Continúa el robo de autopartes en la capital

Pie ex regidor perredistas frenar estos ilícitos

Hipólito Contreras

El problema de la inseguridad pública se ha convertido en el tema favorito de las campañas políticas y los discursos oficiales, sin embargo gobiernos se han ido y otros han llegado con la promesa de resolver el problema pero no hacen nada efectivo para combatirla. El ayuntamiento de Puebla es un claro ejemplo de esto, afirmó el ex regidor Arturo Loyola González.

Dijo que los políticos se jactan de gobernar en el marco de la legalidad pero incumplen la aplicación de la ley en materia de seguridad. “En el municipio de Puebla los gobiernos no sólo han faltado a su compromiso, sino incluso al mandato de la Ley Orgánica Municipal de garantizar el bienestar y la tranquilidad de las personas y sus bienes.”

Pareciera, agregó, que es más fuerte su interés por solapar la delincuencia que el compromiso social que adquieren como servidores públicos.

Expuso que la inseguridad pública no sólo se manifiesta en agresión física y directa contra las personas, sino también en daño moral cuando se le afecta a sus pertenencias, el daño más escandaloso por su magnitud y frecuencia lo padecen con el robo de las partes de un vehículo, delito que se ha convertido en una plaga que literalmente está enfermando a la sociedad.

Comentó que no obstante todas estas medidas, los hechos han demostrado su fracaso, en el caso de robo de vehículos y auto partes no han tenido la voluntad ni el valor para atacar de raíz el problema, la solución no está en los vuelos de helicóptero, ni en la adquisición de nuevas patrullas y modificación de los reglamentos.

“Para solucionar el problema, los gobiernos municipal y estatal no tienen por qué continuar simulando que buscan a los delincuentes, se trata de un problema perfectamente localizado, se encuentra en la avenida 46 poniente y sus alrededores.”

Finalmente, afirmó que dejar que Puebla capital se siga convirtiendo en la Puebla del robo de auto partes equivale que el gobierno municipal empiece a tirar su legitimidad por la borda.