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Opinión Vitaliano


Vitaliano Torrico P.

 

SOBRE "UN FIASCO CON HEGEL"

 

Segunda y última parte

in memoriam de Ricardo Guerra, a cuyo Seminario de Ontología en la UNAM asistimos Evodio Escalante, Angel Xolcotzi, Luis Tamayo y otros muchos: donde leimos varias veces la Fenomenología del Espíritu de Hegel.


II  

           
Evodio no desarrolla un argumento que sustente lo que afirma de la nueva traducción, esto es, que no es traducción. Su crítica, para ser tal, debía mostrar esto. Y lo que dice después del susto con el personaje de Rulfo, no se parece a ella: “Jiménez R. desglosa frase por frase y añade a cada paso farragosos corchetes donde explica de otro modo lo que el filósofo trató de decir... No creo que haya otro libro de filosofía en español que tenga tantos y tan abusivos corchetes introducidos por el supuesto traductor, y que por consecuencia interfieren penosamente en el ritmo de la lectura.” Y se declara a favor del traductor comprometido, de la decisión de W. Roces de traducir el verbo alemán mainen: Roces lo vierte siempre y en toda ocasión por “suponer”... “Me parece, dice Evodio después de “traducir” sus diferentes significados, que esta rigidez daña la claridad del texto, y que en alguna ocasión, sobre todo en el capítulo de la “certeza sensible” Roces pudo verter “decir” o “querer decir” (en el sentido filosófíco de doxa, de opinión), con lo que en varias ocasiones el enunciado hegeliano podría volverse más claro y significativo.” Es decir, la corrección vale también para Hegel, del que con su argumento hay que decir (¡?) lelo. ¡Admirable recriminación! Pero ¿Evodio es traductor? De todo hay en la viña del señor. Bastará seguir su ejemplo comprobatorio. “Comienzo con la versión escueta y (mas o menos) apegada al texto de Roces: ‘Pero, como advertimos, el lenguaje es lo más verdadero; nosotros mismos refutamos inmediatamente en él nuestra suposición...’ Dicho de otro modo, y si se me permite intervenir: el lenguaje nos hace decir lo contrario de lo que queremos decir. Tal cual.” Así entiende Evodio a Hegel. ¿Pero Hegel dice esto o está en la traducción comprometida? Si un somero análisis del “texto de Hegel” resuelve que no es “tal cual” dice Evodio, entonces contradice su propia afirmación; esto es, de que el “texto original de Hegel que, como se sabe, no hace a sus lectores concesiones de ningún tipo”. Porque el se concede a sí mismo, sin pedir permiso al original, la potestad de establecer lo que hay que entender de él. ¡Tal cual!


Como se ve no valía la pena tratar esto hasta que, un mes después, aparece “Sorpresa con Hegel”(La Jornada Semanal 20-05-07), del propio Manuel Jiménez Redondo, donde responde al Profesor Evodio Escalante B. Comienza mostrando que la patética afirmación del crítico, de que el erudito profesor de filosofía no es traductor, es una simpleza, por decir algo. Dice Evodio: “la palabra beyspiel ¿es tan difícil como para dejarla tal cual(¡?), en su rasposa enigmaticidad alemana?” Jiménez R. responde: “No, yo creo que el término no tiene nada de misterioso. Sólo que como varias veces hace notar Hegel, lo está utilizando en el sentido de “acción y efecto del Beiher-spielen”. Y Beiher-spielen simplemente no puede traducirse en castellano -nombre original del idoma que hablamos- por ejemplificar, y por tanto, Beispiel no puede traducirse siempre por ejemplo.” Esto bastaría para mostrar que la “redonda crítica” del crítico no es tal: pongo un Beispiel de su espesa crítica: “en algunas ocasiones, Jiménez R. simplemente deja de traducir...” Beyspiel por ejemplo.


Pero la explicación de Jiménez R. tampoco cobraría tal interés si, como debe un profesor de filosofía, en su respuesta no desarrolla la idea que trata Hegel en la Fenomenología del Espíritu. A continuación del corto párrafo, donde Beispiel no puede traducirse siempre por ejemplo, Jiménez R. describe el sentido de la palabra Beispiel: acción. Es la idea central que atraviesa el libro de Hegel. Este sólo hecho sería suficiente para asumir su traducción si queremos llevar a cabo lo que hace la filosofía de Hegel: especulación. Para mostrar esto basta un botón, dice el refrán popular: “cuando tratamos de señalar algo (es la idea de Hegel), dice Jiménez R., resulta que al designar esto ponemos en danza o ponemos en movimiento o traemos a colación (beiher-spielen) aquello otro en que esto se nos convierte y cuando nos vemos llevados a eso otro nos encontramos con que aquello se nos convierte en esto que habíamos dejado para ir a aquello, anulándose ambos en el universal en que se convierte ese movimiento de beihr-spielen. Ese universal condicionado por ese movimiento de ir y venir es el inicio del cap. II.” ¡ Hasta que leo algo digno de la filosofía de Hegel! Pero ¡cuidado Don Manuel! Mi exclamación no significa suscribir su explicación.


A continuación Jiménez R. muestra cómo “la traducción comprometida” que tanto ensalza Evodio, no es traducción: “entiendo, dice, que don Wenceslao Roces simplemente traduce mal cuando no traduce Beispiel como acción y efecto de beiher-spielen... No es esta la única vez que don Wenceslao Roces traduce deficientemente, en el sentido de que de su traducción no se colige lo que dice el original... Por eso entiendo que en el aspecto que he señalado, en la traducción de don Wenceslao Roces se pierde casi toda la fuerza especulativa de buena parte del gedanke o idea de Hegel en el cap. I.”


Como se ve esta es crítica real: examina -esto significa en griego crinein- la “traducción comprometida” en el ejemplo del “crítico”, de que ejemplo no es traducción de Beispiel. Y muestra la deficiencia o, mejor dicho, que en ella no aparece o desaparece la “idea de Hegel”. Pero asombrosamente aquí toma un giro inesperado el examen de Don Manuel. Pues en lo que sigue se defiende de las acusaciones del Profesor Evodio: de que “con la mencionada operación de desglose de términos, Hegel no se vuelve ni tartamudo ni balbuceante...” Y esto no cuadra realmente con su explicación de su traducción. Porque entre su explicación y la del crítico media un abismo. Basta seguir la operación de Evodio que “para mayor claridad de mi discurso, dice, apelo de nuevo al procedimiento comparativo.” Con ella hace un aporte decisivo; establece el porqué debe ir ejemplo: es “la palabra más importante, justo la que le da un toque decisivo al enunciado hegeliano.” Y de ahí extrae la explicación del enunciado, que dice así: “es decir, a la forma supuestamente más inmediata de conocimiento al que se accedería a través de las intuiciones que proporcionan el tacto, la vista, el oído, etcétera.” Tal es el discurso que sostiene la “traducción comprometida” Pero, otra vez hay que preguntar: ¿Hegel trata en la Fenomenología del Espíritu de formas de conocimiento? O ¿es que su contundente y redonda crítica tiene la potestad para determinar que esto hay que entender leyendo la traducción comprometida?


Si esto es así, tal actitud repugna a la filosofía. Y más cuando “la filosofía, como dice un panegírico de Heidegger, para él (Heidegger) no es, pues una disciplina, sino que tiene carácter de vida.”(Jornada Semanal 26-05-07) El es Angel Xolocotzi, a cuya crítica debo el seguir escribiendo sobre Hegel. Ahora tengo que obtener la Fenomenología del Espíritu en la traducción de Jiménez R. aunque mi condición de profesor de la uapachosa(UAP) no lo permita.

 

 

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