Hacen al 'ahí se va' megaobras de Fox


Registra el inmueble inaugurado hace 2 años falta de equipo, fugas, grietas, inundaciones...


Víctor Fuentes / Agencia Reforma

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Las grandes obras de Vicente Fox se tambalean. Primero fue la Megabiblioteca Vasconcelos, luego el Centro Nacional de Desarrollo de Talentos y Alto Rendimiento y ahora es el nuevo edificio de la Junta Federal de Conciliación y Arbitraje (JFCA) el que presenta múltiples problemas y defectos en su construcción a sólo dos años de su inauguración.


"Desde su diseño y construcción, el inmueble presenta problemas de funcionamiento y de instalaciones", explica la JFCA en un reporte enviado a la Secretaría de Hacienda el 2 de junio para justificar un millón de pesos que se gastará para dictaminar y evaluar el costo de los fallas.


Aunque el edificio se encuentra actualmente operando en su totalidad, se reportan fallas como filtraciones de agua, el humo de los autos que entran al estacionamiento se filtra al edificio y los transformadores eléctricos presentan fugas de aceite.


Además, no hay detectores de humo para prevenir incendios y no cuenta con pararrayos, que es indispensable porque la estructura es a base de acero.


Eso sin contar que la arquitectura del edificio provoca corrientes de aire y baja temperatura que ha provocado que los empleados se enfermen constantemente.


"Es muy frío, cuando llueve tenemos el problema de que todo el pasillo se moja y la gente que pasa caminando, por más que trapeen, se trae el agua y llega hasta las salas, hasta huele a humedad", comentó a REFORMA una secretaria de las salas de conciliación.


Seis meses antes de terminar su sexenio, Fox presentó el nuevo edificio como uno de sus mayores proyectos de infraestructura, en el que se invirtieron 364 millones de pesos en su construcción y 55 millones en mobiliario y equipo.


"Es un magnífico edificio, con instalaciones no sólo dignas sino inteligentes, actualizadas, equipadas con lo mejor de la tecnología", presumió el entonces Presidente el 17 de mayo de 2006 durante la inauguración.


Sin embargo, hoy la realidad dice otra cosa.


"No existe ningún elemento arquitectónico que cubra la separación entre edificios, ocasionando que se filtre el agua hacia el interior de vestíbulos... el riesgo de no solucionar este problema es que se mojen las pertenencias del personal y se dañe la documentación y expedientes, mobiliario y equipo de administración", señala la JFCA.


El inmueble, con 45 mil 340 metros cuadrados de construcción, se ubica en la Colonia Santo Tomás, en Azcapotzalco.


En un recorrido, REFORMA constató que en los pasillos para llegar a las salas de conciliación existen goteras, grietas y algunas barras de acero que sostienen el edificio y el techo presentan oxidación.


De hecho, algunos empleados colocan hules para protegerse del agua y del aire que penetran el edificio.

 


 
 
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