Salen pintados a las calles de San Nicolás de los Ranchos


Especial

 

Judíos y huehues, niños y ancianos salieron de sus casas para iniciar el carnaval en San Nicolás de los Ranchos.


Sin embargo, los pintados comenzaron a improvisar sus disfraces pintando sus cuerpos con una pintura que mezcla aceite comestible con tintura en polvo. Ahora, también usan máscaras de luchador e improvisadas coronas hechas de cartón. Por otra parte, los trajes de huehue cuestan alrededor de 8 mil pesos.


Y la fiesta empieza cuando decenas de los eufóricos pintados, en su mayoría jóvenes, se escuchan por las calles aledañas del zócalo, donde se espera la coronación de la reina y el baile de los enmascarados.


En la parte cúspide de la fiesta, se hace una representación donde la reina elegida es robada por unos ladrones mientras el rey, descuidado, juega una partida de cartas. Entonces, tristes por el rapto, los huehues lloran hasta que atrapan a los bandidos, los cuelgan y los queman —en esta última parte, el papel de los ladrones lo hacen unos muñecos.


Y así la fiesta continúa cuando los huehes bailan sin cesar al ritmo que la banda les marca, mientras tanto los judíos rondan hasta donde la Policía se los permite.

 

 


 
 
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