Más allá de las derrotas que tuvo el equipo licántropo en el torneo existen dos partidos clave —Atlas y Tigres— que tenía Lobos BUAP en la bolsa. Ante los zorros empataron, pero tenían la victoria con un penal que falló Luis Quiñones, y ante los felinos una expulsión rigorista hacia los universitarios hizo que perdieran.

El empate que pudo ser victoria en contra de Atlas, y el posible empate en contra de Tigres, hoy dejan a Lobos sin la fiesta grande en su primer torneo; estos resultados significarían 4 puntos más.

En este orden de ideas, la directiva del equipo ha determinado que los problemas como el penal fallido de Quiñones en contra de Atlas, la lesión de Lucero, las expulsión de Tercero en contra de Tigres, la baja de William Palacios y el descontrol por no tener un 11 titular por suspensión o lesión, además de contar con un plantel limitado por ser el equipo recién ascendido, pueden ser solucionados para el siguiente torneo por medio de refuerzos. 

A pesar de la gran cantidad de imponderables que el equipo enfrentó en el torneo logró sumar 23 puntos, mismos que le sirven para el siguiente desafío, pues mínimo buscará 17 para la permanencia, pero el estilo de juego de estos Lobos no es conformista, en esta ocasión la meta será no sólo por la permanencia, sino por la Liguilla.

Quiñones falla un penal

El partido en contra de Atlas en la Jornada 6 fue de ida y vuelta, pero la desconcentración vino muy temprano en el terreno de juego, pues el penal fallido por Julián Quiñones al minuto 11 cambió la tónica y la intensidad del partido, haciéndolo muy defensivo y muestra de ello fue que los goles cayeron en los últimos minutos, al 87 el de los Zorros y al 89 el empate por parte de Amaury Escoto.

Se perdieron ahí tres puntos que hubieran significado dejar a Atlas fuera y haber conseguido el último boleto a la Liguilla.

Expulsión rigorista

El partido contra Tigres en el Estadio de la UANL, en la jornada 7 se descontroló para los de Rafael Puente del Río después de la expulsión de Eduardo Tercero al minuto 70, pues el partido estaba empatado hasta ese momento a un gol, pero los tantos de la victoria auriazul cayeron en el 83 y en 90, a causa de un descontrol defensivo, la falta de uno de sus titulares y dejar al equipo con 10 elementos. El partido finalizó 3 a 2, gracias a un gol al 93 de Julián Quiñones.

El terreno de la especulación del que hubiera pasado es muy amplio y siempre puede ser ambiguo, pero las acciones  fueron determinantes para que Lobos dejara ir puntos valiosos.