¡Las ciclovías elevadas en Puebla sí funcionan!

 

Funcionan para que te tomes selfies y presumas la ropa y tenis nuevos que acabas de comprar para correr y que muy probablemente no vuelvas a usar hasta el próximo lunes porque todo lo que resta de la semana te da hueva hacer ejercicio.

 

Funcionan para que subas historias a tu perfil de Instagram, le pongas el día de la semana y escribas los  miserables 10 kilómetros que corriste acompañado por una frase motivacional súper original que dice ¡Venga, sí se puede!

 

Funcionan para ir en coche, dejarlo estacionado en alguna de las plazas que estén a la redonda, comprar helado y subirse a caminar porque los únicos que llevan bici son los niños.

 

Funcionan para que los estudiantes de segundo semestre de comunicación le hagan sus books al 99.9 % de las edecanes poblanas.

 

Funcionan para que le armes un álbum fotográfico a tu perro.

 

Funcionan para guardar ese bonito recuerdo de cuando te casas o cumples tus XV años y convertirlo en un cuadro para la sala de la casa.

 

Funcionan para llevarte a tu amig@-novi@-amante a las banquitas de arriba y darle sus buenos fajesotes, que diga sus buenos besotes.

 

Funcionan para jugar STOP (sólo procura no ponerte del lado de los barandales porque si no siempre vas a perder).

 

Funcionan para que anuncies que eres distribuidor autorizado de la Semilla de Brasil. También te puede servir para pegar volantes en donde la Lic. Trixi solicita auxiliares de tiempo completo con un sueldo de $ 1500 semanales.

 

Como verán queridos lectores, las ciclovías colgantes de la ciudad de Puebla sirven de mucho. Ojalá tuviéramos una que nos conectara a la ampliación de la Autopista México-Puebla, otra que nos conectara a Acapulco y otra más que nos conectara a Estados Unidos, la ventaja de tener ciclovías colgantes es que pasaríamos por arriba del muro fronterizo. Lo que pasa es que los poblanos no sabemos valorar ni sabemos nada sobre movilidad y sobre todo de moda, pero Rafita Moreno Valle es un visionario de la bici.

 

Para lo único que no sirven este tipo de ciclovías es para transportarte de un lugar a otro porque si vas a la casa de tu abuelita tienes que dar doble vuelta una para terminar de recorrer la ciclovía y otra vuelta que es la que en verdad te lleva a la casa de tu abuelita.

 

Bici Puebla es otro estúpido ‘gran’ sistema de transporte urbano ya que por 700 pesos al año puedes disfrutar de grandes recorridos alrededor de la ciudad, más que nada te sirve para andar en zonas céntricas porque si vas para Canoa o San Felipe Hueyotlipan no te va a servir mucho.

 

Yo no sé por qué nadie le dijo a los de Bici Puebla que con 700 pesos te compras una bici en una casa de empeño en lugar de tener que pagar por una que ni es tuya, con la que no puedes hacer saltos mortales cuando hay topes y que parece están dirigidas al grupo femenino.

 

A veces no entiendo por qué hay personas que se dedican a estar chingando al gobierno municipal y estatal con tan magnas obras que tenemos para la movilidad del ciclista y que son el opio de la bicicleta en Puebla como este muchachito Armando Amaro y el otro Armando.

 

De parte mía y de todos los albañiles que nos movemos en la ciudad con bicicleta, quiero agradecerle a Rafita Moreno Valle por estas obras tan majestuosas que hacen que todos los días demos doble o hasta triple vuelta hasta nuestros lugares de destino. Gracias porque ya tengo mis piernas como las de Octagón, gracias por regalarles plazas de trabajo a los delincuentes, por regalarnos ciclovías que se transforman en toboganes en épocas de lluvia, por no poner pasos peatonales, porque eso es para pobres, gracias por tan maravillosa vista de la ciudad de Puebla desde las alturas. Pero sobre todo, gracias por pensar en los ciclistas y en que la bici se vuelve cada día en un transporte de necesidad básica para el país.