Miercoles, 24 de Abril del 2024
Lunes, 14 Agosto 2017 20:51

No se vale

No se vale Escrito Por :   Irma Sánchez

Usted sabe, entre los boletines oficiales que emiten las instancias gubernamentales sobre la inflación y la economía de nuestros bolsillos, hay mucha diferencia.


De acuerdo con los boletines oficiales la inflación este año  podría llegar a ser del seis por ciento. Pero usted y yo sabemos que ya alcanzó los dos dígitos.

 

De qué sirve que nos quieran suavizar las cosas a través de los boletines oficiales, si cualquier ciudadano enfrenta el fenómeno del encarecimiento en sus bolsillos y el consecuente deterioro de su poder adquisitivo. Es decir, cualquier asalariado tiene problemas para enfrentar sus gastos después del octavo o décimo día de recibida su quincena.

 

Y esto antes de regresar a clases los escolares, para las que los padres de familia hoy sudan la gota gorda y tienen que recurrir al empeño hasta de su alma para hacer frente a las famosas listas.

 

Y es que si a la inflación le sumamos una larguísima lista de útiles, entendemos por qué se acumula el repudio a quienes hoy gobiernan.

 

Usted lo sabe, los útiles escolares de acuerdo con el reporte de la PROFECO, registran un inaudito encarecimiento superior al 500 por ciento.

 

¡Esto no se vale!

 

Las marcas aseguran que son muchos los factores que conducen a este encarecimiento derivados de las alzas en los precios de los combustibles.

 

Y lamentablemente la Secretaría de Educación Pública no se pone las pilas, y autoriza a las escuelas unas largas listas de requerimientos escolares en los planteles oficiales en los que piden desde cuatro rollos jumbo –industriales– de papel sanitario que cada uno cuesta 50 pesos aproximadamente, o 12 de los chicos, colores, una decena de libretas, bolígrafos de varios colores, tela, pegamentos y tantas cosas, que bien se podrían ir pidiendo poco a poco para que el trancazo no sea tan pesado.

 

Tiempos atrás el regreso a clases sólo obligaba a libretas, colores y bolígrafos, ya poco a poco se pedía a los alumnos libros y otro tipo de materiales.

 

Entre las exigencias desmedidas de los maestros y el deterioro del dinero, la pulverización de los salarios, el propio sistema está engendrando un fenómeno de estrés, rechazo y repudio a quienes gobiernan, y hasta una descomposición social entre sectores que se revelan a la situación y recurren a conductas antisociales.

 

La verdad, no hay necesidad de tanta exigencia.

 

Y sabe cuál es el trasfondo de todo esto: la corrupción que deja hacer y pasar por una serie de intereses que saltan a la vista entre autoridades, directores de planteles educativos y las  sociedades de padres de familia que están y existen para avalar los abusos de los directores.

 

Que no le extrañe que en algunas familias no puedan enfrentar el regreso a clases. Esto lo comprobará usted viendo por las calles a muchos niños hurgando en la basura y hasta pidiendo monedas o convertidos en pequeños delincuentes.

 

Este es el costo de una política social equivocada, por la falta de contacto de las autoridades con la realidad, con el entorno en el que vive el país.

 

 

 

 

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