Una dura caída para una firma venerable


Louise Stor / Nueva York


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Es el fin de una era para Merrill Lynch, la firma de corretaje que llevó Wall Street a Main Street.


Como otra venerable firma de Wall Street lanzada hacia la bancarrota, Merrill, con sus propias opciones reduciéndose, se preparó para venderse a uno de los bancos más grandes de Estados Unidos.


Es una caída en desgracia notable para Merrill, de 94 años de antigüedad, cuyo logotipo corporativo —un toro— ha simbolizado desde hace tiempo el optimismo fundamental de Wall Street. Pero después de un frenético fin de semana de conversaciones entre ejecutivos de Wall Street y funcionarios federales en torno al destino del tambaleante Lehman Brothers, se propagó el temor de que Merrill, tambaleándose por las pérdidas, también pudiera flaquear. La firma ha aceptado venderse a Bank of America por 50 mil 300 millones de dólares en acciones.


"Es una sacudida enorme", dijo Steve Fraser, un historiador de Wall Street y autor de Wall Street: America's Dream Palace (Wall Street: Palacio de ensueño de Estados Unidos).


"Merrill era una especie de institución fundamental cuya estabilidad y longevidad se daban por sentadas y tranquilizaban a la gente", dijo Fraser. "Incluso en estos mercados altamente erráticos y especulativos que hemos estado viviendo, uno no pensaba que Merrill fuera vulnerable".


La venta, de ser completada, abriría un nuevo capítulo para Merrill, que fue fundado en 1914 y promovió la idea de que cualquiera, no sólo los ricos, deberían invertir en los mercados. Los corredores de Merrill se combinarían con el grupo más pequeño de asesores de riqueza de Bank of America en una entidad llamada Merrill Lynch Wealth Management, dijeron personas con conocimiento de las negociaciones.


Merrill, la mayor firma de corretaje de Estados Unidos, fue una de las primeras firmas de Wall Street en cotizarse públicamente, en 1971. Sus ejecutivos, tradicionalmente excorredores accionarios, desde hace tiempo han sido considerados portavoces de toda la industria. Después del desplome de 1987, por ejemplo, el director ejecutivo de Merrill apareció en un comercial televisivo y usó uno de los antiguos lemas de la compañía: "Merrill Lynch sigue siendo optimista sobre Estados Unidos".


John A. Thain, presidente y director ejecutivo de Merrill, fue incorporado en diciembre pasado para tratar de salvar la compañía en problemas.


Desde que la crisis crediticia estalló hace más de un año, Merrill ha estado entre los más heridos. Bajo su anterior director ejecutivo, E. Stanley O'Neal, Merrill entró agresivamente en el mercado hipotecario y se convirtió en uno de los máximos emisores de vehículos de inversión vinculados a las hipotecas de riesgo otras formas de deuda riesgosas. O'Neal fue obligado a renunciar en otoño pasado después de que empezó el alboroto en el mercado hipotecario.


Desde entonces, el banco de inversión ha absorbido más de 45 mil millones de dólares en cancelaciones, una cifra que es dos veces mayor que todas las utilidades que Merrill hizo en los dos años y medio previos a la crisis crediticia. Los cargos han hecho entrar profundamente a Merrill Lynch en números rojos y forzado a la compañía a despedir a 4 mil empleados. Merrill ha recaudado más de 15 mil millones de dólares en capital adicional para fortalecer su posición financiera pero ha luchado por recuperar la confianza de los inversionistas.


Los empleados reaccionaron con desaliento y dijeron que considerarían renunciar después de que Bank of America se haga cargo de la empresa. Muchos dijeron que les entristecía que Merrill, que durante mucho tiempo se enorgulleció de su independencia, ahora se convirtiera en parte de un banco comercial más grande.


"Cien tipos convirtieron a esta firma en una montaña", dijo un corredor que trabaja para Merrill en California y pidió mantener el anonimato porque no tenía permiso para hablar con reporteros. "Es realmente triste. Ahora vamos a ser un banco como todos los demás".


Muchos empleados esperaban que Thain le diera la voltereta a la compañía. Exejecutivo de Goldman Sachs, Thain es conocido como el Señor Solucionador porque empujó a la Bolsa de Valores de Nueva York hacia la era moderna como su director ejecutivo en los últimos dos años.


Thain emprendió siete importantes transacciones este verano con la esperanza de impulsar a Merrill. Entre las transacciones estuvieron una venta de la participación accionaria de Merrill en Bloomberg, el servicio de datos y noticias financieras. Merrill también recaudó 9 mil 800 millones de dólares de acciones comunes y se deshizo de 31 mil millones de dólares de sus inversiones hipotecarias riesgosas por centavos de dólar.


Al explicar sus decisiones en una entrevista en julio, Thain señaló la moral de los empleados y dijo que Merrill necesitaba avanzar más allá de su pasado.


"Tenemos más de 60 mil personas trabajando cada día", dijo Thain. "Todos los esfuerzos de estas personas fueron aplastados por las cancelaciones en los activos relacionados con hipotecas".


Merrill Lynch ha pasado tiempos difíciles antes. Cuando el mercado accionario se elevó en los años 20, a Charles E. Merrill, uno de los fundadores de la compañía, le preocupó la especulación y aconsejó a sus clientes que deberían "aprovechar los precios altos actuales y poner su casa financiera en orden". Después del desplome del mercado bursátil de 1929, Merrill sobrevivió en gran parte deshaciéndose de su operación de corretaje minorista y enfocándose en la banca de inversión. La compañía posteriormente se volvió a unir.


Muchos estadounidenses permanecieron escépticos de Wall Street incluso en los años 50, y Merrill Lynch usó su mercadotecnia y sucursales locales para tratar de forjar una mejor reputación para la industria. Al mismo tiempo empezó a ampliarse a Europa. En los años 90, Merrill fue la primera compañía de servicios financieros en superar el billón de dólares en activos de clientes bajo administración, según el sitio web de la compañía.


El nuevo grupo combinado, Merrill Lynch Wealth Management, sería dirigido por Robert J. McCann, el director de la operación de administración de riqueza global de Merrill. Gregory J. Fleming, presidente de Merrill Lynch, se convertirá en presidente de la banca corporativa y de inversión del banco combinado, mientras que Thomas K. Montag, que empezó en Merrill Lynch en agosto, será director de todas las ventas de riesgo, operaciones e institucionales, dijeron las personas enteradas de las negociaciones.

 

 

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