Ante esa pregunta la respuesta, de muy buena fuente fue: el licenciado José Alarcón Hernández, quien al parecer ya ha sido señalado por los ‘dioses del Olimpo’ como el más adecuado para desempeñar dicho cargo y la realidad es que haría un extraordinario papel al frente de dicha secretaría.

 

        Alarcón Hernández conoce al dedillo los vericuetos del poder. Su carrera política dentro del Partido Revolucionario Institucional, pocos pueden igualarla.

 

        Fue secretario general y dirigente estatal de dicho partido, secretario de Acción Electoral, diputado local, diputado federal, secretario general del ayuntamiento de Puebla, alto funcionario estatal, delegado de la Secretaría de Educación Pública en el estado y muchas cosas más.

 

         Fue renunciado de la delegación de Educación, a petición de la senadora Blanca Alcalá y pasó a ser, por invitación del gobernador Rafael Moreno Valle, director del Colegio de Puebla, y tal vez por eso o por algo más, se le grilló en la cúpula priista de estar al servicio de un gobierno panista y fue expulsado del partido al que perteneció toda su vida, aunque él, con la habilidad política de la que siempre hizo gala, renunció antes de la declaratoria de expulsión.

 

          La decisión de expulsarlo, no fue bien vista por la mayor parte de los priistas consultados, por el contrario, criticaron dicha decisión, pero en el PRI las decisiones cupulares se cumplen, no se discuten.

 

          Don José Alarcón es autor de varios libros de análisis político y electoral. Al frente del Colegio de Puebla ha logrado proyectar el trabajo de dicha institución, para beneficio de la sociedad poblana.

 

          Acaba de anotarse un triunfo, al invitar al padre Leonardo Boff, franciscano brasileño que fue de los iniciadores de la Teología de la Liberación, a dar una conferencia en Puebla, sobre la necesidad de cuidar la ecología del planeta, que tuvo una audiencia de mil quinientos asistentes.

 

         Conoce todo el estado de Puebla, a los actores políticos de cada región, de cada municipio e incluso a los maestros comprometidos con las comunidades donde trabajan, a los curas católicos y a los ministros de diversas iglesias cristianas.

 

         También ha tenido contacto con la mayor parte de los líderes sociales y de las agrupaciones de la sociedad civil.

 

         Su trabajo en la política y el gobierno de Puebla, le han permitido ser uno de los políticos mejor informados y más relacionados de la entidad. Está pues, hecho para el puesto que dicen le será asignado.

 

          El doctor Enrique Cárdenas Sánchez, ex rector de la UDLA, es un académico reconocido, un profesional de la economía muy destacado, pero no es, ni ha sido nunca político, y además se nota.

 

         Su reacción ante la designación del senador Luis Miguel Barbosa, como virtual candidato a la gubernatura de Puebla del partido Morena, fue la de un novato de la política, de los que ahora abundan.

 

        No pudo ocultar su enojo y  se declara decepcionado de la política y de los partidos, algo que los ciudadanos comunes y corrientes ya habían hecho desde hace varios años.

 

       Demuestra que está poco informado de lo que ocurre no sólo en Morena, sino en todos los partidos políticos y de lo que la ciudadanía piensa de ellos. Además parece no darse cuenta de que pretendió ser candidato de un partido de izquierda, no habiendo  pertenecido o simpatizado nunca con esa corriente y que iba a ser cuestionado por la militancia del partido, precisamente por eso.

 

       Su actitud incluso, parece un poco soberbia, como diciéndole a Morena y a todos los morenistas: “No saben de lo que se pierden”.

 

        Quienes tienen oficio político saben que la humildad, es una de las principales virtudes que debe tener el aspirante a un cargo de elección popular y la soberbia, uno de los defectos mayúsculos que han contribuido al desprestigio de los políticos entre la ciudadanía.

 

         Lástima: sinceramente creemos que don Enrique Cárdenas, es un muy buen elemento que podría contribuir a mejorar las cosas en el estado y en el país, si decidiera aprender el oficio político que es lo que les falta, desde hace tiempo, desde que llegaron los ‘muchachos de Harvard’ al poder, a nuestros gobernantes. Entonces empezó la debacle de la política y de los políticos porque la política es una ciencia y un arte, y hay muchos que se quedan sólo en la primera y no le interesa aprender el arte, que es tan importante como la ciencia.