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Martes, 14 Julio 2015 02:25

Osorio Chong: la caída del Grupo Hidalgo




Written by  Javier Arellano Ramírez

Tuvieron todas las oportunidades.


Prácticamente les fue entregado el país en bandeja de plata.

 

Para comprender la influencia política entregada a este grupo tendríamos que remontarnos a los años 70, la apoteosis de la presidencia imperial.

 

El “Grupo Hidalgo” encabezado por el Secretario de Gobernación Miguel Ángel Osorio Chong y el ex Procurador General de la República Jesús Murillo Karam, tuvieron la más alta responsabilidad que pueda asumir un político: la seguridad de su nación.

 

Ambos fracasaron. Primero fue Murillo quien realizó una desaseada, caótica y sórdida investigación sobre los hechos de Ayotzinapa. Su paso por la PGR será recordada por las expresiones “ya me cansé” y “la verdad histórica”. En realidad se cansó de sostener los argumentos insostenibles de una verdad que nunca se pudo demostrar y que a cada paso de las investigaciones periodísticas se va derrumbando.

 

Murillo, el procurador de Ayotzinapa, es sin duda un hombre del sistema, que siempre fue eficiente, preciso, pero que no estaba capacitado para enfrentar al monstruo conformado por el crimen organizado, mimetizado con el Estado mexicano.

 

El engendro de siete cabezas rebasó al viejo político.

 

Todavía se mantuvo por unos meses el secretario de Gobernación Miguel Ángel Osorio Chong. Incluso se veía como un probable presidenciable para 2018. De todos los hombres del gabinete era el único con oficio político.

 

Pero la segunda gran fuga de Joaquín “El Chapo” Guzmán Loera, viene a derrumbar cualquier posibilidad futura del hombre de Bucareli.

 

La noche del lunes 13, el hidalguense convocó a los medios de comunicación nacionales para decir lo obvio: que el penal reúne los más altos estándares de seguridad internacionales, que todas las dependencias del gobierno de la República actúan para la recaptura del criminal; pero también aceptó que la fuga contó con la colaboración de funcionarios federales a quienes se les aplicará todo el peso de la ley.

 

La fuga del “Chapo”, como los hechos de Tlatlaya o Ayotzinapa sólo reflejan la putrefacción del aparato de Seguridad Nacional, el derrumbe absoluto del sistema político mexicano.

 

Un gobierno incapaz de garantizar la seguridad de la población, que ni siquiera controla los penales de máxima seguridad en los que habita el virus de la corrupción que todo lo permea.

 

Es lo que Buscaglia llama “el Estado fallido”, un ente que ya no opera, que no ejerce influencia en regiones enteras del país.

 

El gobierno de Peña Nieto queda reducido a su mínima expresión. El mismo presidente calificó una segunda fuga como “imperdonable” y esto ya ocurrió.

 

El tema de fondo es que aún faltan tres años para que concluya el gobierno fallido del mexiquense. La crisis de Seguridad Nacional seguirá, habrá otras masacres, otras fugas, ataques a centros torales de la vida nacional.

 

Todo lo que hemos visto durante la primera mitad del sexenio seguirá en el segundo. No hay posibilidad alguna de reivindicación. Si Peña Nieto hubiera destituido por completo al gabinete de Seguridad Nacional esto representaría un mea culpa, la aceptación de una irresponsabilidad histórica, pero al mismo tiempo la oportunidad de un nuevo comienzo.

 

Pero nada de eso. Sostiene a Osorio Chong, quien le apuesta a una recompensa de 60 millones de pesos equivalente a 3 millones 750 mil dólares, un premio menor si se toman en cuenta las ganancias estratosféricas que obtienen las cabezas del Cártel de Sinaloa. 

 

Políticamente el “Grupo Hidalgo” esta liquidado.

 

Podrán sostenerlo en Bucareli, pero nunca llegarán al 2018.

 

Como siempre quedo a sus órdenes en Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo., sin mx.

 

 

 

 

 

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