O del PRI que apesta y se desmorona día con día?

 

*Bonus track

 

Fue tal la inspiración del candidato marinista, que incluso se dio el lujo de “complementar” el pensamiento colosista, a través de una de sus frases: “Como lo advirtió Colosio —recordó Zavala—: ‘La legitimidad debemos ganarla día con día, con nuestras propuestas, con nuestras acciones, con nuestros argumentos…’Y yo agregaría —puntualizó—, ¡con la congruencia y con los principios..!”

 



 
 

 

 
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