Blanca Alcalá, 100 días entre claroscuros


La amenaza de ambulantes de invadir las calles, la constante


La burbuja de la alcaldesa se hizo del poder financiero y administrativo, así como de la Secretaría de Desarrollo Social, Obras Públicas y Comunicación Social, mientras que el poder político es detentado por el secretario de Gobernación, Mario Montero, y el secretario de Desarrollo Social, Javier López Zavala


Yonadab Cabrera Cruz

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Los 100 días de Blanca Alcalá Ruiz al frente de la alcaldía de Puebla se caracterizaron por ser un gobierno errático, cuya dirección no acaba de quedar clara para los ciudadanos, excepto por su notable acercamiento con el gobierno estatal y Mario Marín para diferenciarse de su antecesor, Enrique Doger.

 

En el primer tramo de su administración, la alcaldesa ha encontrado su mayor obstáculo en integrar un equipo de confianza, una vez que varios funcionarios de primer nivel responden a los intereses de Javier López Zavala y Mario Montero.


La amenaza de una huelga en puerta y los amagos de los vendedores ambulantes de instalarse otra vez en las calles, así como limitados recursos económicos, fueron las bombas que recibieron a Blanca Alcalá Ruiz cuando arribó a la Presidencia Municipal, y que en 100 días marcaron el destino de este trienio y el perfil de la primera alcaldesa de la capital poblana.


Cabe destacar que el poder del ayuntamiento blanquista quedó dividido en partes iguales. La burbuja de Blanca Alcalá se hizo del poder financiero y administrativo, así como de la Secretaría de Desarrollo Social, Obras Públicas y Comunicación Social, mientras que el poder político es detentado por Mario Marín, el secretario de Gobernación, Mario Montero, y el secretario de Desarrollo Social, Javier López Zavala.


También desde el inicio del trienio Blanca Alcalá dejó entre ver que estaría sujeta a las designaciones del gobernador Mario Marín Torres, pues en los primeros días de su gobierno asistía a todos sus eventos con el mandatario poblano, y este hacía acto de presencia en cada programa público de la comuna, demostrando su desesperación por restaurar las relaciones del ayuntamiento con el Gobierno del estado.


Pero a pesar de la intromisión de Mario Marín en el ayuntamiento, Blanca Alcalá rechazó que fuera subordinada del mandatario poblano y que él le hiciera la agenda del municipio. Estableció que la autonomía de su gobierno será intacta, y aseguró que no habrá sumisión o confrontación con las fuerzas políticas ni con el gobierno del estado.


“Quiero que este gobierno sea recordado como el gobierno para todas y todos. Demostremos que podemos ser un municipio que puede volverse más próspero sin perder su alma; que podemos ser ejemplo de cohesión social (…) que podemos generar riqueza sin contaminar el aire que respiramos (…)”.


A pesar de que la gestión de la primera mujer que gobierna Puebla se ha caracterizado por ser gris, la CEMIC, la Coparmex, y hasta el Comité Directivo Municipal del PAN le dieron su voto de confianza a Blanca Alcalá, aunque sus titulares reconocieron que inició lenta esta administración y esperan que vaya tomando rumbo conforme transcurra el tiempo.


El líder de la Coparmex y el dirigente municipal del PAN, Luis Mora Velasco, y Bernardo Arrubarrena, respectivamente, culparon a los grupos políticos antes mencionados por el lento inicio de la gestión blanquista, pues están en una lucha por obtener el control de las áreas de la comuna.


Luis Mora explicó que Blanca Alcalá recibió un municipio lleno de baches, con desabastecimiento de alumbrado público y una relación desgastada políticamente entre el ayuntamiento y el Gobierno del estado: “El inicio tan lento de esta administración no fue un factor de Blanca Alcalá, estos factores fueron ocasionados por personajes que no se pueden señalar, pero mueven intereses políticos al interior del ayuntamiento, lo malo es que ella está rodeada de todos estos grupos de poder.”


Alcalá Ruiz fue clara desde el primer día de gestión, y aseguró que su trienio no se caracterizaría por confrontar, por encabezar peleas absurdas, por romper relaciones con los actores políticos, sino todo lo contrario; sus tres años de gobierno serían recordados por el diálogo, la negociación y conciliación.


Y así fue desde el inicio. Ante todos los problemas que rodearon a la presidenta municipal, los cuales se creyeron que la ahogarían, que la agobiarían, Blanca Alcalá respetuosa de las formas políticas y a su estilo, fue resolviendo uno a uno estos problemas a los que ella calificó como “una piedrita en el camino”, debido a que han sido orquestados por los grupos de poder que están arraigados en su administración.

 

Las batallas


El primer problema que detonó fue el desabasto de insumos en la bodega, lo que provocó la irá de los sindicalizados, por lo que su líder, Israel Pacheco Velásquez, dio los primeros gritos de guerra, al calificar de ineptos e incapaces de resolver los problemas de la ciudad a los colaboradores de Alcalá Ruiz: “no tenemos pintura, hojas, ni lapiceros, cómo vamos a trabajar si ni una escoba tenemos. Los trabajadores de Alumbrado Público llevan días parados.”


La relación del sindicato con la alcaldía estuvo a punto de fragmentarse, cuando el Tribunal Municipal de Arbitraje rechazó el emplazamiento a huelga del sindicato debido a diversas inconsistencias jurídicas, como el hecho de que se pusiera en la leyenda “Revisión al Contrato Colectivo de Trabajo”, cuando tendría que decir “Revisión a las Condiciones Generales de Trabajo”, además de que las hojas estaban mal foliadas y pedían el 300 por ciento de aumento salarial.


Blanca Alcalá fue firme, desde que inició este conflicto siempre prefirió el diálogo y tácticamente fue envolviendo al líder sindical para que aceptará la oferta del ayuntamiento de incrementar en un 4 por ciento el sueldo de los trabajadores, así como analizar detalladamente las mejoras a las condiciones laborales, puntos con los que apaciguó el problema y evitó una huelga.

 

Los ambulantes


Sin embargo, la huelga no fue el único problema que enfrentó Blanca Alcalá al inicio de su administración. Más grave fue el conflicto con los vendedores ambulantes, quienes desesperados por no ver respuestas a su reubicación, decidieron salir nuevamente a las calles, tronando las relaciones con el ayuntamiento que logró la administración anterior. Dicho problema destapó la ineficiencia y falta de operación política del secretario de Gobernación, Juan de Dios Bravo Jiménez, quien más que operar para Blanca Alcalá se ha distinguido por trabajar para el secretario de Desarrollo Social, Javier López Zavala.


La alcaldesa decidió echar abajo la propuesta dogerista para reubicar a los ambulantes, por lo que desechó el predio de los Matanzo —ubicado en la avenida 4 poniente y 11 norte— para buscar otras alternativas, las cuales hasta el momento no se han concretado.


Desde el 15 de febrero, Blanca Alcalá prometió reubicar a los comerciantes informales, para lo cual decidió adquirir una línea de crédito por 20 millones de pesos, y comprar dos predios que ya cuentan con los espacios divididos para que se reinstalen los ambulantes; uno localizado en la 11 norte y 18 poniente y el otro se ubica en la 13 norte y 8 poniente.


La expropiación de estos predios, así como el programa para reubicar a los informales hubiera significado un millonario negocio para el encargado del proyecto, el secretario de Desarrollo Económico, Fernando Ariza de la Fuente, por lo que los regidores le echaron abajo en tres ocasiones el proyecto.


Debido a las promesas incumplidas por parte de las autoridades municipales hacia los ambulantes, estos últimos, ante la desesperación de no  tener ingresos para mantener a sus familias, decidieron regresar a las calles, argumentando una falta de sensibilidad y negociación por parte del secretario de Gobernación municipal, además de que los informales hasta el momento exigen ser reinstalados en el predio de los Matanzo, pues para ellos los predios que adquirió Blanca Alcalá no tienen vida comercial.


Pero el secretario de Desarrollo Económico, Fernando Ariza de la Fuente, aseguró que es imposible reubicar a los informales en el predio de los Matanzo, debido a un “estudio técnico” emitido por el INAH, el cual prohibía reinstalarlos. Sin embargo, este estudio solo se remite a una recomendación, la cual no tiene ningún sustento antropológico, histórico o arqueológico y sí recomienda instalar a los informales en ese lugar, incluso hasta manifiesta las condiciones bajo las cuales se podría llevar acabo esta acción.

 

División entre los regidores priistas


Otro de los problemas a los que se ha tenido que enfrentar Alcalá Ruiz en estos primeros 100 días de gobierno municipal, es a la falta de integración entre los regidores del PRI. Gracias a que estos integrantes del cabildo pertenecen a diferentes cúpulas priistas, la alcaldesa ha tenido que buscar la forma de integrarlos a su plan de trabajo, dejando a un lado sus intereses personales y el grupo de poder al que pertenecen. Para tal fin, delegó al coordinador de Políticas Públicas de la comuna, Víctor Giorgana Jiménez, la facultad de intervenir y conciliar las actividades entre los regidores tricolores.


Las primeras disputas entre los regidores del PRI fueron de Humberto Vázquez Arroyo y su coordinador René Sánchez Juárez, cuando el primero no fue invitado a participar en la presentación del proyecto de trabajo de los regidores de su partido. Esta reunión fue el detonante para que Humberto Vázquez Arroyo descalificara a René Sánchez Juárez como coordinador de los regidores de este partido político: “Adentro hace lo que quiere, afuera no tiene capacidad de consenso”.
Por si fuera poco, Blanca Alcalá ha tenido que ceder en diversas ocasiones a los caprichos de René Sánchez Juárez, quien obstaculizó la integración de la Comisión de Ecología, para que él formara parte en los designios de los vocales de esta mesa de trabajo, restándole importancia a las facultades de la Comisión de Ecología.


Otro capricho más del también líder de la Croc, lo realizó en la sesión de cabildo del 17 de mayo, donde se aprobaron los resultados de las elecciones en las juntas auxiliares. René Sánchez sin ningún argumento jurídico impidió que se citara a comparecer al secretario de Gobernación Municipal, Juan de Dios Bravo Jiménez, por las diversas irregularidades que se presentaron en el proceso de renovación de las autoridades en dichas demarcaciones, además de que minimizó las pruebas que presentaron los candidatos de las planillas perdedoras.

 

Las áreas del ayuntamiento más sonadas


Secretaría de Gobernación: presidida por Juan de Dios Bravo Jiménez, es el área del ayuntamiento más criticada y con peores resultados desde el inicio de la administración de Blanca Alcalá. 34 manifestaciones, hechos violentos en el proceso electoral de las juntas auxiliares, la falta de operación para impedir que los ambulantes volvieran a tomar las calles del centro histórico, la censura a los grupos de diversidad sexual y hasta una demanda ante la Comisión Estatal de Derechos Humanos, evidencian a esta secretaría y a su titular como el talón de Aquiles de la administración blanquista.


El líder municipal del PAN, Bernardo Arrubarrena, calificó como el talón de Aquiles de la administración de Blanca Alcalá a la Segob municipal: “la Secretaría de Gobernación es el punto débil de Blanca, esta área se debe reforzar porque es pobre e ineficiente, no hay un buen trabajo en la dependencia.”


Secretaría de Administración: encabezada por Gabriela García Maldonado, es otra de las áreas que tuvo problemas al inicio de la gestión, los cuales se caracterizaron por los enroques en esta dependencia y la falta de licitaciones que ocasionó diversos problemas como el desabasto de insumos, a pesar de que la anterior administración le dejó materiales para un mes, en lo que la nueva gestión iniciaba sus licitaciones y compras expeditas.


Secretaría General: el titular de esta dependencia, Cesar Pérez López, se ha caracterizado por ser un funcionario gris, sin propuesta ni participación al interior del ayuntamiento, sus únicas participaciones en los medios de comunicación se remiten a dos ruedas de prensa que ofreció; una para dar a conocer la compra emergente de materiales para resolver el primer paro de labores del sindicato, y la segunda cuando dio a conocer la oferta de la comuna al sindicato, después de que el Tribunal de Arbitraje Municipal le negara su emplazamiento a huelga.


Secretaría de Seguridad Pública y Tránsito Municipal: A pesar de que esta dependencia ha sido una de las que ha recibido más recursos en el inicio de la administración, sus pésimos resultados han dejado mucho que desear. Dos robos a camionetas de valores, asaltos, una balacera en la avenida 105 poniente y una huelga de policías municipales son las evidencias de que no funciona esta dependencia a pesar de todos los recursos que se han destinado para su funcionamiento.


Funcionarios como el síndico municipal, Román Lazcano Fernández; el secretario de Gestión Urbana y Obra Pública o el de Desarrollo Económico, Fernando Ariza de la Fuente, se han destacado por aparecer más en los medios de comunicación, así como anunciar los distintos trabajos que llevan acabo sus dependencias.

 

Los logros erráticos


En estos 100 días Blanca Alcalá inauguró un semáforo, inició un  programa emergente de bacheo, rehabilitó el puente de Ovando, 10 parques y jardines en el centro histórico, relaminación de distintas avenidas y calles en la ciudad como la 20 oriente, 16 de septiembre, Juan de Palafox y Mendoza entre otras. Se rehabilitaron alrededor de 10 mil luminarias a lo largo y ancho de toda la ciudad.


Con su programa Manos a la Obra atendió a unidades habitacionales como: Manuel Rivera Anaya, San Jorge, y juntas auxiliares como San Andrés Azumiatla, San Miguel Canoa, San Sebastián de Aparicio, San Baltazar Campeche y San Felipe Hueyotlipan.


Además, se creó el Fondo Idea para impulsar los proyectos de micro y pequeña empresa, para lo cual Blanca Alcalá se disminuyó el 30 por ciento de su salario mensual. También se instalaron los dos primeros Centros de Atención a Emprendedores.


Adquirió 14 patrullas y firmó un convenio con el Consejo Nacional de Seguridad para obtener recursos hasta por 104 millones de pesos, los cuales serán usados para adquirir más vehículos, comprar cámaras de seguridad y para la profesionalización de los cuerpos policíacos.


Firmas de convenios con universidades como la UAP, UTP, Tecnológico de Monterrey, así como con dependencias descentralizadas como el Instituto Electoral del Estado (IEE), la Comisión Estatal de Derechos Humanos, entre otras.


Finalmente, y a pesar de que los 100 días de Blanca Alcalá en el empoderamiento se caracterizaron por hacer obras de menor impacto, por hacer acciones sin trascendencia, recibió el voto de confianza del Comité Municipal del PAN, de la Coparmex y la CEMIC.


Luis Mora Velasco, presidente de la Coparmex, avaló el trabajo de Blanca Alcalá, incluso le recomendó acercarse al gobierno del estado para crear obras de mayor infraestructura y modernización de la ciudad.


El presidente de la CEMIC, Claudio Valdez, justificó que no se haya realizado una obra en los primeros 100 días de gobierno, pues dijo que al inicio las administraciones  municipales siempre tienen problemas: “Es difícil el comienzo, pero se le nota entusiasmo, ganas y su programa de obra pública es básico.”


Asimismo, afirmó que el 29 de mayo se reunirá con la alcaldesa para conocer el programa de obra pública que se llevará acabo en este trienio: “lo interesante aquí es que la presidenta nos toma en cuenta. El proyecto del bulevar Atilac y del distribuidor vial de Valsequillo-bulevar 5 de mayo son de nosotros.”


Hasta el dirigente municipal del PAN, Bernardo Arrubarrena, dio su voto de confianza a Blanca Alcalá, y dijo que no juzgará este ayuntamiento antes de tiempo. Señaló que lo positivo de este gobierno es la creación del fondo para emprendedores y el impulso a los microempresarios “que ni Marín ha hecho a pesar de que lo prometió”.


Pero aseguró que no se ha visto el bacheo en las colonias del sur y hay deficiencia en el alumbrado público: “es muy prematuro para hablar de pasos a desnivel y magnas obras.”

 


 
 
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