Sueños globales para una web inalámbrica


John Markoff /Menorca, España


Notas Relevantes

Partes de España se vuelven desiertos

Notas Anteriores

Sentado en la terraza de Finca Torrenova, su retiro de 325 hectáreas en esta isla del Mediterráneo, Martín Varsavsky repasa las credenciales del grupo de emprendedores de Internet que está terminando de almorzar en una mesa cercana.


“Él tiene 40 millones de visitas, él tiene 50 millones, y él tiene 8 millones”, dice Varsavsky, refiriéndose al número de visitantes a lo sitios de Web propiedad de sus huéspedes; muchos de los cuales son también socios de negocios y se han unido a él para varios días de una lluvia de ideas sobre el futuro digital.


En estos días, la victoria comercial en el Internet gira en torno totalmente de la escala, y se le puede perdonar a Varsavsky, un argentino de 48 años de edad, por hablar con añoranza y en detalle sobre los logros de sus colegas. No extraño para el éxito —ha tenido una considerable consecha de logros en medios nuevos y telecomunicaciones desde los años 90—, sigue luchando por lograr la realización de su más nueva empresa de Internet.


Hace tres años, con la intención de crear una red inalámbrica global, fundó FON, una compañía basada en Madrid que quiere desatar el poder potencial del Internet social. La apuesta de FON es que los usuarios de Internet compartirán una parte de su conexión inalámbrica con extraños a cambio de acceso a hotspots inalámbricos controlados por otros.


Los intercambios, en teoría, permitirían a los “Poneros” tener acceso inalámbrico global ubicuo mientras viajan de negocios o de placer. Pero pese a 55.2 millones de dólares en apoyo de pesos pesados corporativos como Google y BT, la ex British Telecom, así como empresas más nuevas como Skype y un puñado de firmas de capital aventurero, FON y Varsavsky siguen sin contar con un ingrediente crucial: escala.


Por el momento, hay sólo 830,000 Foneros registrados alrededor del mundo, y sólo 340,000 hotspots Wi-Fi activos operados con software de FON. Como está construido en base al conceo de acceso Wi-Fi compartido, FON funciona bien sólo si hay Foneros en todas partes.


Sin sentirse desalentado, Varsavsky dice que lo que le falta actualmente en escala puede compensarlo con enormes ahorros de costo, particularmetne porque FON evita la propuesta costosa de tener que construir una red mundial de torres celulares y nódulos de Wi-Fi desde el principio.


“Nuestro ejército de Foneros es una forma mucho más eficiente de distribuir una señal”, dice. “Creemos que los operadores de WiMax se sentirán contentos de tener a algunos clientes usando sus servicios gratuitamente y ahorrando miles de millones de dólares en despliegue de infraestructura”.


Varsavsky ha trabajado tiempo extra tratando de alinear a los socios de alto perfil para FON. Con ese fin, viajó a Cupertino, California, el otoño pasado para reunirse con Steve Jobs, el director ejecutivo de Apple.


Durante esa reunión de 90 minutos, dice Varsavsky, los dos hombres discutieron por qué una asociación podría tener sentido.


Apple ha vendido millones de sus enrutadores Wi-Fi a clientes residenciales, y su comunidad de usuarios de Wi-Fi que comparten acceso a enrutadores sería una plataforma ideal para FON. Por su parte, Jobs había desarrollado interés en compartir Wi-Fi debido al creciente número de usuarios de iPhone que a menudo se sienten frustrados por puntos de acceso a Wi-Fi bloqueados.


Pero, dice Varsavsky, desde el momento en que él y Jobs se conocieron, su discusión degeneró en una discusión. (Jobs no respondió a solicitudes de comentarios sobre la reunión.)


Al inicio, recordó Varsavsky, Jobs preguntó bruscamente “¿Quién necesita tu comunidad?” y “¿Por qué British telecom se molestaría en hacer un acuerdo contigo, y por qué la gente no debería simplemente dejar sus enrutadores abiertos para compartir?”


Varsavsky dice que respondió: “¿Por qué deberían ustedes molestarse en hacer un acuerdo con AT&T? ¿Los iPhones no deberían conectarse libremente con cualquier red de telefonía celular?”


Varsavsky dice que dejó la reunión con la incómoda sensación de que Apple podría terminar como competidor en vez de como socio. Pero no fue sólo debido a la legendaria terquedad de Jobs que la reunión con Apple aparentemente terminó mal. El propio ego sustancial de Varsavsky también entró en juego; algo que él reconoce libremente cuando habla sobre cómo entró en el negocio.


Recientemente Varsavsky reunió a más de 70 personas de negocios y tecnólogos de Internet de Europa, Asia, Latinoamérica y Estados Unidos para un cónclave en su granja de Menorca. Algunos invitados representaban a las más de 20 empresas digitales en las cuales él tiene una participación; otros eran “amigos de Martín”, un grupo que comprende a su red de negocios informal en todo el mundo.


El cónclave de cuatro días incluyó varias “conversaciones de tecnología” sin guión en las cuales los emprendedores describieron los problemas que enfrentaron en el desarrollo de sus negocios. Uno de los participantes era Lukasz Wejchert, el director ejecutivo de Onet, el portal de Interent dominante de Polonia.


Acuerdos con compañías como Onet serán cruciales si Varsavsky desea lograr su objetivo de tener un millón de usuarios de FON en cada uno de los tres continentes para 2010. Las dos compañías recientemente se acercaron a un acuerdo, dice Wejchert, pero Onet decidió que era aún demasiado pronto para convertise en un proveedor de servicio de Internet en Polonia porque el ambiente regulador funcionaba contra nuevos participantes.


Que importantes actores como Onet están empezando a encontrar a FON como un socio potencialmente lucrativo es prometedor, y las formidables capacidades de red de Varsavsky con políticos y emprendedores también son una ventaja. Finalmente, sin embargo, el éxito de FON dependerá de su solidez estratégica y destreza operacional, no de las habilidades de Varsavsky para trabajar en el circuito de los cocteles.


A él le gusta referirse a FON como una "revolución", pero hasta ahora su cruzada ha tenido dificultad para cobrar impulso porque las alianzas corporativas formales han sido lentas en encajar.


En el enfoque de Varsavsky, la operación de FON es subsidiada por no-Foneros —navegantes de Web pasajeros que compran tiempo para tener acceso a la red— el cual él luego puede compartir con clientes de FON. El enfoque es diferente del de Boingo, un agregador de Wi-Fi basado en Los Ángeles que cobra a los usuarios una tarifa mensual por usar hotspots mientras están viajando.


Sin embargo, tanto FON como Boingo han enfrentado importante resistencia de parte de proveedores de servicio de Internet que restringen cuidadosamente el acceso a sus clientes, dejando la idea de un Internet inalámbrico basado en tecnología Wi-Fi como un sueño incumplido hasta ahora.


Varsavsky dijo que inicialmente esperaba que vender enrutadores de Wi-Fi de 30 dólares con software de FON incorporado sería todo lo que necesitaría para ampliar las filas de Foneros alrededor del planeta. Pero este enfoque no logró cobrar impulso con la suficiente rapidez, y cambió de estrategia. Ahora está tratando de acumular convenios de distribución con proveedores de servicio de Internet.


Aunque algunos proveedores de servicio de Internet han ignorado a su compañía, Varsavsky dice que FON ha ganado entre proveedores de servicio de Internet que están buscando una forma de atraer nuevos clientes en mercados competitivos así como competir con redes celulares inalámbricas de alta velocidad.


FON ahora tiene una creciente gama de alianzas, incluidas unas con el BT Group, Neuf Cegetel en Francia, Livedoor (un proveedor de servicio de Internet japonés), y Time Warner en Estados Unidos, así como un reciente acuerdo con la ciudad de Ginebra, que está distribuyendo cientos de enrutadores de FON a los residentes.


Ahora más fuerte en Gran Bretaña, Francia y Japón, FON ha hecho progreso recientemente con nuevos acuerdos con dos importantes minoristas japoneses y un proveedor de servicio de Internet taiwanés. Y Varsavsky dijo que está cerca de importantes acuerdos en India y Rusia.


Las pérdidas de FON se han reducido de más de un millón de euros al mes a menos de 500 mil euros, dice Varsavsky. También ha renunciado a su creencia de que una próxima generación de tecnología de de Internet inalámbrica eventualmente dará a FON un impulso aún mayor.


La primera generación de tecnología Wi-Fi fue limitada en alcance, haciéndola impráctica para que los Foneros compartieran sus enrutadores ampliamente. Pero una nueva tecnología inalámbrica, conocida como 802.16, que debería estar más ampliamente disponible para los consumidores en los próximos dos años, ofrecerá alcances mucho mayores.
Esta próxima generación de comunicación inalámbrica, llamada WiMax por Intel y otros, le permitiría completar su sueño; de hecho haciendo posible entretejer una red digital inalámbrica en un área urbana con nada más que un ejército de Foneros dispuestos a permitir que sus enrutadores sean usados como micro torres celulares.


“¿Por qué tendría alguien que construir sus propias torres?”, preguntó.
El futuro de FON, argumenta, girará en torno al acceso universal al Internet inalámbrico. Mientras tanto, enfrenta un gran obstáculo en uno de los mercados de comunicaciones más lucrativo del mundo: Estados Unidos, donde las redes celulares más recientes con precios de tarifa única podría resultar un desafío porque ofrecerían cobertura de alta velocidad universal.


En Europa, el paisaje del Internet parece más prometedor. La decisión de la Comisión Europea el verano pasado de poner un tope de precio a las llamadas de voz —para hacer a los teléfonos celulares más asequibles para los residentes que viajan dentro de la Unión Europea— no incluyó a los datos móviles. Las recientes redes inalámbricas de alta velocidad introducidas en Europa también usan precios por megabye, desalentando el envío de archivos grandes como video.


Eso deja una oportunidad potencialmente grande para una solución de compartición ampliamente accesible para los viajeros. Sin embargo, incluso en Europa hay potenciales obstáculos, de los cuales no es el menor una atmósfera históricamente inhóspita para tácticas emprendedoras.


“Europa tiene un mercado más grande que Estados Unidos, pero está culturalmente fragmentada y es adversa al riesgo”, dice Varsavsky. “Pero las diferencias se están estrechando, y ahora hay capitalistas aventureros europeos y una cultura emprendedora local”.Sin embargo, él sigue sin acobardarse cuando discute su revolución inconclusa y las perspectivas de FON.

 

 


 
 
Todos los Columnistas