Hola amigos y amigas como todos sabemos el día 6 de enero celebramos en nuestro país la tradición Cristiana de los Reyes Magos, que para el pueblo ferviente y católico, no es más que la manifestación de Dios a través de su Hijo Jesucristo que hace a la humanidad para que todo aquél que crea en él y cumpla sus mandamientos se salve; a este acontecimiento también se conoce como la Epifanía del Señor. En aquél entonces dice la narración Bíblica que estos sabios que venían de oriente buscando al niño Dios “Entraron en la casa, vieron al niño con su madre María y lo adoraron postrados en tierra. Abrieron sus cofres y le ofrecieron como regalo oro, incienso y mirra” Mt. 2, 11. Ahora en pleno siglo XXI, ¿Qué le pediremos a los Santos Reyes que nos regalen?

Hola amigos y amigas, antes que nada, quiero desearles un Feliz Año 2018 a todos Ustedes.

Es verdad que en este lapso de tiempo de 32 años ha habido otro tipo de desastres causados por la naturaleza, pero este sismo, temblor, terremoto de 7.1 grados de magnitud o como le quieran llamar, despertó las conciencias de los mexicanos, cimbró nuestros corazones y pudimos ver más allá de lo que somos como pueblo mexicano.

Empieza el último mes del año, ya el próximo 2018 el contexto de nuestro país estará enfocado en las elecciones a celebrarse el primer domingo de julio y en esa tesitura hay muchos aspirantes hoy en día que tienen cargos públicos dentro de la administración gubernamental, por ejemplo en los ayuntamientos los primeros regidores, es decir, los presidentes municipales; y es el caso que ya hay muchos que están alzando la mano para este nuevo ejercicio democrático de todos los partidos políticos y alguno que otro que se quiera postular como candidato independiente.

“Escuchen, reyes, y entiendan; aprendan, soberanos de todas las naciones de la tierra; estén atentos, los que gobiernan a los pueblos y están orgullosos del gran número de sus súbditos: El Señor les ha dado a ustedes el poder; el Altísimo, la soberanía; él va examinar las obras de ustedes y a escudriñar sus intenciones” Sb, 6, 1-3