Lo último
- Carmelita Salinas para presidenta en 2018: el PRI como vodevil
- Llueven las plurinominales para Puebla: habría 11 diputados federales por esta vía
- El plan secreto de Lastiri: las razones para pisar el acelerador
- La filtración del Juanito a Excélsior: la guerra de baja intensidad de Madero
- Retrato terrorífico de los mirreyes. También sobran ejemplares en Puebla
Los datos ya lo venían anunciado, pero los focos rojos se han activado: oficialmente, en 2013 la entidad poblana entró en recesión y dio por terminado el ciclo expansivo que había empezado en 2010. La compleja estructura del estado nos hizo pasar, en sólo 12 meses, de la entidad más dinámica a una de las 10 peores del país. ¿Qué ocurrió? La mayor parte de la culpa reside en la pésima gestión de la economía nacional durante el primer año de Luis Videgaray al frente de la SHCP. Utilizando la famosa metáfora, si al PIB nacional le dio gripa y creció apenas un 1.1 por ciento, a la poblana le dio pulmonía y su rendimiento fue decreciente: -.1 por ciento respecto del año anterior. En términos reales, para la economía poblana, fue un año perdido.
Las cosas para 2014 no pintan mejor. El gran detonante del crecimiento, la aplicación del presupuesto federal en obra pública, está muy lejos de darle beneficios a la entidad. Como ya lo comentamos, Puebla fue castigada con apenas el 1 por ciento del Plan Nacional de Infraestructura para la región sur-sureste. Además, la mayor parte de los 15 mil millones de pesos asignados se destinarán al segundo piso de la autopista México-Puebla que arrancará, según las versiones más realistas, hasta fin de año. De otros proyectos, como el reencarpetamiento del periférico, no ha llegado un peso a pesar de que se presupuestó desde 2012. Para el distribuidor D9 apenas se lanzó la licitación pese a que se incluyó en el PEF 2013.
En resumen, los recursos federales llegan a cuentagotas.
Con una recesión económica declarada, en cualquier parte del mundo los empresarios “pondrían el grito en el cielo” y pedirían un Plan de Reactivación Económica. Los empresarios poblanos, especialmente la cúpula del CCE, de Fernando Treviño, guarda silencio pese a que el cielo cae sobre sus cabezas: no sólo enfrentan los efectos rescisorios de la reforma hacendaria impulsada por Peña Nieto, aprobada por el PRIAN, como lo sufren los empresarios de todo el país. La política fiscal del gobierno estatal les hace más complicado el escenario de 2014. ¿Por qué?
De entrada, este año pagarán 50 por ciento más de Impuesto Sobre la Nómina, pues el Congreso local aprobó en noviembre pasado un incremento del 2 al 3 por ciento. No es el único aumentazo local: a partir del jueves 1 de mayo entraron en vigor el incremento a las tarifas del agua que, especialmente para el sector industrial, comercial y turístico, llegarán al 250 por ciento según la actividad y el volumen de agua consumido. Por si fuera poco, el holding que asumirá el servicio del agua en pocos días, afirman, trae una estrategia agresiva para el cobro de adeudos anteriores que incluirá embargos. Las propias variables locales no tienen buen rostro.
Por supuesto que el estancamiento de la economía no es responsabilidad del gobierno morenovallista, sino del federal de Peña Nieto. Cada vez son mayores las voces de analistas e instituciones bancarias que afirman que ni en sueños se llegará al 3.9 por ciento de crecimiento del PIB calculado para 2014, ya que, además, el atorón legislativo de las leyes secundarias vislumbra que el estancamiento continuará, por lo menos, otro año.
No veo en Puebla a nadie atendiendo la contingencia económica que se avecina y que en 2013 ya dio su primer coletazo. Pese a los multimillonarios incentivos a Volkswagen y Audi, así como el agresivo plan de obras públicas que lleva a cabo Moreno Valle, fue precisamente en los sectores de la construcción y manufacturero donde se dio el mayor desplome.
Si la cúpula empresarial del CCE, la CMIC y Coparmex guardan silencio, también lo hacen los responsables de la gestión económica del estado y del municipio, José Antonio Gali López y Michel Chaín, quienes asumieron posiciones desde hace casi tres meses y no han emitido un diagnóstico de la situación de recesión en 2013, así como del franco estancamiento que se prevé para 2014. ¿Quién está al frente del plan de contingencia?
Alguien tendría que dar una explicación realista. Obra pública financiada con recursos estatales no falta. Incentivos a Volkswagen y Audi tampoco, aunque los empresarios locales no vean un apoyo ni de forma milagrosa. ¿Cómo ocurrió la contracción en los sectores de manufactura y construcción? ¿A dónde se fue ese dinero?
El terrible año económico 2013, y el negro panorama para el 2014, le pegará al gobierno estatal en su objetivo prioritario: la disminución de los índices de pobreza del Coneval. Sin crecimiento, no hay generación de empleos. Y sin empleos, no se reducirá la pobreza. Es un círculo vicioso que se aprende en cualquier Facultad de Economía. Yo empezaría a diseñar un plan de contingencia.