Miercoles, 24 de Abril del 2024
Martes, 07 Marzo 2017 01:36

De mujer para mujeres

De mujer para mujeres Escrito Por :   Irma Sánchez

Y llegamos otro año más a la cita del 8 de marzo.


En homenaje a las obreras que prefirieron morir calcinadas a desistir de su lucha por salarios iguales a los de sus compañeros.

 

Con motivo de una celebración más del “Día internacional de la mujer” apenas llegó el mes de marzo y comenzamos a recibir recuentos y también cuentos sobre las mujeres, nuestro papel en la sociedad, avances y retos.

 

En fin, que en todos los foros cualquiera queda bien refiriéndose a nosotras mujeres, a las que solemos homenajear, reconocer y enaltecer estos días.

 

En el terreno de los hechos y del día a día, las mujeres sin distingo de posición social, nivel cultural, religión ni filiación política, seguimos siendo objeto de las mismas debilidades de los varones del siglo pasado, con todo y que se han multiplicado las instancias para que las mujeres denunciemos atropellos, abusos y maltratos.

 

Difícilmente nos animamos a denunciar a nuestros verdugos, por patrones heredados que hoy debemos de superar.

 

Pero… lamentablemente hay que reconocer que las mujeres jugamos el papel de víctimas de otras mujeres en un medio en el que abundan los caníbales.

 

Basta con asomarse en el día a día de cualquier agrupación de mujeres para comprobar cómo las mujeres se destrozan una a otra sin clemencia, para después apapacharse y ofrecer apoyo y solidaridad.

 

¿Por qué?

 

Porque el triunfo lastima.

 

Porque la paz de una no se perdona.

 

Porque la seguridad de la que goza una es inalcanzable para otra.

 

Porque su vida luce más atractiva.

 

Porque se tiene la distorsión de que todo lo que brilla es oro.

 

¿Por qué actuamos de esta forma?

 

Se asegura entre especialistas que nacimos y nos reproducimos para luchar entre nosotras mismas por naturaleza.

 

Desde que nacemos somos apapachadas por una mujer, pero cuando esta quiere imponer orden, marcar límites, se convierte en nuestra enemiga y barrera a vencer.

 

Cuando comenzamos a crecer queremos ser como nuestras madres, ¿qué mujer de niña no se ha puesto los zapatos de su mamá?

 

¿Qué niña no se ha abalanzado un día sobre los cosméticos de su madre?

 

Queremos ser como ellas.

 

Primero las imitamos.

 

Cuando llegamos a la adultez las vemos al mismo nivel y entonces las queremos enmendar.

 

Así la vida la iniciamos en una lucha de mujer a mujer en cualquier círculo.

 

La escolaridad y la preparación de las mujeres en las últimas décadas, lamentablemente no ha podido cambiar el sentir de una mujer a otra.

 

Y todo por sentirnos “pequeñas”, porque nuestra autoestima la han pisoteado lo mismo varones que mujeres.

 

Por eso, este año al hablar y hacer recuentos sobre las mujeres, sería muy recomendable revisar nuestro auténtico sentir y actitud ante otras mujeres, al tiempo de hacer un recuento sobre nuestras virtudes para redescubrirnos y saciar nuestra actitud canibalezca.

 

Lejos de ellos, de sus recomendaciones, de sus homenajes en el día internacional de las mujeres, nosotras podemos hacer mucho por nosotras mismas, a partir de tener un reencuentro con nuestro yo interno.

 

¡Es posible!

 

La vida cambiaría.

 

Superado el nivel, la sociedad y “ellos” serán diferentes ante nuestras fortalezas, para seguir el camino al mismo nivel, sin discusiones y enfrentamientos estériles.

 

 

Porque nosotras aunque seamos producto de otra composición química, sí podemos y lograremos un mejor medio.

 

 

 

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