Cintas ofrecen nuevos indicios sobre maestra del misterio


Julie Bosman / Nueva York


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"Un completo egoísta", dijo Agatha Christie de Hercule Poirot, su brillante, diminuto e impecablemente vestido detective belga.


"Hinchada y solterona", dijo bromeando de la Señorita Marple, su otro detective famoso. "La vieja dama soltera que vive en una aldea".


Pronunciadas con la aguda voz de la propia Christie, estas descripciones fulminantes están contenidas en un alijo de audiocintas, recientemente descubierto en una polvorienta caja de cartón en una de sus anteriores casas por su único nieto, Mathew Prichard.


Las cintas —27 carretes que cubren un total de más de 13 horas— están llenas de concienzudos dictados de Christie sobre la historia de su vida, material grabado a principios de los años 60 que eventualmente conformó su autobiografía, publicada de manera póstuma en 1977. Destacan entre sólo un puñado de grabaciones de Christie, la escritora de misterio británica que rara vez aceptaba ser entrevistada.


El albacea de Christie llamó a las cintas un raro descubrimiento y una adición importante a la colección de recuerdos relacionados con la escritora.


En Gran Bretaña, el apetito por todas las cosas de Agatha Christie sigue siendo fuerte. Devotos fanáticos aún festejan su cumpleaños con un festival de todo el fin de semana de montajes teatrales, búsquedas de tesoros, reuniones para tomar té y fiestas para resolver un misterio. Y aunque sus libros nunca han sido considerados elevado arte literario, se venden más de 500 mil ejemplares de ellos en Gran Bretaña cada año. Sólo la superan en ventas Shakespeare y la Biblia.


Tomando en cuenta ese fuerte interés, el albacea de Christie está considerando dar a conocer parte de las cintas o publicar una nueva versión actualizada de su autobiografía.


"Son cintas muy personales", dijo Tamsen Harward, un administrador en Chorion, la compañía que controla las propiedades literarias de Christie. "Hay fragmentos y partes de la autobiografía que pudieran ser revisados, tras escuchar las cintas".


Y en un misterio que podría haber despertado el interés de uno de los detectives de ficción de Christie, sólo el tercio final de su vida puede escucharse en las grabaciones.


"Creemos que, siendo una mujer frugal, reutilizó las cintas", dijo Harward, y añadió que Christie "evidentemente" no sintió que las grabaciones tuvieran algún valor histórico.


Sus admiradores de hoy pudieran estar en desacuerdo. Las cintas fueron dictadas en una grabadora de carrete a carrete que fue abandonada en la misma caja con los 27 carretes de cinta.


Con un chisporroteo ocasional en el fondo se puede escuchar a Christie hablando sobre el escribir, sobre sus personajes y cómo los concibió, con un tono que variaba de lo casual y vago a lo escueto y profesional.


"Son extraordinarias", dijo Laura Thompson, biógrafa de Christie. "Nadie habla ya así. Ella representa la vieja Inglaterra. Suena como eduardiana, con tono caballeresco, como toda una dama. Es como si ella estuviera suspendida en un mundo de principios del siglo XX donde el orden social está intacto, y el asesinato sólo es cometido en una arena socialmente aceptable: arsénico en los bollos, o algo así".


En una cinta, Christie recuerda cómo creó el personaje de la Señorita Marple, que fue originalmente mencionado en cuentos breves pero hizo su primera aparición importante en una novela, The Murder at the Vicarage (Muerte en la vicaría).


"Ahora no recuerdo nada de haber escrito Murder at the Vicarage', dijo Christie en la grabación. "Es decir, no puedo recordar dónde, cuándo, cómo la escribí, por qué llegué a escribirla. Y ni siquiera recuerdo por qué fue que seleccioné a un nuevo personaje, la Señorita Marple, para actuar como detective en el caso. Ciertamente en ese momento no tenía intención de continuar con ella por el resto de mi vida natural".


En otra grabación pondera la repetida sugerencia de que la Señorita Marple y Poirot, dos de sus personajes más prominentes, deberían ser presentados.


"La gente no deja de escribirme en estos días para sugerir que la Señorita Marple y Hercule Poirot deberían conocerse", dijo Christie. "¿Pero por qué deberían conocerse? Estoy segura de que no les gustaría conocerse. No debo dejar que se conozcan a menos que yo sienta realmente la necesidad repentina e inesperada de que lo hagan".


Su nieto, Prichard, que también es presidente de Agatha Christie Limited, dijo que no pretende hacer público cada minuto de las cintas. "Una cosa que probablemente no haremos es dar a conocer en su totalidad el descubrimiento que hemos hecho", dijo. "Hay partes bastante extensas que son confusas y ligeramente incoherentes y obviamente tuvieron que ser editadas bastante seriamente para la autobiografía".


Después de todo, es posible que Christie nunca pretendiera que las cintas fueran escuchadas. Las dejó en una bodega en una de sus anteriores casas, en Devon, fuera de Torquay, entre pilas de otros recuerdos.


Cuando Prichard las descubrió, él tenía la intención de empezar a limpiar la anterior casa de su abuela. "Había literalmente casi una casa llena de archivos, parafernalia, basura, todo", dijo.


Después de descubrir las cintas se las llevó a un amigo, quien se las ingenió, con cierta dificultad, para operar la grabadora y transferir el sonido a un archivo digital.


Entre las otras pocas grabaciones de la voz de Christie están una entrevista de la BBC de 1955 y una grabación de 1974 en la cual recordó su experiencia en un dispensario médico en la Primera Guerra Mundial, donde obtuvo conocimiento de los venenos.


Agatha Mary Clarissa Miller nació el 15 de septiembre de 1890 de un matrimonio rico formado por su padre estadounidense y su madre británica. Se casó dos veces y mantuvo un perfil bajo, en ocasiones negándose a permitir que los editores pusieran una foto de la autora en sus libros.


Escribió 66 novelas de detectives (incluyendo Murder on the Orient Express y Death on the Nile), 163 cuentos breves, 19 obras, cuatro historias basadas en la realidad (incluida su autobiografía) y seis novelas románticas bajo el seudónimo de Mary Westmacott.


Mató a Poirot en su novela de 1975, Curtain, una muerte reportada en un obituario de primera plana para Poirot en The New York Times el 6 de agosto de 1975. Al año siguiente Christie murió a los 85 años de edad.


Thompson, biógrafa de Christie, dijo que durante el medio siglo que Christie escribió fue siempre fieramente protectora de sus personajes.


"Tenía una sensación muy definida de su valor", dijo Thompson. "No creo que le hubiera importado oír a la gente hablar sobre esos personajes en la forma en que ella lo hizo".

 

 

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