La decisión de compañera de fórmula de McCain: audaz y riesgosa


Peter Baker / Washington


Notas Relevantes

Después de 43 años, Israel está listo para la Beatlemanía

Notas Anteriores

El senador John McCain pasó el verano argumentando que un candidato de poco más de 40 años de edad con cuatro años en un cargo estatal y sin experiencia importante en política exterior no estaba listo para ser presidente.


Y luego seleccionó como su compañera de fórmula a una candidata de poco más de 40 años con dos años en un cargo estatal y ninguna experiencia importante en política exterior.


La selección de la gobernadora Sarah Palin de Alaska resultó muy característica de McCain: audaz, riesgosa y desafiantemente radical. Demostró que no se dejaría llevar por lo convencional cuando buscó poner a una mujer en línea hacia la presidencia por primera vez. Sin embargo, al apelar de forma tan descarada a los simpatizantes de la senadora Hillary Rodham Clinton, corrió el riesgo de socavar su argumento central en contra del senador Barack Obama.


"He aquí lo que me preocupa", dijo Ed Rogers, un cabildero republicano y excolaborador de los presidentes Ronald Reaga y George H.W. Bush. "McCain tenía que proteger su reputación como oponente del status quo en Washington. Tenía que seleccionar a alguien con el currículo más corto en Washington. Lo hizo. Seleccionó a alguien con quien el ala derechista estará feliz. Pero es una apuesta.


"El interrogante es: ¿qué sucederá con el argumento de que Obama no está listo?", continuó Rogers.


La pregunta es muy pertinente para McCain, quien a los 72 años sería la persona más vieja en asumir la presidencia si gana en noviembre. Su campaña ahora necesita convencer al público de que puede imaginar en la Oficina Oval a un candidato que ha pasado sólo dos años como gobernadora de un estado con una población pequeña.


Pero Palin, de 44 años de edad, aporta claras ventajas a la fórmula. La "mujer portadora de armas y jugadora de hockey", como describió el estratega republicano Karl Rove a Palin, instantáneamente dio un impulso a la tambaleante base conservadora de McCain, que se regocijó por la selección de una cristiana evangélica opuesta al aborto.


Su reputación como reformista que enfrentó a su partido estatal contra la corrupción y el gasto derrochador pudiera reforzar el propio atractivo inconformista de McCain.


Su narrativa personal como una madre trabajadora que cría a cinco hijos, incluido un bebé con síndrome de Down, con un esposo que pertenece a un sindicato, podría resultar atractiva para los votantes de clase obrera en los estados disputados que han visto con sospecha a Obama. Y su presencia en la boleta permitirá a los republicanos argumentar que Obama no sería el único en romper barreras de ser elegido.


"Ha elegido a una mujer ajena a Washington que será una aliada para él en sacudir la forma en que se hacen las cosas", dijo Ron Nehring, presidente del Partido Republicano de California. "Es alguien con sólidas credenciales conservadoras pero también sólidas credenciales como reformista. Y es evidente después de ver el acto de hoy, que nadie va a atropellar a Sarah Palin; ni Barack Obama ni Joe Biden", el candidato vicepresidencial demócrata.


Al seleccionar a una compañera de fórmula sin profunda experiencia pero que haría historia, McCain eligió a alguien que en cierta forma se parece a Obama. Al mismo tiempo, al seleccionar al senador Joe Biden de Delaware como su compañero de fórmula, Obama recurrió a un veterano residente de Washington con incluso más tiempo en el Senado que McCain. Al igual que sería más difícil para McCain atacar a su oponente por su nivel de experiencia, quizá sea más difícil para Obama pintar a su rival como una criatura de la capital.


Aunque Obama hizo una selección segura de compañero de fórmula y McCain tomó una audaz decisión, ninguno recurrió a un compañero de fórmula originario de un estado poblado o disputado.


Y en una intrigante coincidencia, ambos seleccionados para la vicepresidencia tienen hijos en las fuerzas armadas que se dirigirán a Irak este otoño, una experiencia compartida que podría sazonar su debate del 2 de octubre en St. Louis en diferentes formas cuando se trate de la seguridad nacional.


La selección de Palin ofreció indicios de cómo McCain gobernaría: celebrando deliberaciones con un círculo hermético de asesores, viendo más allá de las opciones obvias, corriendo riesgos y saboreando las sorpresas.


Palin ha sido una estrella en ascenso en la derecha desde que derrotó a un gobernador titular en una primaria republicana en 2006 y luego a un exgobernador demócrata en la elección general. Con un índice de aprobación de alrededor de 80 por ciento, está entre los gobernadores más populares de Estados Unidos.


Pero su éxito ha tenido lugar en un escenario pequeño. Los 115 mil votos que recibió al ganar el puesto de gobernador hace dos años apenas eclipsaron a las 80 mil personas que atestaron un estadio de futbol americano en Denver para ver el discurso de aceptación de Obama.


Estrategas demócratas compararon su selección con la de Geraldine Ferraro en 1984 o Dan Quayle en 1988, sugiriendo que la decisión reflejaba la desesperación de McCain. "Se siente un poco como Walter Mondale", dijo Jim Jordan, un consultor político demócrata. "Es un veterano de Washington respetado que se ha topado con fuerzas políticas que son mayores a sí mismo. Y ha respondido tomando una decisión que se percibe presa del pánico".


Algunos republicanos, sin embargo, distinguieron el currículo de Palin del de Obama argumentando que la experiencia ejecutiva de Palin como gobernadora era más valiosa que la historia legislativa de Obama. El argumento de "no está listo" contra Obama, sugirieron, se enfocará más en el juicio que en la experiencia pura.


Y sostuvieron que Palin sacaría lo mejor de Biden, prediciendo que el veterano senador, que es conocido por sus drásticos ataques, pasaría un momento difícil no luciendo como si estuviera siendo condescendiente con una mujer.


"En cierta forma, McCain le ha puesto un trampa al argumento de la experiencia", dijo Scott Reed, quien manejó la campaña presidencial de Bob Dole en 1996, "porque si empiezan a criticarla por su experiencia, va a resultar contraproducente entre las mujeres".

 

Copyright 2008 / Todos los derechos reservados para M.N Cambio /


 
 
Todos los Columnistas