Es decir, tener elecciones no garantiza la democracia.
Y es que la ONU, desde 1999, publicó una lista de derechos democráticos entre los que se encuentran el derecho al sufragio universal e igual, así como a procedimientos libres de votación y a elecciones periódicas libres.
También está el derecho a la participación política, incluida la igualdad de oportunidades de todos los ciudadanos para presentarse como candidatos.
Debemos incluir el derecho de los ciudadanos a elegir su sistema de gobierno por medios constitucionales u otros medios democráticos.
Por todo eso, hoy el voto es fundamental para fortalecer a nuestras instituciones, para legitimar a los gobernantes, sus programas de gobierno, sus estrategias.
El voto es la piedra angular de la democracia y es lo que hace que la participación ciudadana tenga sentido en la política.
Podemos afirmar que el voto no sirve sólo para elegir gobernantes o representantes populares, sino que también permite a los ciudadanos construir, de muchas maneras, un camino hacia el progreso y el desarrollo.
Los ciudadanos hemos aprendido a ejercer nuestro derecho a votar, y muchos nos hemos organizado para participar en la toma de decisiones, influir en nuestras comunidades, mejorar nuestro entorno, delinear el futuro.
Para todo ello es necesario participar en elecciones, votar, e involucrarse en lo que ocurre en nuestra sociedad.
Antes, la participación ciudadana podía limitarse a votar y a participar en alguna asociación o partido político, hoy, los ciudadanos pueden involucrarse en infinidad de actividades.
El voto es, entonces, la base que sustenta a los gobiernos, a los candidatos, a las políticas públicas, y ejercerlo es un derecho.