Las palabras de Gali no deben tomarse a la ligera. Él es un auténtico poblano con esposa e hijos poblanos; alguien que ha hecho toda una vida en esta tierra. Y esto lo demuestra en la vocación, la mística, la pasión con la que aborda su quehacer político.

 

Sin embargo el tema de la seguridad va más allá de las buenas intenciones. Hace falta un enorme aparato policial; una verdadera y real estrategia para combatir al crimen organizado.

 

Debe subrayarse que esto se ha logrado en otros lugares, en otros momentos.

 

Cuando se desató el ‘Boom’ de la delincuencia organizada en el sexenio de Felipe Calderón, un Jefe de Gobierno y dos gobernadores blindaron sus territorios. El Jefe de Gobierno fue Marcelo Ebrard. Mientras Chihuahua, Tamaulipas o Veracruz se convertían en un infierno, el entonces Distrito Federal gozaba de una tranquilidad envidiable; algo que se acabó con Mancera.

 

Sobre los gobernadores debe decirse que una fue Ivonne Ortega Pacheco, entonces mandataria de Yucatán y en el otro extremo del país Eduardo Bours Castelo de Sonora.

 

En particular el caso de Sonora merece una especial mención. La entidad se encuentra en el centro de la violencia extrema. Al oeste colinda con Baja California norte, tierra del Cártel de Tijuana; al este con Chihuahua plaza del Cártel de La Línea y al sur con el estado donde radica el Cártel de Sinaloa, la organización criminal más poderosa del planeta.

 

Con todo este escenario adverso Bours mantuvo durante seis años la paz y la tranquilidad de los sonorenses, misma que comenzó a romperse en el periodo del ahora procesado Guillermo Padrés Elías.

 

El primer requisito para mantener la paz en una entidad es tener procuradores y jefes policiales que no se vendan, que no se coludan con la delincuencia organizada. Esta primera regla fue rota cuando Facundo Rosas Rosas llegó a Puebla.

 

El segundo requisito es blindar mediante verdaderos retenes interinstitucionales las principales ciudades en conflicto y sus carreteras. Los arcos de seguridad decorativos no intimidan ni preocupan a la delincuencia. Pero cuando los criminales se encuentren con la población de Palmar de Bravo cercada por dos retenes, cada uno de 50 o 70 uniformados de diferentes corporaciones, entonces sí se van a preocupar.

 

Por esto debemos preguntarnos ¿el ‘junior’ Jesús Morales Rodríguez está a la altura del desafío?

 

Primero debe destacarse que Jesús Morales es un ‘junior’. Este cargo y otros que ha ocupado son el pago a los favores políticos de su padre. Si este funcionario ocupara el mismo cargo de Secretario de Seguridad Pública en Guerrero o Morelos hablaríamos de que tiene un talento y una capacidad extraordinarias.

 

Pero en Puebla sabemos perfectamente que su nombramiento es un pago de favores políticos. Como en el caso del ‘Pirrurris’, el personaje de Luis de Alba, Jesús puede decir que esta es ‘La Secretaría que le compró su papi’.

 

Entonces Puebla se encuentra ante un gran dilema ¿Realmente valió la pena remover a Rodríguez Almeida para colocar a Morales Rodríguez? ¿Acaso se deshicieron de un represor profesional para darle el puesto a un recomendado de papi?

 

Pero insistimos, aquí la pregunta central, medular es: ¿Podrá el junior Morales combatir a las organizaciones criminales que operan en el Triángulo Rojo?

 

Esta interrogante aún no tiene respuesta. Es un tema que está por verse.

 

Pero el gobernador Gali Fayad debe tener un plan B en la bolsa de la camisa en caso que el actual titular de Seguridad Pública no pueda con el paquete.

 

Estaremos atentos a las señales que se muestren desde el Triángulo Rojo.

 

Al tiempo.

 

Como siempre quedo a sus órdenes en Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo., sin mx.