Siempre son duras son las despedidas, sin embargo, no lo son tanto cuando estas se dan junto con la satisfacción de la labor cumplida, y mi amigo Brahiam se fue justo como le gustaba andar gozando, justo con lo que amaba y como tal vez él lo hubiera querido… siempre volando
Que fuerte cuando un padre se despide de su hijo y se va primero éste que el progenitor, que fuerte es cuando el padre, que siempre fue protector de la vida de los demás, poco o nada pudo o pudimos hacer los que nos quedamos, porque el destino no nos dejara, sin embargo, Dios es así, te pone lecciones, ejemplos y tareas que a veces no entendemos, que a veces nos parten el alma y nos ponen a sufrir.
Tal es el caso de mi amigo Manuel, que esta vez tuvo que despedirse (por el momento) de su hijo, mi amigo Brahiam, que largas son las lágrimas, que temible es la espera de esta danza y que fuerte es beber la copa que hiciera que la vida de nuestro hijo nos abandonara
¿A donde ira?, ¿porque rumbos decidió mi amigo cambiar esta vida que todo le daba?, Mi amigo Brahiam, joven fuerte y de corazón recto, de una sola pieza, amigo a carta cabal y disposición total, para siempre a dar la mano por los demás, porque su formación era esa.
Que temible es la soledad que nos deja, pero si sabemos darnos cuenta, con esto también nos deja el resto de nuestras vidas llenas de esperanza, esperanza de encontrarnos de nueva cuenta cuando Dios así lo quiera, esperanza de aprender del desprendimiento que en eso el experto era, conocer de lo que no veíamos, lo que el con su presencia enseñara y que ahora, con su ausencia no perderemos palabra, conocimiento “puro”, porque Dios no hace las cosas solo por nada.
“Hasta luego amigo Brahiam”, a lo mejor esa la lección, el mostrar a tus padres y hermana como la gente te estimaba, a lo mejor la lección era que deberías de adelantarte para que en vuelo de ave y sin avión, con tus alas la senda y con tu entrega, el camino señalaras, a lo mejor la lección, era que los demás juntos trabajaran, no lo sé, lo confieso, querido Brahiam, ten por seguro que estaremos pendientes de saber lo que el mensaje de tu partida nos dejara.
Hasta luego querido y joven amigo, vuela de estrella en estrella, vuela de alba en alba, vuela siempre por las noches y vuela cada mañana, vuela donde quieras que siempre te llevaremos en el alma.
Vuela siempre, vuela eterno hasta el infinito del amor, para ver tú, que ahora estas con el creador, ¿qué es lo que nuestro Dios nos depara?
Vuela lejos hasta el cielo y cerca siempre en nuestras almas, vuela y no te separes nunca de tus padres y hermana, para que sepan que no te has ido, que solo es un parte aguas una más de tus carcajadas, vuela con todos nosotros tus amigos y los que nos quedamos a saber de la vida, de sus enseñanzas que tú ya aprendiste y por eso estoy seguro, que tu misión aquí terminara.
Vuela Brahiam, vuela y siente seguro que tus padres estarán siempre viéndote en cada mañana, siempre al alba, vuela porque Mi amigo Manuel y los que aquí estamos, algún día nos reuniremos contigo y cual maestro estaremos pendientes que nos digas, como se entra al cielo, como se está junto al creador y entonces amigo Brahiam, entenderemos que en la vida y en la eternidad, nada ni nadie nos separa.
Entenderemos de un solo salto…
“Que los Pilotos Nunca Mueren…Solo vuelan más alto”
Adiós… no, simplemente hasta luego, amigo Brahiam
¿O no?
Juzgue usted