SIN RODEOS


Marcela Jiménez Avendaño

06/10/2011


Con amor de Puebla para el mundo, bueno o al menos para Colima


Vaya revuelo ha causado el nombramiento de Blanca Alcalá como Delegada del CEN del PRI en Colima bajo el contexto 2012 y considerando su interés de ser candidata al Senado por ese partido y por esta entidad.


Están los que dicen que tal decisión fue a efecto de protegerla por la inminencia de ciertos escándalos de corrupción y peculado sobre los que se tienen expedientes bien chonchos y ante la, no menos importante, animadversión que ha generado entre un grupo de mujeres y también de hombres que se sienten agraviados por su soberbia, malos tratos, falta de cumplimiento de acuerdos y mil etcéteras más.


Otros, por otro lado, consideran su envío a Colima como un tipo exilio para alejarla del estado y de sus aspiraciones.


Yo más bien creo en lo primero y me explico.  Siendo que, en efecto, tiene una amplia aceptación en la opinión pública con potencial de crecimiento, también es cierto que su principal fortaleza –ser mujer y por tanto tener la imagen de transparencia y más credibilidad- es a la par su principal debilidad, sobre todo si consideramos la existencia de los expedientes antes mencionados cuya revelación sería demoledora y, de ser así, dudo mucho que ni Colima la pueda salvar.


De igual forma, puedo decirle que, con respecto a Alcalá, se empieza a observar el mismo fenómeno de cuando Javier López Zavala: no hay priista, de ningún grupo de ningún lugar, que se exprese bien de ella –claro jamás en público-. Si bien es cierto que con el PRI solo no se gana, también lo es que sin él, se pierde. Así que si yo fuera ella, en lugar de utilizar mi tiempo libre en hacer campaña en municipios alejados de la prensa, me dedicaría a restañar heridas y levantar a todos los caídos que tiró y pisoteó.


Ahora bien, analicemos cuál podría ser la lógica del CEN para priorizar la protección de la susodicha por encima de la importancia de mantenerla en el territorio en el cual ya debiera estarse promocionando. Calculo que esta decisión tiene que ver con el hecho de que el potencial de su imagen junto con el efecto Peña serían suficientes para lograr al menos que el PRI se mantenga como segunda fuerza electoral, garantizándole los votos necesarios a nivel nacional y consiguiendo su nominación al entrar en el primer lugar de la fórmula de dos para el Senado, claro, sacrificarían al que vaya en ese lugar como Enrique Doger, Enrique Agüera, Fernando Morales y muchos otros valiosos priistas que podrían hacer un muy papel en esta competencia..


Yo, en lo personal nada tengo en contra de ella, aunque en lo político mucho. Como es que una mujer política y priista con un cargo de importancia (alcalde del municipio de Puebla) haya, por estrategia o desconocimiento, decidido navegar sin despeinarse a lo largo de su Administración sin tomar posición sobre los temas más importantes de discusión y atención pública del momento. Lo que menos se espera de cualquier político es siquiera una posición ya dejemos la acción en segundo lugar, pero sin lo primero nunca se pasa a lo segundo.


Bajo este orden de ideas, de qué podría servirnos a los ciudadanos una política sin posición y decisión de acción? Si, es muy linda; sí, es mujer y eso sirve en una competencia electoral; si, trae el apoyo nacional de uno que otro personaje; si a todo lo que quiera pero en términos prácticos, los tiempos y problemas que enfrenta este país requieren de servidores públicos valientes y comprometidos, no de los que por temor a la siguiente elección prefieren la inmovilidad como herramienta de protección de su imagen e intereses.

 

Pero en tanto, este como otros muchos asuntos relacionados con el 2012 se solucionan, nos leemos la próxima semana…

 



 
 

 

 
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