Los Conjurados


Erika Rivero Almazán


Puebla ¿de los Ángeles? (pero de Zaragoza y de Serdán también)

 

Ése será el emblema que planea utilizar la próxima alcaldesa para el ayuntamiento entrante.


Puebla de Zaragoza, de los Ángeles y de los Serdán.


Y tal planteamiento ha causado escozor entre algunos priístas y cercanos: ¿Cómo incluir a los Ángeles, palabra emblemática que el PAN siempre toma como bandera cada vez que conquista el Palacio Municipal?


Una de las primeras acciones que tomó Mario Marín cuando fue presidente municipal fue eliminar  el ‘Puebla de los Ángeles’ instaurado por Gabriel Hinojosa. La historia se repitió con Enrique Doger cuando sustituyó a Luis Paredes: desaparecer de toda la papelería tal sello, repintar los inmuebles, borrar de la historia de la ciudad cualquier indicativo de la derecha azul.


Los priístas ostentan con orgullo el ‘Puebla de Zaragoza’.


Los panistas a ‘Puebla de los Ángeles’.


Pero ahora, todo podría ser distinto.


La eterna lucha podría terminar en febrero próximo.


La medida de Blanca Alcalá es atrevida, osada, despiadada.


Porque el mansaje que envía va mucho más allá de modificar un simple eslogan o una supresión o inclusión de palabras.


Puebla de Zaragoza, los Ángeles y los Serdán.


El código es sencillo de descifrar: apertura, inclusión, tolerancia.


Un proyecto innovador.


Es la intención.


¿Se podrá?


Al parecer, a la mesa de Alcalá se podrán sentar muchos perfiles: opositores y aparentemente divergentes.


Ojo: no nos extrañemos de las sorpresas en la conformación del gabinete municipal. Tal vez de ahí se desprenda el gran secreto con el que Alcalá guarda cada identidad: no dará a conocer ningún nombre hasta que tome posesión.


Ya existen algunas filtraciones al respecto, pero hasta el momento no hay nada formal. Ni lo habrá. Las especulaciones existen, pero esa información sólo la comparte con su almohada. Y nada más.


Pero existe un ingrediente nuevo: los Serdán.


Más allá de lo emblemático del apellido y de su raíz revolucionaria que puso a Puebla en la palestra nacional, también va implícito una identidad: Carmen Serdán.


Mejor retrato de la mujer política poblana, revolucionaria y hasta de valiente guerrera por sus ideales no puede haber. Carmen se destacó también por ser una luchadora incansable para que la mujer mexicana tuviera acceso al derecho civil de votar en un proceso electoral para poder escoger a sus gobernantes: el primer paso para incluir a la mujer en la política.


El nuevo emblema que tendrá Puebla también sugiere el término de una añeja confrontación con la derecha. Una pretensión demasiado ambiciosa, pero al menos, ya existe.


Tal mensaje, según se sabe, no gustó a Enrique Doger, ni al gobernador Mario Marín.


La presión para Alcalá ya empieza a ser monumental.




 
 

 

 
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