SIN RODEOS


Marcela Jiménez Avendaño

25/02/2010


CONGRUENCIA: GARANTÍA DE TRIUNFO ELECTORAL


La definición del partido triunfador en las próximas elecciones del 4 de julio para elegir a nuestro Gobernador, Presidentes Municipales y Diputados locales dependerá de la congruencia y solidez interna que generen las estrategias a ejecutar por las dos principales fuerzas políticas en la entidad.


Los tres datos duros que determinarán el rumbo a seguir tanto por el PRI como por el PAN y sus respectivos partidos coaligados son:

  1. El PRI ha ganado en forma contundente las tres últimas elecciones.

  2.  

  3. El PAN y el PRD arrastran una crisis de imagen provocada por el cuestionable papel del Gobierno Federal de filiación panista y la beligerancia y rijosidad mostradas por los militantes perredistas a nivel nacional.

  4.  

  5. La alianza opositora integrada entre el PAN y el PRD representa una estrategia sorpresiva y novedosa de dudosos resultados e impacto en el electorado.

De estos tres elementos, el único capaz de provocar un resultado no esperado es el de la alianza PAN-PRD en la medida en que logre presentarse como una opción esperanzadora alejada de las viejas prácticas políticas oportunistas, promotora de nuevos valores, generadora de un programa de gobierno integral que atienda las demandas más urgentes de la población y con una visión de gobierno que trascienda los intereses particulares. Esta misión parece prácticamente imposible de llevar a cabo si consideramos que dicha alianza es fruto del pecado del maridaje entre estos dos partidos que cargan el estigma del fracaso, la ineficacia, la corrupción y la búsqueda del poder por el poder.

 

En resumidas cuentas, mientras el PAN y el PRD en alianza mantengan un discurso negativo solo conseguirán el rechazo de los electores independientes. Así las cosas, si no logran posicionarse en el marco de una alternativa propositiva diferenciada del PRI, un escenario de triunfo es francamente utópico.

 

El PRI en cambio, bajo este escenario positivo, solo tiene que mantener una  imagen de congruencia y solidez en sus filas.  Las candidaturas de Javier López Zavala a la gubernatura y de Mario Montero a la alcaldía de la capital consolidan el voto priísta tradicional, de esta forma, apostar a cuadros alejados de las posiciones sociales priístas en aras de atraer nuevos votantes tradicionalmente conservadores puede sugerir debilidad en su identidad. Muy malo y cuestionable sería si, por ejemplo, fuesen promovidos candidatos cuya posición es abiertamente de derecha, que promueven el incremento de impuestos, la privatización de los recursos energéticos, más mercado y menos estado, etc. El contraste sería brutal y altamente peligroso.

 

Al PRI le conviene ser congruente con su historia y principios sin jugar al aprendiz de brujo, consolidando proyectos concretos y mejorando sus formas de gobierno, dejando que sean el PAN y el PRD quienes abanderen la incongruencia y se adueñen de lo incierto y lo dudoso.

 

De continuar ambas posiciones, el PRI tiene garantizado el triunfo, es decir, en tanto mantengan su mensaje conservarán su gran ventaja electoral; muy por el contrario, si el PAN y el PRD mantienen su discurso y no encuentran argumentos  que justifique la incongruencia de su alianza, no lograrán incrementar sus apoyos.

 

Pero en tanto se definen las candidaturas y los mensajes, nosotros nos leemos la próxima semana.

 



 
 

 

 
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