México no se ha beneficiado con los precios altos del petróleo


Elisabeth Malkin / Ciudad de México


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México es el sexto productor de petróleo más grande del mundo, y el aumento constante en el precio del petróleo ha llegado a niveles récord. Los precios altos deberían haber generado tres mil millones de dólares más de las estimaciones presupuestales para el monopolio estatal del petróleo, Pemex. Sin embargo, ahora el gobierno dice que no hay esas ganancias inesperadas.


El anuncio reciente de la Secretaría de Hacienda enojó los políticos de oposición, quienes declararon que los tecnócratas del gobierno estaban manipulando las cifras.


La disputa por las ganancias faltantes va más allá de la largueza gubernamental, aunque es parte de la cuestión. Según la legislación mexicana, un porcentaje del dinero extra por los precios altos del petróleo se distribuye entre los gobernadores estatales para que se gaste en obras públicas. (Los partidos de oposición gobiernan la mayoría de los 31 estados de México, así como la Ciudad de México.)


Sin embargo, es mucho más lo que está en juego. El Congreso se encuentra en medio de un debate público de dos meses sobre una propuesta para reformar la compañía petrolera, formalmente denominada Petróleos Mexicanos.


El punto central de la propuesta del presidente Felipe Calderón es el argumento de que la compañía petrolera no tiene los ingresos que necesita para encontrar, extraer y refinar más petróleo. El gobierno dice que las ganancias faltantes son la evidencia de los problemas de Pemex.


La oposición de izquierda argumenta que el plan de Calderón, con el que se modernizarían los procedimientos para los contratistas extranjeros y se les recompensaría por encontrar petróleo nuevo, es un intento disfrazado de privatizar a Pemex. La izquierda cree que el gobierno está manipulando las cifras para hacer que parezca que Pemex está peor de lo que realmente está, para poder reforzar sus argumentos en favor de la inversión privada.


A pesar de las dudas de la oposición, muchos analistas externos aceptan la explicación gubernamental de las ganancias que se esfumaron. “Las cifras son bastante claras”, dijo Carlos Elizondo, un analista político del CIDE, una institución de investigación en la Ciudad de México.


Aun cuando han subido los precios del petróleo, México está exportando menos crudo, que no tiene la capacidad de refinar por sí mismo, e importando más gasolina refinada, lo que eleva el costo de subsidiar los precios de la gasolina en México, que están por debajo de los del mercado.


El Congreso presupuestó con base en una producción de petróleo crudo de 3.2 millones de barriles diarios este año, y se están exportando 1.7 millones de barriles al día.


Sin embargo, la producción del primer trimestre fue de sólo 2.9 millones de barriles al día, 7.8 por ciento menos que en el primer trimestre de 2007. Las exportaciones del primer trimestre fueron de 1.5 millones de barriles diarios, 12.4 por ciento menos que en el mismo lapso del año pasado.


Andrés Manuel López Obrador, un ex candidato presidencial que nunca ha reconocido que perdió en 2006 frente a Calderón, ha encabezado protestas públicas contra la ley energética, por la cual se reestructurarían partes de Pemex, manifestaciones que han dado a su movimiento un renovado vigor.


En un mitin este mes, López Obrador exigió que el gobierno rinda cuentas por lo que dijo son 20 mil millones de dólares en ingresos faltantes por el petróleo, dinero que argumentó podrían asignarse a la reconstrucción de Pemex.


Rogelio Ramírez de la O, un economista que ha asesorado a López Obrador en cuanto a energía, dijo que la rendición de cuentas del gobierno es correcta según la ley, pero que no es transparente. El resultado ha sido que se han generado suspicacias entre los legisladores de oposición.


“El secretario de Hacienda ha asumido el papel ante el Congreso de un contador que está molestando su cliente con tecnicismos”, comentó.


Las explicaciones de la Secretaría no han acallado los cuestionamientos. “El déficit este año es totalmente atípico en el escenario de precios del petróleo récord”, dijo Mario Delgado, el secretario de finanzas de la Ciudad de México, y anunció que había solicitado al director de Pemex una explicación en nombre de otros secretarios de finanzas estatales.


Cada año, el Congreso mexicano proyecta qué tanto ganará el gobierno con el petróleo estimando el precio que obtendrá Pemex por cada barril, qué tanto producirá, y qué tanto exportará. En parte, la ganancia se calcula con base en lo que gana Pemex más allá de esa estimación.


En el primer trimestre, el precio del petróleo mexicano promedió 40 por ciento más que la estimación presupuestal —un salto que debió haber generado tres mil millones de dólares extras para la hacienda. Sin embargo, la disminución en la producción significó que Pemex exportó casi 12 por ciento menos crudo de lo que había estimado el Congreso cuando aprobó el presupuesto el año pasado.


Sin embargo, junto con el descenso en la producción y las exportaciones, el costo de las importaciones de gasolina aumentó 39 por ciento debido a mayores volúmenes y precios de los que habían estimado los legisladores. El también afectó un peso fuerte, ya que México recibió menos en términos de pesos por sus ventas de petróleo en dólares.


El resultado, dijo la Secretaría de Hacienda, fue un déficit de cerca de 800 millones de dólares.


Miguel Messmacher, alto funcionario de la Secretaría de Hacienda, dijo que la fórmula que se usa para calcular las ganancias inesperadas por el petróleo, que es la misma que se usó este año al igual que en los anteriores, es confusa.


“Los mecanismos son complejos”, comentó. “Pero están hechos con la idea de que las ganancias inesperadas no se distribuyen a menos que se tengan”.


Este año, por primera vez, los costos de subsidiar los precios controlados de la gasolina han aparecido en forma muy significativa en los libros, a un costo de unos cinco mil millones de dólares para el gobierno en el primer trimestre.


Funcionarios se han estado reuniendo con los gobernadores estatales y con políticos de la oposición para explicarles la contabilidad. “No obstante, los gobernadores no están contentos y seguirán haciendo ruido”, dijo Messmacher.


Elizondo, el politólogo, dijo que duda que la disputa por las ganancias inesperadas en sí misma cambie el debate sobre la ley energética.


El gobierno conservador de Calderón necesita apoyo del Partido Revolucionario Institucional o PRI, de oposición, para aprobar la propuesta Pemex. Sin embargo, algunas fracciones del PRI también se han echado para atrás en cuanto a la ley.


La respuesta del PRI dependerá “de si el gobierno es capaz de convencer al pueblo de que no podemos pagar por Pemex”, dijo Elizondo.

 


 
 
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