Pero usted y yo sabemos que en materia de inseguridad, pasa de todo pese a las denuncias que dan salto y seña de cómo y por dónde se mueven los delincuentes dueños y señores de calles y camiones en los que cometen sus cotidianos atracos.

 

En este espacio hemos comentado el tema hasta el cansancio, como lo comentan muchas personas en varios círculos.

 

El fin de semana un caso más del robo de aretes a mujeres que caminan por las calles del centro.

 

Éste se produce sin importar su edad, condición física, y el valor de las piezas, como ocurrió a esta mujer de la tercera edad en la 10 Poniente y 3 Norte el domingo por la tarde.

 

A ésta víctima –como a otras más– fue necesario trasladar a la Cruz Roja para que le fueran atendidas las orejas que mostraban la rasgadura que provocó un ligero sangrado, pero al fin y al cabo la sangre es escandalosa, y las heridas merecieron una buena costura con varios puntos.

 

¿Hasta cuándo?

 

Ante la falta de intervención de las autoridades policiacas, entre nosotros tenemos que hacer un recuento de las características de este tipo de robos para prevenirlos hasta donde sea posible, compartiendo información que se ha entregado reiteradamente a las autoridades.

 

Ante todo hay que tener en cuenta que los asaltantes se han capacitado para calcular muy bien su operación en fracciones de segundos.

 

1. Hay que evitar transitar por la zona de la 10 Poniente entre la 5 de Mayo hasta la 11 Norte.

 

2. Abstenerse de portar alhajas, aretes, pulseras, anillos, relojes, gargantillas, cadenas.

 

3. Incluso de bisutería, porque los delincuentes se lanzan sobre lo que brilla, sin identificar si son de oro, o de bisutería.

 

4. Tener cuidado de desplazarse acompañado por esas calles, para que al menos alguien le auxilie en caso de ser víctima de un asalto.

 

Fíjese ¡qué pena! tener que marcar las calles de riesgo de nuestra hermosa ciudad, porque estamos convencidos de que a lo largo de éstas hay gente decente que trabaja, vive y transita, muy ajena a los delincuentes, y todavía más, quienes tienen negocios y ofrecen servicios en la zona, se ven afectados en su mercado.

 

Muchas personas han formulado la denuncia correspondiente sin éxito. A otras más en las agencias del Ministerio Público, no les hacen caso, y los empleados hasta llegan a recomendar ‘no perder tiempo en intentar levantar la denuncia’.

 

 

Una vez más, habrá que pedirle su intercesión al vecino de la zona, el milagrosísimo Señor de las Maravillas y encomendarse a él al salir de casa y acercarse a la zona sobre la que se acumulan los reportes de asaltos a transeúntes.