Montero alentó la guerra contra Roberto Morales


Inició después de que Chucho Morales se destapó por la gubernatura, revelaron a CAMBIO


Las presiones hacia el secretario van desde el ajuste de personal a lo mínimo y reducir los gastos de viáticos y teléfonos celulares. En el grado más extremo, el funcionario llegó a quedarse sin recursos para su teléfono celular debido a la “política de austeridad”


Efraín Núñez Calderón

 

 

El colapso de los Servicios de Salud en el estado se debe a la presión que ejerce el grupo político de Mario Montero, secretario de Gobernación, en contra del titular de la dependencia, Roberto Morales Flores, desde que su hermano Chucho anunció que buscará la gubernatura, denunciaron empleados del gobierno del estado.


El acoso ha llegado al grado de impedirle al hermano del exgobernador Melquiades Morales Flores dar entrevistas a los medios de comunicación, además de acotar su capacidad de mando y decisión a través de Ricardo Villa Issa y Leopoldo Eusa, con la finalidad de obligarlo a renunciar.


En entrevista con Cambio, empleados de las oficinas centrales de la Secretaría de Salud, quienes omitieron su nombre por el miedo a ser despedidos por la dupla Villa Issa-Eusa, revelaron que la presión en contra de Morales Flores comenzó con la orden de ajustar el personal a lo mínimo y reducir los gastos de viáticos y teléfonos celulares.


En el grado más extremo, el funcionario llegó a quedarse sin recursos para su teléfono celular debido a la “política de austeridad”.


Estas medidas impactaron también a la Jefatura de Comunicación Social, entonces liderada por Fortino Morales, quien recibió la orden por parte de Javier Sánchez Galicia de reducir su personal.


Fue precisamente Sánchez Galicia quien tomó la decisión de “reubicar” a Fortino Morales y colocar en su lugar a Carlos Alvarado, quien llegó con una sola encomienda: “acotar al Roberto Morales en materia de comunicación”.


Por esta razón, Ricardo Villa Issa, coordinador de los Servicios de Salud en el Estado de Puebla, y Leopoldo Eusa, director de Operación e Infraestructura, son los encargados de “dar la cara” ante los medios de Comunicación para “resolver” los problemas que vive la dependencia.


Pero no sólo eso, ya que el grupo de Mario Montero está filtrando información a la prensa para dañar la imagen del hermano del exgobernador Melquiades Morales y obligarlo a renunciar.

 

Adeudos millonarios


La principal problemática por la que atraviesa la dependencia son los adeudos a empresas como Infra, la cual proporciona el suministro de oxígeno a todo el sector salud. Sin embargo, los recursos están fluyendo a cuentagotas por trámites burocráticos en la Secretaría de Finanzas.


La dependencia también tiene adeudos con las empresas que se encargan de recoger los desechos infectocontagiosos de los principales hospitales, por lo que hasta el momento se desconoce en dónde almacenan los nosocomios dichos residuos.


A decir de los informes, el despido de ocho funcionarios cercanos a Roberto Morales por parte de Leopoldo Eusa obedece a una estrategia para evitar inconformidades al interior de la dependencia por esta y otras anomalías.


Aunque públicamente tanto Eusa como Villa Issa negaron que existan presiones en contra de los empleados cercanos a Morales Flores, existe miedo entre los empleados de la secretaría, ya que recientemente el coordinador de los Servicios de Salud anunció que habrá más reacomodos.


De hecho, hasta el momento el único funcionario de alto nivel cercano al titular de la dependencia que aún permanece en su puesto es Jorge George Sánchez, director de Atención a la Salud, así como el secretario particular Javier Chávez y algunos jefes jurisdiccionales al interior del estado, a quienes Ricardo Villa Issa amenazó con denunciarlos ante la Contraloría por “no cumplir” con el diagnóstico de desabasto en medicamentos.


El lunes pasado Cambio publicó que los Servicios de Salud en el estado están a punto de colapsar debido a que la pugna entre Roberto Morales Flores, titular de la dependencia y la dupla Eusa-Villa Issa, ha provocado la reducción de la operatividad de los hospitales poblanos por debajo del 50 por ciento. Inaugurado desde el año pasado, el Hospital General de la Zona Norte registra un desabasto significativo de medicamentos, falta de especialistas y enfermeras. Más aún, hasta el momento se desconoce hasta cuándo llegará la tecnología que prometió el gobernador Mario Marín cuando inauguró, casi en obra negra, la segunda etapa de dicho nosocomio.


Entrevistado al respecto, Ricardo Villa Issa reconoció que los poblanos de escasos recursos tendrán que esperar al menos tres años para que “antes de que termine la administración” del gobernador Mario Marín el hospital de “ricos para pobres” —General de la Zona Norte— funcione al 100 por ciento como uno de “alta especialidad”.

 

 

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