Detractores de Wal Mart suavizan sus críticas


Michael Barbaro


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Es momento para el pragmatismo radical

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Ha circulado un informe confidencial dentro de las oficinas centrales de las Tiendas Wal Mart en los últimos meses, en el que se proponen cambios drásticos en los planes de atención médica de sus empleados.


Parece el típico documento corporativo de planeación, pero no lo es. El Sindicato Internacional de Empleados de Servicios, y un grupo al que financia, llamado Wal Mart Watch, enemigos de tiempo atrás de Wal Mart, encargaron y pagaron el informe de nueve páginas, redactado por Kenneth Thorpe, un catedrático de la Universidad Emory, que entregaron a la empresa. Se les conoce por atacarla, no por cooperar con ella.


Sin embargo, después de llevar a cabo una campaña agresiva de relaciones públicas contra Wal Mart durante tres años, los críticos de tiempo completo respaldados por el sindicato, que alguna vez juraron no cejar, están bajando los garrotes.
Condenas estridentes y documentos vergonzosos que se filtraban están dando paso al reconocimiento de avances, y en el caso de Wal Mart Watch, a asesoría gratuita.


“Es justo decir que hemos sido menos descarados con ustedes”, dijo David Nassar, el director ejecutivo de Wal Mart Watch, que había atacado a la compañía en anuncios perjudiciales en los periódicos, así como en informes provocadores con títulos como: “Vergonzoso: cómo Wal Mart se abre paso intimidando comunidades por todo Estados Unidos”.


Que el movimiento contra Wal Mart se haya suavizado es algo inesperado para el detallista, cuya imagen pública y cuyo precio de las acciones resultaron afectados por las campañas bien financiadas del sindicato.


“Sin duda alguna, han ayudado a la compañía”, dijo Bill Dreher, un analista del menudeo del Deutsche Bank. “Esos ataques perjudicaron a Wal Mart”.


Las campañas financiadas por el sindicato comenzaron en 2005. Los grupos intensificaron la presión sobre la compañía, y, al principio, Wal Mart se puso a la defensiva, pero, al final, respondió en formas que sólo pocos de sus críticos esperaban. La compañía amplió sus planes de atención de la salud para cubrir más trabajadores, pero no lo suficiente para satisfacer a los sindicatos. También, hizo compromisos ambientales, como convertirse en el mayor vendedor de bombillas ahorradoras del país.


En efecto, Wal Mart ha ido tan lejos en algunas iniciativas, como los programas ambientalistas, que la derecha, en particular un grupo denominado Centro Nacional Legal y Político que la ha acusado de ceder ante lo que es políticamente correcto, ha empezado a lanzar ataques aislados.


Ahora, los grupos respaldados por el sindicato parecen haber concluido que sería más constructivo, en ocasiones, hacer participar a Wal Mart. Eso hace que naveguen por una situación compleja en la que tienen que decidir, tema por tema, si le dan la mano a la compañía o la golpean.


Desde finales de 2006, Andrew L. Stern, secretario general del sindicato que proporciona la mayor parte del financiamiento para Wal Mart Watch, se ha reunido en repetidas ocasiones con H. Lee Scott, hijo, director ejecutivo de la empresa, para discutir soluciones para la crisis de la atención de la salud del país.


Stern dijo que su diálogo con Scott “no termina con la necesidad de la vigilancia que hace Wal Mart Watch”.


Wal Mart Watch siempre ha insistido en que no recibe órdenes de Stern, aun cuando sea su sindicato el que proporciona la mayor parte de su financiamiento. Sin embargo, quienes conocen las actividades de Wal Mart Watch dicen que la creciente relación de Stern con Scott ha influido inevitablemente en el comportamiento del grupo.


Señalan que el informe sobre la atención de la salud que Wal Mart Watch encargó a Thorpe, se le entregó a la empresa este año, en lugar de publicarlo para avergonzarla, como podría haber sucedido en el pasado. No hay seguridad de que el informe influya en la compañía para que modifique sus planes médicos.


Nassar dijo que fue el Sindicato de Empleados de Servicios y no Wal Mart Watch el que entregó el informe. Incluso dentro del movimiento laboral, el trabajo de Stern con Scott ha sorprendido, ya que a algunos les preocupa que haya conseguido pocas concesiones mientras que permite que Wal Mart diga que tiene el apoyo, por limitado que sea, de un antiguo enemigo.


El enfoque menos hostil de los grupos apoyados por el Sindicato es evidente dentro de Wal Mart, que había contratado docenas de empleados nuevos para combatir la acometida negativa para su imagen pública.


Y en los últimos meses, la compañía canceló un cuarto de guerra al estilo de las campañas políticas establecido en 2005 para combatir a Wal Mart Watch y otro grupo, WakeUpWalMart.com, financiado por el Sindicato de Trabajadores Unidos de Alimentos y el Comercio.


Y Wal Mart disolvió un grupo de defensoría, llamado Familias Trabajadoras por Wal Mart, cuyo propósito era lograr el apoyo para la compañía (y servir de contrapeso de los grupos contrarios a la empresa). Un vocero de la compañía no aceptó hacer comentarios para este artículo.


Wal Mart Watch y WakeUpWalMart.com aún dirigen ataques ocasionales contra la empresa, y siguen siendo vigilantes potentes en algunos temas.


Eso quedó evidenciado este año con el caso de Deborah Shank.


Shank, quien colocaba mercancías en los estantes en un Wal Mart de Misuri, padece daño cerebral a consecuencia de un accidente automovilístico y obtuvo un arreglo de un seguro por 700 mil dólares. Después, Wal Mart trató de recobrar más de 400 mil dólares, para cubrir lo que la compañía había erogado por sus gastos médicos.


Wal Mart Watch y WakeUpWalMart.com rápidamente entraron en acción. Por ejemplo, el primero abrió un sitio en la red que permitió que miles de personas enviaran correos electrónicos a los 40 ejecutivos principales de la empresa, en los que expresaban su desacuerdo con esa posición.


Después de que la campaña del grupo generó una gran atención —abrumadoramente negativa— en los medios informativos, la compañía se retractó en abril diciendo que perdonaría los gastos.


Tales campañas, muchas creadas por los grupos respaldados por el sindicato o ampliadas por ellos, parecieron materializarse varias veces al mes a partir del 2005.


Ese año, el recién formado Wal Mart Watch obtuvo una copia de un memorando interno de la empresa en el que se proponen formas de recortar costos por la atención médica de los empleados contratando menos no saludables.


Ese mismo año, cuando WakeUpWalMart.com se fundó, el grupo pagó comerciales en la televisión en los que se cuestionaba que los cristianos hicieran sus compras en esas tiendas, debido a los salarios y prestaciones. “Jesús no aceptaría los valores de avaricia y ganancias a cualquier costo de Wal Mart”, se decía.


Sin embargo, ahora es rara esa exacerbación, y tienden a atraer significativamente menos atención.


Líderes de ambos grupos dijeron que su despliegue violento de actividad nunca fue sostenible, y tenía la intención de ser una forma rápida de atraer atención.


“No se puede mantener ese nivel candente de energía”, dijo Meghan Scott, directora de comunicaciones de WakeUpWalMart.com.


Nassar, de Wal Mart Watch, dijo que su grupo necesitaba “transitar de ser una campaña a ser una organización que está aquí para el largo plazo”.


En gran medida parecidos a una campaña política después del día de la votación, los grupos han reducido su personal. Wal Mart Watch, que alguna vez tuvo 40 empleados, ahora tiene 10. WakeUpWalMart.com tuvo hasta 12, pero ahora tiene unos seis. Y sus fundadores agresivos, Paul Blank y Chris Kofinis, anteriormente operadores políticos, se fueron en 2007.
Ambos grupos insisten en que, aun si hay un cambio en su tono y su tamaño, no han renunciado a su misión de luchar para hacer que Wal Mart sea un mejor empleador que pague salarios más altos y ofrezca una atención de la salud más generosa.


“No creo que haya habido un progreso significativo” en esos frentes, dijo Scott. Wal Mart, comentó, aún hace que los empleados tengan deducibles que van de los 700 dólares a los cuatro mil dólares al año en los seguros médicos. Y la mayoría de ellos gana menos de 20 mil  dólares anuales.


Sin embargo, Nassar y Scott reconocen que el apetito por la crítica contra Wal Mart, que al principio parecía insaciable, se ha reducido, en especial en los medios informativos. “Se ha dado una cierta cantidad de fatiga en cuanto a escribir la historia de que Wal Mart es mala”, dijo Nassar. Scott lo describió como “un enfriamiento de la historia Wal Mart”.


Ambos dijeron que sus grupos están persiguiendo estrategias diferentes, de menor perfil, que las de 2005 y 2006. Wal Mart Watch, por ejemplo, quiere que se le perciba como la mejor fuente de investigación fuera de la empresa; WakeUpWalMart.com se está acercando más a establecimientos periodísticos regionales, en lugar de a los grandes periódicos nacionales.


Ambos dijeron que seguirán siendo críticos cuando tenga sentido serlo. “Conforme la compañía hace cambios, se vuelve más difícil ser crítico”, dijo Nassar, “porque nuestras críticas tienen que ser más matizadas”.

 

“Pero está bien”, agregó. “No nos incorporamos porque fuera un trabajo fácil”.

 


 
 
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