Venden piratería en los mercados El Ferrocarril y La Merced

De los 400 locales, al menos en 40 se vende material apócrifo

Carlos Alcaraz Ramírez

El Ayuntamiento capitalino parece interesado el promover la piratería. Y es que en los nuevos mercados entregados hace apenas unas semanas, la venta de material apócrifo se ha disparado. De los alrededor de 400 locales de los mercados El Ferrocarril y La Merced hay por lo menos 40 espacios de venta de música y películas piratas. Si la inversión del ayuntamiento se estima en 20 millones de pesos por los dos predios, por lo menos 2 millones de la comuna se destinaron a brindarles “espacios dignos” a los piratas integrantes de las agrupaciones de Carmela García y Alicia Cervantes alias Las Comadres.

El mercado El Ferrocarril, de las calles 18 Poniente y 11 Norte, tiene 300 espacios comerciales, muchos de ellos aún sin ocupar. Aunque su fachada ostenta el logotipo del Ayuntamiento encabezado por Blanca Alcalá Ruiz y una leyenda según la cual en el mercado se venden artículos de papelería, sólo tres de los 300 locales comercializa productos escolares. Y, de los locales que se encuentran actualmente ocupados, hay 30 establecimientos de discos musicales y videos piratas, entre los cuales también se vende pornografía infantil. Es decir, uno de cada diez negocios vende piratería. Y no sólo la venden: ahí mismo la fabrican. El primer pasillo, al que se accede por la calle 18 Poniente, tiene un establecimiento de software apócrifo en el cual se queman los discos en el momento en el que los solicita el cliente. Este pequeño local, de alrededor de dos metros cuadrados, tiene un sofisticado equipo de cómputo para la realización de copias de programas informáticos.

En ese mismo pasillo hay dos negocios de películas piratas, uno de los cuales incluye un extenso apartado de pornografía y en el que destacan videos de menores de edad (Chavitas de secundaria XXX, Niñas japonesas, Chicas de la calle, Chavitas de prepa, Vírgenes).

Desde los últimos estrenos de Hollywood hasta los grandes temas de la cumbia de los 80 y 90, pasando por el rock progresivo y  los juegos clásicos del X-Box y el Playstation 1 y 2, la comercialización de piratería en este mercado tiene una gran ventaja sobre la que se vende en plena calle. Por ejemplo, el pasado sábado, una especie de tianguis se ubicó a los costados del reluciente inmueble, y los más de 10 puestos de piratería tuvieron que irse intempestivamente ante la tormenta que azotó el centro de la ciudad, mientras los del interior continuaron vendiendo como si nada.

Alrededor de la mitad de los locales aún no están ocupados, por lo que la proporción de piratería es alarmante: por lo menos uno de cada cinco locales abiertos al público se destina a este fin. Un joven que vende en este mercado aseguró a Cambio que, por una parte, les convino a los ambulantes la reubicación, porque así ya no tienen que andar corriendo. Pero por otro, refirió, “se vende menos, la gente compra más en los puestos del mero centro”.

Mientras tanto, el mercado La Merced sólo tiene 100 locales, pero la proporción de piratería es la misma: uno de cada diez. Pero si se considera que cuatro locales ocupan la extensión de dos puestos, el asunto es aun más grave.

Y, tanto afuera como adentro del mercado, el logotipo del ayuntamiento presidido por Blanca Alcalá luce inmaculado; debajo de éste, un cartel expresa el sentir de los locatarios: “diga sí a la piratería”.

Cabe recordar que el ayuntamiento impartió el curso Formación, desarrollo y modernización del comercio informal, en el que los vendedores fueron instruidos en temas como actitud de venta, comunicación no verbal, aptitudes y habilidades de venta, trabajo en equipo, herramientas administrativas, calidad en el servicio, administración del negocio pequeño, riesgos y costos, nuevas opciones de negocios, aspectos financieros, cultura financiera, gastos y precios de venta, aspectos de calidad y dinámica, y se les recalcó la importancia de la familia en la cadena de la producción, en negocios y empresas, en cadenas integradas y en servicios complementarios.

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