Viernes, 26 de Abril del 2024
Lunes, 21 Agosto 2017 12:40

Crisis y oportunidad para el PRI en Puebla

Crisis y oportunidad para el PRI en Puebla Escrito Por :   Jose Zenteno

En la víspera de una elección inédita el PRI enfrenta el escenario más adverso de su historia política. Aquí algunos de los factores que complican y ensombrecen el futuro de este partido en Puebla


Nos encontramos a poco más de 10 meses de los comicios en que se elegirá por vez primera presidente de la República, gobernador del Estado, presidentes municipales, senadores de la República, diputados federales y diputados locales; seis cargos al mismo tiempo, tres federales y tres locales. En la víspera de una elección inédita el PRI enfrenta el escenario más adverso de su historia política. Aquí algunos de los factores que complican y ensombrecen el futuro de este partido en Puebla:

 

·  Desaprobación al trabajo del presidente Enrique Peña Nieto cercana al 85 %

 

·  Pérdida constante de elecciones contra el PAN y el morenovallismo

 

·  Éxodo de militantes y de liderazgos políticos con rumbo al PAN y últimamente a MORENA

 

·  Escaso trabajo político de la dirigencia del partido que no ha sabido orientar localmente el trabajo de las instituciones federales

 

·  Falta de oficio político de los legisladores del PRI para convertirse en un contrapeso al gobierno panista.

 

Sin duda cada uno de los factores enunciados es un problema importante y un freno a las posibilidades del PRI de competir por cualquiera de los cargos que se elegirán en 2018. Sin embargo, no todo es tan negativo o quizá no es más negativo de lo que era en las pasadas elecciones del 2016. Veamos algunos datos.

 

En nuestra encuesta estatal de julio del 2017, el PRI obtuvo 12.6 por ciento de las preferencias para gobernador del estado. Eso parece muy poco e incluso catastrófico pero en realidad es casi la misma base electoral que votó por Blanca Alcalá en 2016, ya que los 643 mil votos que obtuvo representaban el 15 por ciento de la lista nominal vigente en ese año. Esto significa que el PRI conserva prácticamente la misma franja de votos que tenía en 2016. Lo mismo ocurre con el PAN que en 2016 obtuvo 870 mil votos en conjunto con los otros tres partidos que postularon a Tony Gali como candidato a gobernador, y esos votos representaban el 20.3 por ciento de la lista nominal; nuestra encuesta dice que el PAN tiene el 20.4 por ciento de intención de voto para gobernador en este momento. El PRD obtuvo 75 mil votos que representaban el 1.8 por ciento de la lista nominal, en nuestra encuesta obtuvo el 1.3 por ciento de las preferencias. El único partido que prácticamente ha triplicado su base electoral es MORENA al pasar del 4.3 por ciento de votación recibida en 2016 –como proporción de la lista nominal de ese año–  a 11.7 por ciento de las preferencias en nuestra encuesta de julio.

 

Si MORENA es el único partido que ha incrementado su base electoral y dicho incremento no le ha costado significativamente al resto de los partidos, significa que una gran parte de los votantes de MORENA de hoy no votaron o no podían votar en 2016.

 

Otro aspecto del escenario es el efecto electoral de las últimas crisis que han impactado la aprobación del presidente Peña Nieto. Antes de comenzar la campaña del 2016 el 28 por ciento de los poblanos en el estado aprobaba el trabajo del presidente de la República, en julio de 2017 la aprobación rondaba el 15 por ciento. La pérdida de 13 puntos de aprobación sólo le restó dos puntos de intención de voto al partido del presidente de la República. En este punto diría que a pesar de que el presidente siguiera perdiendo aprobación, dicha caída ya no tendría repercusiones electorales significativas para el PRI. Ahora, en sentido inverso la correlación podría ser diferente y una eventual mejora en los números de Peña Nieto podría aportarle votos a su partido.

 

La oportunidad para el PRI de competir viene de sus adversarios políticos, al menos así parece en este momento. Por parte de MORENA, el partido emergente que podría abanderar el cambio en el estado y en el país, ha optado por un conjunto de decisiones estratégicas que ponen en duda su fuerza política con rumbo a las próximas elecciones. Ese partido optó por dejar a la suerte el método de selección del género de los candidatos a puestos de elección popular en el estado. Esto tendrá repercusiones políticas y electorales importantes. Por ejemplo, si el azar determinó que correspondería a un hombre ser el candidato a presidente municipal de algún municipio donde una mujer fuese la mejor posicionada, ésta tendrá que posponer su aspiración de ser candidata y con ello se reducirá la competitividad de MORENA en ese municipio. Optar por la suerte como fórmula para evitar el conflicto interno me parece que ocasionará daños importantes en lugares claves para MORENA como la zona metropolitana de Puebla.

 

Por el lado del PAN, el partido en el poder que se sostiene con las mismas fórmulas que antes usaba el PRI, parece que quiere llevar como candidata a la esposa del ex gobernador Rafael Moreno Valle. Existe un abierto rechazo de amplios sectores de la población a aceptar esa candidatura, lo que constituye una masa crítica que llegado el momento podría expandirse y estallar. La idea de la reelección de Moreno Valle a través de su esposa ha comenzado a permear y podría desatar una pérdida masiva de votos que debilite al régimen en el estado.

 

 

Los números son fríos y nos demuestran que la suerte no está echada. A pesar de la ventaja del PAN ésta no es definitiva. A pesar del crecimiento de MORENA sus entropías internas y la naturaleza apolítica de sus bases podrían debilitarle. Mi opinión es que el PRI no está acabado y podría meterse a la competencia por el Gobierno del Estado a condición de que los factores nacionales y locales así lo decidan.

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