Los maestros, enojados, convocaron a protestas a nivel nacional para el miércoles próximo y hay que esperar a ver qué pasa.
Por lo pronto, ayer entrevistamos a varios maestros poblanos, todos del SNTE y no dudaron en manifestar su descontento y su temor.
Nos dijeron que el descontento por la forma en que se aprobó la ley reglamentaria, que elimina numerosas prestaciones que han venido gozando los mentores desde hace décadas y el que no se haya permitido la participación de los más interesados en el tema, que son los maestros, es generalizado.
¿Pero por qué no protestaron a tiempo? Preguntamos y la respuesta fue: “todos tienen miedo de perder el empleo que constituye su único patrimonio. Además, hubo muchas advertencias de líderes y de funcionarios de educación, en el sentido de que no nos metiéramos en líos, y eso constituye prácticamente una amenaza de despido”.
—¿Y no piensan ustedes que era necesaria una reforma de la educación en México?
—Claro que sí, pero ¿por qué no nos tomaron en cuenta para nada, por qué prácticamente nos despojan de lo que a lo largo de muchos años habíamos logrado y nos ponen al borde del despido? Fueron los gobiernos federales priistas y panistas los que nos concedieron los beneficios de los que gozábamos y ahora nos los quitan de la noche a la mañana. No se vale.
—¿Y qué dicen sus líderes del SNTE?
—No, si no tenemos líderes. Los dirigentes del sindicato fueron impuestos, pero no tienen respaldo real de las bases, pues ellos se doblegan a todo lo que les digan. Por eso surgió la CNTE.
—Pero la CNTE no tiene fuerza en todo el país a excepción de cuatro estados y algo en el Distrito Federal, ¿o no?
—Sí es cierto, pero eso no quiere decir que los maestros que estamos en el SNTE no nos demos cuenta que, tal vez no en todo, pero en casi todo tienen razón.
—¿Van a hacer algo?
—Pues desgraciadamente creemos que no, pero el descontento está latente en todas partes y puede haber un momento en que estalle. Todo dependerá de la forma en que dirigentes y autoridades educativas, apliquen las nuevas disposiciones, porque luego se engallan y empiezan a tratar a uno como si fuéramos sus sirvientes o empiezan a aplicar lo que nos perjudique por simple antipatía personal. Ojalá y no pase eso.
Los informes presidenciales
Ayer 2 de septiembre, el presidente Enrique Peña Nieto dio un mensaje a la Nación, con motivo de la presentación de su Primer Informe de Gobierno ante el Congreso de la Unión.
¡Cómo han cambiado los tiempos¡ ¿Se acuerda cuando los informes eran “los días del presidente”?
Ahora, en medio de violentas protestas en las calles, con el zócalo ocupado por miles de maestros inconformes con la reforma educativa, con anarquistas queriendo desquiciar la vida de la ciudad y con jóvenes protestando contra la pretendida privatización del petróleo, sería imposible llevar a cabo aquellos recorridos triunfales de los presidentes de la república que en coche descubierto y en medio de vallas formadas por burócratas y obreros sindicalizados, recorrían las calles del centro histórico de la capital del país, desde el palacio nacional hasta la sede del Congreso, para rendir su informe.
Vallas militares en todo el recorrido, acompañamiento de cadetes de caballería del Heroico Colegio Militar, miles de personas aclamando al mandatario que era cubierto por papelitos de colores que caían de todos los edificios; monumentales mantas con leyendas inolvidables: “gracias señor presidente”.
Pero fue en tiempos del panismo que eso se terminó y no porque los panistas hubieran querido, sino porque se impuso la decisión popular y en una ocasión, Vicente Fox sólo pudo llegar al vestíbulo del palacio legislativo, pero no pudo pasar al salón de sesiones. Ahí entregó el informe y tuvo que regresar.
Con Felipe Calderón siguió siendo así. Ya no acudía el presidente, sino que mandaba al secretario de Gobernación a entregar el documento y el primer mandatario daba un mensaje desde palacio nacional.
Ahora fue desde Los Pinos y el documento del informe lo entregó Osorio Chong, en el edificio de la Cámara de Diputados que estaba prácticamente blindada para evitar cualquier agresión de los grupos inconformes.
El presidente habló ante unas mil personas reunidas en el salón Adolfo López Mateos. Estuvo su gabinete y los gobernadores de todos los estados, así como algunos senadores y diputados, y desde luego invitados especiales, dirigentes de los partidos, empresarios, líderes obreros, etcétera.
El balance que hizo Peña Nieto de la situación del país no fue muy halagüeño, pero fue sincero.
Lo que no dice ni el gobierno ni su partido, el PRI, es que este gobierno recibió al país hecho un desastre. Los culpables directos fueron los dos gobiernos anteriores surgidos del PAN, pero el proceso de destrucción del país se había iniciado en los dos últimos gobiernos priistas del siglo XX, el de Carlos Salinas y el de Ernesto Zedillo. Por algo los jóvenes que el domingo recorrieron las calles de Puebla en son de protesta por la reforma energética se pararon frente a las puertas del Congreso local y después de lanzar verduras podridas a la puerta, quemaron una efigie de Carlos Salinas, a quien todos consideran el iniciador de lo que estamos viviendo.
Por lo que se ve, ya nunca volverán los tiempos del presidencialismo imperial, de los recorridos gloriosos por las calles del centro histórico de la ciudad de México. No se escuchará ya la “Marcha dragona” del regimiento de caballería que resguardaba al señor presidente, ni volverán a verse las mantas con esa leyenda que reflejaba la sumisión de un pueblo ante su máxima autoridad: “gracias señor presidente”.
Bartlett y Alcalá en el Senado
En el inicio de los trabajos del Senado de la República, correspondientes al segundo periodo de sesiones, dos senadores poblanos hicieron uso de la palabra: el ex gobernador Manuel Bartlett y la ex presidenta municipal, Blanca Alcalá.
Quién lo iba a decir, el gobernador que llevó a Blanca Alcalá a la Secretaría de Finanzas del estado, hablando desde la tribuna del Senado de la República para dar dos mensajes no sólo diferentes, sino opuestos.
Blanca Alcalá diciendo que no habría marcha atrás en lo concerniente a la reforma educativa y hablando de la necesidad de la reforma energética y Manuel Bartlett afirmando que todos los proyectos de reforma del actual gobierno son una farsa y que lo que se oculta es que dichos proyectos son impuestos por la OCDE (organismo internacional) a nuestro país, de acuerdo al proyecto anglosajón para el total control de nuestro país.
Sin embargo, pese a sus diferencias ideológicas, la ex secretaria de Finanzas del estado, siente una gran admiración por quien fuera su jefe, Manuel Bartlett, y éste le guarda estimación. Pero la política es la política.
Por cierto, en el acto en el que el presidente Peña Nieto dirigió un mensaje a la Nación desde Los Pinos, había un lugar reservado para el licenciado Manuel Bartlett Díaz, coordinador de la bancada del PT en el Senado, que no fue ocupado.