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Miércoles, 03 Mayo 2017 02:44

Gali tiene un alto grado de aceptación

Gali tiene un alto grado de aceptación Escrito Por :   Gabriel Sánchez Andraca

El alto grado de aceptación que a casi cien días de gobierno alcanzó el gobernador del estado, Antonio Gali Fayad, 75.3 % constituye un triunfo del mandatario, pero también implica un compromiso: el de continuar teniendo cercanía con el pueblo, de escuchar sus demandas, realizar obras públicas que sirvan realmente a sus gobernados y el de ser un auténtico gobernante estatal y no un súper presidente municipal de la capital.


Enfrentar al crimen organizado que se estaba apoderando de los municipios que se encuentran dentro del Triángulo Rojo ha sido un gran acierto, pero quedan muchos retos en materia de seguridad; como el de acabar con las bandas que asaltan autobuses del transporte público en la capital y que esta semana acaban de cobrar dos víctimas: la de un joven de 23 años, Erick Bolio, un auténtico héroe civil, quien fue muerto a tiros por defender a una madre de familia que llevaba a su hijo en brazos cuando fue atacada por los delincuentes en un transporte de la Ruta 27-A, y a otra persona asesinada con arma blanca a la entrada de su casa por haberse defendido de un asalto.

 

Hechos como esos, que en Puebla se conocían hasta hace un año, sólo a través de periódicos y noticieros de televisión, pero ocurridos en otras entidades, cada día son más frecuentes aquí, como frecuentes son los asaltos que realizan falsos taxistas y sus cómplices en la zona de la CAPU. Ya se están tomando medidas a fin de parar a la delincuencia que opera tanto en la capital como en zonas del estado, tal es el caso de Huauchinango, Xicotepec, Teziutlán, Zacapoaxtla, etc., donde hay asaltos en autobuses en plena carretera, amenazas, extorsiones y robo de ganado, que han dañado a la economía regional y problemas graves también de inseguridad en zonas como Texmelucan, Tehuacán y la mixteca poblana.

 

Ya se vio que cuando se quiere se puede: los golpes que este gobierno ha asestado a los huachicoleros; a algunas pandillas de secuestradores y el mejoramiento en el desempeño policiaco en general, están logrando algo que hasta hace muy poco parecía imposible, que los ciudadanos vuelvan a tener confianza en sus autoridades.

 

Además, se endurecieron las penas para quienes se dediquen al robo de gasolina, tanto en años de prisión como en pago de multas.

 

El mayor aliado de la delincuencia es la impunidad, y ésta terminará cuando haya buenos policías, agentes del Ministerio Público y jueces honestos y eficientes.

 

Los diputados locales se han hecho los occisos ante el plantón que tienen enfrente del recinto oficial del Congreso, lo cual no les cuesta mucho trabajo. Dicen que no es asunto que les incumba y ya les han dicho a los líderes del plantón que vienen desde Jolalpan, población sureña ubicada en la confluencia de los estados de Morelos y Guerrero con Puebla, que pueden permanecer ahí todo el tiempo que quieran, porque no les han hecho caso y no piensan hacerlo.

 

Si tuvieran tantita sensibilidad política, tantita sensibilidad social, ya hubieran intervenido para solucionar el problema y estamos seguros de que en una semana lo hubieran resuelto.

 

Los diputados están para defender a los ciudadanos todos, máxime cuando su petición es que les quiten a un presidente municipal acusado de corrupto, que tiene el rechazo de parte de sus regidores.

 

En Jolalpan no hay gobernabilidad. El Palacio Municipal está cerrado, el ayuntamiento se ha disgregado, se despacha en la casa del presidente municipal y lógicamente, no hay actividad normal de gobierno.

 

¿Por qué no ha sido designada una comisión del Congreso, para que vaya a Jolalpan a investigar directamente los hechos, a entrevistarse con representantes de los sectores de la población, para que puedan emitir una opinión válida que ayude a los “fuereños” de la Secretaría General de Gobierno, a dar una solución justa al problema?

 

Tal parece que están esperando una orden, quién sabe de dónde, pero una orden ‘superior’ que les indique lo que tienen que hacer. Por lo pronto parece que la orden es la de no hacer nada y dejar que los del plantón se cansen. Si conocieran a la gente de su estado, sabrían que los de Jolalpan han sido gente aguerrida desde siempre y que a veces exageran sus exigencias, pero saben reconocer cuando la contraparte tiene razón. Pero para eso hay necesidad de dialogar, de platicar en buen plan las cosas y de investigar la verdad de lo que allá ocurre. Ojalá se les prenda el ‘foquito’ y nos den una sorpresa.

 

 

Por lo pronto el gobernador Gali ya ofreció a los manifestantes, ver el problema directamente y buscarle rápida solución. Él puede dar la orden que los diputados esperan, pues los legisladores poblanos están acostumbrados a obedecer, son como niños chiquitos, pues cuando ellos eran niños, no había colegios Montessori. 

 

 

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