Pero lo correcto es expresarle, ¡qué bueno! que cumpliendo con su chamba puso en marcha desde ayer un operativo alrededor de la totalidad de los centros educativos de la capital, del que esperamos los mejores resultados.

Y es que dentro de la diversificada ola de delincuencia que sorteamos hoy en Puebla –como en muchas ciudades más–  los asaltos a estudiantes de Puebla iban en aumento hasta la semana pasada.

Los niños y jóvenes eran víctimas del atraco en paraderos y esquinas de sus centros de estudios, les arrebataban la mochila, iPod, laptop, tabletas, celulares y hasta los tenis; dejándolos descalzos y sin el importe de sus camiones –unos cuantos pesos–

La incidencia destapó la exigencia de la sociedad, muy especialmente de paterfamilias, maestros y de los propios estudiantes que reclaman vigilancia alrededor de los planteles.

Y a partir de ayer el Secretario de Seguridad desplegó desde las 6:00 horas un operativo que al menos ahuyenta a los delincuentes de las cercanías de las escuelas.

El operativo se hizo por aire vigilando desde el helicóptero de Seguridad Pública el movimiento en torno a cada plantel, y por tierra con una y dos  unidades en los extremos de cada unidad educativa, observando el flujo de arribo de escolares y estudiantes en las universidades de mayor matrícula.

Con este operativo definitivamente los delincuentes pierden posibilidades y la sociedad comienza a confiar en los cuerpos de seguridad de los que ya espera resultados.

Otro operativo que es urgente

Los residentes de la capital hoy esperamos operativos efectivos en las casas habitación que son el blanco de las bandas de delincuentes que por cierto todo apunta a que en sus horas libres se preparan en gimnasios porque gozan de excelentes condiciones para correr, saltar bardas y brincar de azotea en azotea peinando colonias manzana por manzana sin que nos percatemos de su presencia.

Recordamos a don Pedro Ferriz Santa Cruz en ‘un mundo nos vigila’ y con la delincuencia de hoy así es. Usted cree que está solo con sus familiares en casa, y resulta que desde la azotea con cuidado vigilan sus movimientos, sus pertenencias para en el momento indicado saltar por ellas sin ningún problema.

La presencia de los ladrones estudiando el movimiento del domicilio de usted es fácil de comprobar con envases, botes y otros objetos que dejan en las azoteas.

Estudiado el domicilio y a quienes habitan en éste, los ladrones deciden saltar cuando la vivienda está vacía, o cuando usted duerme.

Esto es hoy, el pan nuestro de cada día, según manifestaciones de quienes ya han sido víctimas.