Llegarán a Chapultepec 200 tesoros chinos


Será a través de una exposición de “Buda Guanyin. Tesoros de la Compasión”


Corresponden a la vertiente femenina de Buda, que representa la armonía y la compasión


Agencias

 

Alrededor de 200 objetos, entre los que se incluyen 14 piezas monumentales, se realizará la exposición "Buda Guanyin.

 

Tesoros de la Compasión", con lo que abrirá sus puertas el próximo 6 de marzo, en la Sala de Exposiciones Temporales, del Museo Nacional de Historia Castillo de Chapultepec.


La realización de esta muestra, cuenta con el apoyo conjunto del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (Conaculta), así como del Gobierno de China, el instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), y del Forum Universal de las Culturas, de Monterrey.


Integrada por obras procedentes de los museos de Beijing, y del Ping Zhou, de China, "Buda Guanyin" es resultado de un programa de intercambio entre las instancias culturales mexicanas, con las instituciones chinas, y abre un nuevo ciclo temático dentro del programa de exhibiciones, de "Grandes Civilizaciones".


Bajo la innovación esquemática de "Religiones del Mundo", la muestra propone un acercamiento a la milenaria tradición espiritual del budismo desarrollada en oriente, desde un enfoque protagonizado por la vertiente femenina de Buda: Guanyin, quien representa la armonía y la compasión.


Guanyin es uno de los "bodhisattvas" o budas, más venerados, quienes son definidos como aquellos que han alcanzado la condición de "despierto" o iluminado", y que en muestra de generosidad renuncian al Nirvana o paraíso, para ayudar a la humanidad.


Guanyin en su representación más generalizada, aparece con once cabezas y mil brazos. Dentro de la leyenda que le envuelve, se dice que ante el pesar que le produjo el sufrimiento del mundo, su cabeza estalló de dolor, mientras que su padre espiritual, Amitabha, convirtió cada trozo en una cabeza entera.


Las sorpresas artísticas de la instalación, fueron adelantadas en conferencia de prensa el día de hoy, por una mesa presidida por Sun Jiamu, consejero cultural de la Embajada de China en México, y Salvador Rueda Smithers, director del Museo Nacional de Historia.


A la ceremonia también asistió José Enrique Ortiz Lanz, Coordinador Nacional de Museos y Exposiciones del INAH, así como la curadora mexicana de la exposición, Silvia Seligson.


Ortiz refirió que el génesis del proyecto se remite a un ejercicio de correspondencia entre México y China, después de que en el país más grande del mundo, se proyectara la exhibición "Jaguar, huellas de lo divino".


Por su parte, Rueda subrayó que con esta muestra se inaugura el ciclo más complejo del rubro Grandes Civilizaciones, que inició hace 14 años, por el enfoque religioso de la temática, que distingue a un culto con más de 2 mil 500 años de antigüedad.


Para Jiamu, este proyecto fortalece la relación entre países, cuya historia comparte milenarias aportaciones a la humanidad, y que a través de puentes culturales, han cooperado para apoyar el arte, y fortalecer sus vínculos.


Cabe señalar que la exposición estuvo en el Forum Universal de las Culturas de Monterrey, el año pasado, registrando una convocatoria de más de 80 mil personas.


A diferencia de la instalación que precede la muestra en la Ciudad de México, el espíritu de esta edición se centrará en la filosofía y ubicación cronológica de las piezas, que han sido divididas en tres secciones: "El Buda Histórico", "El Budismo en China" y el "Budismo en el Tíbet".


En el primer apartado se brindará una introducción a los orígenes del budismo en la India, cuyo pensamiento espiritual fue creado por Siddharta Gautama (556 a.C.), y que paulatinamente se transformó en religión.


La segunda sección comprenderá una aproximación al budismo transmitido en China durante el comienzo de la era actual, específicamente en el período de la dinastía Han.


Así como las transformaciones en los gobiernos subsecuentes, y las características que adoptó la figura de "Avalokitesvara" o "Guayin", hasta ser completamente femenina.


La última parte dará cuenta del origen del budismo tibetano o vajrayana, durante el período Pre Hong (mediados del siglo VII al IX D.C.). El sistema religioso de la reencarnación para asegurar la continuidad del linaje de su Santidad, y las distintas advocaciones de Guanyin o "Chenrezig", como se le conoce en el Tíbet.


Los materiales de las obras transitan por el bronce, cobre, madera, piedra, porcelana, tela y papel; y corresponden a las dinastías Lao (916-1125), Luang (1271-1368), Ming (1368-1644) y Ping (1644-1911).


Una de las piezas emblemáticas de la exposición es la escultura de Bodhisattva Avalokitesvara Guanyin, con mil manos e igual número de ojos, cuyas dimensiones son de un metro y ochenta y tres centímetros de alto, por noventa de ancho, con un peso superior a 400 kilos.


Los recorridos abarcarán un área de 750 metros y contarán con video proyecciones y cédulas para ampliar la información, de obras que fueron protegidas de las persecuciones religiosas del Siglo VII, y la Revolución Cultural de Siglo XX en China.

 


 
 
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