Economía y Política


Luis Antonio Godina Herrera


26/09/2011


Por un país sin recetas


Las estimaciones contenidas en el paquete económico 2012 no duraron ni una semana, la crisis de Europa y de la falta de claridad de las medidas de la Reserva Federal de Estados Unidos ocasionaron una caída brutal de las principales bolsas en el mundo y una apreciación importante del dólar en el mundo. Lo anterior obligará al Congreso mexicano a evaluar con mucho tiento y detalle lo que apruebe entre finales de octubre y la primera quincena de noviembre.


Es un hecho incontrovertible que la realidad económica mundial impone a México el reto de pensar la economía de otra manera. Hasta la fecha no lo ha hecho, por el contrario el recetario para enfrentar la crisis de 2009 no fue muy distinto al empleado a lo largo de treinta años y que explica en buena medida porqué la economía no ha podido crecer. Ese recetario ha sido y es: Estado mínimo, desregulación, apertura comercial, privatización, inversión extranjera y disciplina fiscal. En cada uno de estos rubros México ha sido un alumno ejemplar, en especial en los últimos dos sexenios. A pesar de ello el crecimiento es mediocre, la pobreza ha crecido y la desigualdad se profundiza día a día.


En otras latitudes han entendido que el Estado sirve y tiene que retomar sus funciones de mucha mayor profundidad, como bien señala Tony Judt (2010) en su texto “Algo va mal”, si no hacemos algo diferente y de fondo: “La elección ya no será entre el Estado y el mercado, sino entre dos tipos de Estado. Nos corresponde a nosotros volver a concebir el papel del gobierno. Si no lo hacemos, otros lo harán.” Resulta claro que Judt se refiere a los estados autoritario y democrático, ese es el futuro inmediato, pues el “racional” mercado financiero ha estado de manos de pillos de cuello de blanco (al respecto les recomiendo que vean el documental “Inside Job”) como lo demostró la crisis de hace un par de años, ese mercado no discrimina entre tipos de Estado, puede operar con unos y con otros pero para la sociedad la diferencia entre ambos es fundamental: libertad o dictadura.


Este nuevo estancamiento y quizá recesión, nos obliga a imaginar otra forma de manejar las cosas, que si bien no son nuevas al menos pueden resultar pertinentes ante los tiempos que corren. En México por ejemplo, hacia 2012 resulta insostenible que el gobierno proponga un déficit público tan pequeño, mientras que la inversión pública se estima caiga en más de 40 mil millones de pesos (es decir como si en un estado como Puebla el gobierno no gastara nada), que el presupuesto del campo disminuya y que la reforma a la educación se siga posponiendo. Los diputados y senadores tienen a su alcance enmendarle la plana al gobierno y autorizar recursos para invertir en proyectos de infraestructura productiva, que ayudan a paliar el desempleo en el corto plazo, pero en el largo plazo generan condiciones para un crecimiento sostenido.


Mientras que en el mundo se tiene al Estado de vuelta como un actor central en el terreno económico, en México la religión neoliberal mantiene su catecismo arcaico. Resulta paradójico que ahora el Fondo Monetario Internacional sea de avanzada con relación a las autoridades monetarias y financieras del país, quienes como bien dicen en la jerga sajona: “están bien con Wall Street, pero muy mal con Main Street”. Les preocupa la calificación que les ponga Standard and Poor´s, Fitch o Moody’s pero no las de regiones como la Sierra Negra, la Mixteca o las colonias pobres de la ciudad de México, esa calificación solamente las desprecian o es una estadística más de la pobreza que mide Coneval.

 

En buena medida la elección de 2012 deberá girar sobre el modelo país que deseamos construir: mantenemos los mismos paradigmas o nos ponemos a tono con el mundo, pues el cambio llegó y México como es costumbre puede atender su llamado de forma tardía, si es así, más valdría estar preparados para una década más de oscuridad y atraso.

 

Para intercambiar opiniones sobre los temas que trato en CAMBIO te invito a visitar mi página web: www.luisgodina.org. Mi Twiter: @godinaluis

 



 
 

 

 
Todos los Columnistas