Simplemente no podía haber otro.

 

 

Para describir el ambiente que se vive dentro de las delegaciones federales solo basta decir que es una verdadera babel.

 

 

Cada quien habla su idioma, cada quien vive su propio proyecto y lo hace a su manera.

 

 

Y es que ellos sienten que no le deben favores más que a alguien en particular.

 

 

Un delegado entró gracias a Pepe Chedraui, otro le debe el favor a la senadora Blanca Alcalá, uno más es el recomendado de Juan Carlos Lastiri, por supuesto Enrique Doger también colocó un alfil y no falta el protegido de Emilio Chuayffet.

 

 

En fin cada quien tiene a su padrino.

 

 

Quien (ingenuamente) se ostenta como líder de esta camada de funcionarios federales es Juan Molina Arévalo el delegado de la Secretaría de Gobernación en la entidad.

 

 

Desde ahí se percibe el desatino y los desvaríos con que Miguel Ángel Osorio Chong ha conducido las delegaciones.

 

 

Primero nombró a Manuel Castañeda Rodríguez quien fue presentado como un “pro-hombre” del peñismo, pero al poco tiempo renunció.

 

 

Luego trajeron a Molina Arévalo a quien presentaron como otro “connotado hombre de las confianzas del presidente”.

 

 

Lo cierto es que ni la mano de Enrique Peña Nieto, ni la de Miguel Ángel Osorio Chong se sienten en Puebla.

 

 

Es más para los poblanos es como si no hubiera gobierno federal.

 

 

Nos enteramos por las noticias del gobierno de EPN, pero para la entidad es como si Felipe Calderón continuara en los Pinos.

 

 

Vaya es exactamente lo mismo. Inseguridad, criminalidad ante la indolencia, indiferencia del gobierno federal.

 

 

Es exactamente la misma gata, nada más que pintada de rojo.

 

 

Pero en los hechos hay un nuevo grupo cobrando en la nómina federal.

 

 

¿Qué es lo que hacen? Quién sabe. ¿En qué contribuyen al desarrollo del estado? Lo ignoramos. ¿De qué le sirven a su jefe máximo, el presidente de la República? De poco. Realmente de muy poco.

 

 

Hay un personaje que tiene mayores nociones de política que el resto del grupo y que trata de convocarlos para formar un frente, un bloque.

 

 

Es el delegado de la Secretaría de Desarrollo Social Juan Manuel Vega Rayet quien trata por todos los medios de dialogar, convocar, convencer a sus pares de integrar un frente y emprender un proyecto en común.

 

 

Y las más de las veces es ignorado.

 

 

No ha faltado quién diga ¿Y quién es Juan Manuel para convocarnos?

 

 

Por supuesto lo mismo dicen de Juan Molina Arévalo quien no convoca pero ni al delegado del Infonavit.

 

 

¿Qué pueden esperar los poblanos de estos delegados federales que no se unen ni entre ellos?

 

 

Nada.

 

 

¿Qué puede esperar Enrique Peña Nieto de sus funcionarios?

 

 

Lo mismo.

 

 

Es el reflejo del caótico gobierno de Peña Nieto solo que en un reducido círculo.

 

 

No se puede esperar algo de un grupo que en nada contribuye a la política estatal.

 

 

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