Martes, 23 de Abril del 2024
Martes, 16 Mayo 2017 01:58

¡No se fíe!

¡No se fíe! Escrito Por :   Irma Sánchez

Actúe con cautela con sus tarjetas de crédito y débito.


Y esto no sólo en los establecimientos comerciales y de servicios, también en las operaciones de compra que realiza vía internet, que son ‘lo de hoy’ entre la población de menos de 35 años.

 

En cualquier reunión cuando alguien comienza a reportar una mala experiencia, de inmediato otros suman sus casos, que si les comienzan a aplicar cargos por compras no efectuadas, que si le sumaron el cobro por servicios de los que no se tiene información alguna y casos como el de seguros para proteger sus tarjetas y operaciones para que otros bancos no le molesten.

 

El problema es cuando usted deja de pagar el cargo que apenas es de 125 o 150 pesos, porque lo monitorean de favorito.

 

Si se dispone a reclamar a los famosos 01800 entonces:

 

1. Debe hacerlo sin prisas, sin premura de tiempo.

 

2. Ante todo debe serenarse para enfrentarse a una máquina que le pide datos y datos y le ofrece ‘un menú’ que le lleva a otros menús, para que usted decida la canalización de su reporte.

 

Para entonces ya pasaron de 10 hasta 20 minutos, sobre todo en los horarios pico de las centrales de los bancos.

 

3. Cuando usted por fin logra establecer comunicación con un ser humano, y le expone su problema, resulta que lo vuelve a transferir a otra extensión con ‘el ejecutivo correspondiente’ para que se haga cargo de su asunto.

 

Aquí entre nos, usted no debe desesperarse, aunque se aburra de seguir exponiendo su problema, queja y reclamo, para llevar a lo que puede ser ‘un feliz entendimiento’ con su banco.

 

4. Después que lo escucharon y le hicieron una serie de preguntas confidenciales sobre sus datos para confirmar que ‘usted es usted’; le informan que su caso será atendido y le dan un número que ampara su proceso.

 

5. Pasan los días y usted no tiene claro el curso que lleva su reporte, y chance hasta le vuelven a hacer otro cargo similar en su tarjeta, que le obliga a reiniciar el proceso desde marcar el 01800 de su banco, y, ¡oh sorpresa! después que de una extensión lo pasan a otra, y cuando lo escuchan resulta que su banco no tiene  su caso y desconoce el número de código que usted conserva con la esperanza de que le den buenas noticias sobre los cargos no reconocidos por usted.

 

Ahora, el problema es que si reclama o no reclama, de pronto un día le suman un cargo mayor de cientos y miles de pesos y usted con todo y la intervención del departamento de fraudes queda en estado de indefensión.

 

Si usted recurre a la Condusef desde un principio, le aseguran que su plástico queda bloqueado por dos años. Pero lamentablemente a unos cuántos meses vuelve la experiencia y usted tiene que pagar o le comienzan a aplicar intereses moratorios.

 

Ante esto insisten los poseedores de tarjetas: ¿hasta cuándo seguiremos en manos de las mafias cibernéticas?

 

La única opción que hasta ahora han dado los bancos es ‘cautela’ con sus plásticos.

 

Además, al primer cargo aplicado, cancele su tarjeta y tramite su reposición y repita la historia hasta un nuevo cargo.

 

Y sobra decirle que cuide sus plásticos, sus celulares, que no se deje abordar por vendedores en centros comerciales y vía telefónica, quienes con el afán de conseguir comisiones por cada cliente, manipulan su plástico, lo clonan y pagan por conseguir sus números.

 

¡Aguas!

 

Son muchos los membretes fantasma que desde 125 hasta 300 pesos están haciendo de las suyas. Usted obtiene por internet sus datos de identidad y se cansa de marcar y jamás le contestan.

 

 

 

 

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