_
Invitado Especal
La Quinta Columna


El contenido de las columnas y de opinión son responsabilidad de quien las escribe y no reflejan precisamente la linea editorial de este medio

rural

Mundo Rural

 

Eloxochitlán fue sólo la muestra


La  tragedia ocurrida hace  más de dos  semanas en  San  Miguel  Eloxochitlán  en donde  murieron treinta  y dos  poblanos ( de acuerdo a cifras  oficiales) fue  una triste muestra de que  la naturaleza  cobra  todas  las facturas  a  los errores  humanos.


Por supuesto que el alud  o derrumbe de  Eloxochitlán  no  fue el primero  ni será el  último  que ocurra, pero sí  se pueden prevenir  y hasta evitar  si se colabora  en la protección del medio ambiente, si se  trabaja en el cuidado de  agua,  suelo  y bosque, si  se hace  lo necesario  en el  llamado desarrollo sustentable.


Por supuesto que  el error  humano que  conduce a este tipo de  tragedias  tiene  que ver también con  los proyectistas,  la empresas constructoras, los dictámenes técnicos que  autorizan las dependencias federales, estatales  y  municipales.  Una obra   no debe hacerse  ni autorizarse  si  no  reúne  los requisitos  técnicos correspondientes, si se hace  contra las  reglas  las  consecuencias  pueden  ser fatales.


Si por  ejemplo  un puente  se autoriza  y se construye  sin haber cumplido  con la normatividad técnica, el riesgo de derrumbe, los mismo pasa con  una carretera, una autopista, o cualquier  otra  obra.


Las empresas constructoras tienen peritos,  expertos,  ingenieros  civiles,  que  elaboran y ejecutan proyectos  carreteros, conocen la  geografía  y orografía de  la zona, saben construir  y evitar  la zonas de  riesgo,  zonas de  derrumbes.  En  Eloxochitlán y   otras zonas donde  han ocurrido  tragedias  parece  que  no se tomaron esas medidas.
Estos  son los errores  técnicos, las negligencias,  que  llegan a cometerse en la construcción de  obras en las  comunidades, en los  municipios. Es real  el hecho de que con tal de  reducir costos y quedarse con más  recursos   algunas empresas  no cumplen con las  especificaciones técnicas,  emplean  materiales  no indicados, esto,  por supuesto es  corrupción que debe sancionarse pues trata de  obras  públicas que se hacen con recursos  públicos.


Aquí entra, por supuesto, el tema  de las licitaciones  de  obras  públicas,  una licitación conlleva  la participación de  diferentes empresas que  hacen su ofertas  y propuestas, al  final, los gobiernos, se  supone, escogen  la mejor, la que garantice calidad  y precios  adecuados.  Si una obra  se entrega sin  licitación,  no  existe  una garantía de que se haga conforme a  parámetros y especificaciones técnicos. Todo  indica que  la carretera  de  Eloxochitlán  tuvo algún problema de este tipo.


Los errores  humanos  no sólo tienen que  ver  con las normas  técnicas que se deben de cumplir en  la construcción de  obras,  también  entra  el factor de  los recursos naturales  y el tratamiento que se  da a los  mismos.


Hace  unos  meses  tuve  la  oportunidad de recorrer parte de   la  Sierra Negra en donde se ubica Eloxochitlán, constaté  los esfuerzos que hace el  gobierno del estado por proteger  y reforestar los bosques, conocí  los enormes viveros  tecnificados de  más de  un  millón de  plantas  a  cargo de  la  Secretaría del  Medio  Ambiente y  Recursos  Naturales, mismas  que se  destinan para la reforestación  de las zonas  críticas.


Como en la  Sierra  Norte,  también en la  Sierra  Negra  pude  observar la situación de la  deforestación, de la tala  clandestina que tiene  a  cientos de miles  de hectáreas en situación crítica.


Los cerros  sin  bosques, los cerros pelones, no solo  no  retienen al agua  para alimentar  los mantos  freáticos, sino que se erosionan  y coreen el riesgo de venirse abajo con las intensas lluvias,  los que se encuentran  muy cerca de las  carreteras son un  riesgo latente de derrumbes.


Un cerro  o parte alta  lleno de  árboles es casi  imposible  que se   venga  abajo, los árboles  hacen todo, las  raíces  detienen  el suelo y retienen el agua. Las partes altas con  riqueza forestal son  fuentes  de vida, progreso  y seguridad  para  las comunidades.


La  Sierra Negra como  la norte enfrentan un serio problema de deforestación,  los derrumbes son sólo parte de las consecuencias de esta  situación, en realidad  la consecuencias  son  diversas  y preocupantes,  no sólo  la  fuerte erosión  y pérdida del recurso agua  por no haber  más filtraciones al subsuelo, sino el cambio  climático que se provoca,  lo que se  observa  en Puebla y  en todo el país  ( y el mundo), tiene mucho que ver  con el daño forestal.


Para darse  una  idea de esta realidad, Puebla  pierde cada  año  en promedio unas dieciséis mil hectáreas de bosque, en diez  años se  van ciento sesenta  mil hectáreas, y así nos vamos.  Se dirá que  también hay  recuperación de  bosque  y que cada año se siembran por  los menos   diez  mil  hectáreas,  lo  que  no se sabe  es que de cada  cien árboles que se siembran  es  muy probable que el sesenta  por  ciento se pierda por falta de agua.


Como  Eloxochitlán, en la interserrana  y otros caminos de  la  Sierra Norte hay serios  riesgos de  derrumbes en los ciclos de lluvias, los cerros carecen de bosque, de soporte, hay comunidades en riesgo,  lo mismo  los  miles  de  habitantes que circulan diariamente por  las carreteras.


Los  habitantes  de las zonas rurales  siempre  pagan las consecuencias de  los errores humanos. Eloxochitlán es  un ejemplo  evidente.

 

 

 

Publicidad

Versión Online

 

© Copyright, 2007 www.diariocambio.com.mx