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Miércoles, 05 Julio 2017 03:33

Entre el juez lujurioso y el macho alfa espalda plateada

Entre el juez lujurioso y el macho alfa espalda plateada Escrito Por :   Arturo Rueda

Los resultados desde 2011 se mueven en la misma línea: siete de cada 10 poblanos consideran corruptos a los jueces locales. De hecho, durante la gestión de Flores Toledano se distingue un deterioro: de ser percibida como la quinta institución más corrupta en 2012, pasó a ser la segunda en 2013 y ahí se mantiene hasta los resultados correspondientes a 2016.


El linchamiento mediático contra el juez Gabriel González Alegría, la ira tumultuaria levantada en redes sociales es algo pocas veces visto en Puebla. Para los impecables e implacables enardecidos no hay argumento atenuante en favor del togado pese a que fue él quien sufrió las lesiones provocadas por el joven Christian Mayagoitia.

 

Todas las condenas pesan sobre el juez civil. Que si es un degenerado y lujurioso por acosar a una de las acompañantes, que si la insultó llamándole ‘puta’, que si es un prepotente que se siente intocable, que si es un dipsómano que llevaba bebiendo cuatro horas, que si él inició la riña, que si ordenó a los meseros de La Silla molerlo a golpes, que si llamaron a la policía municipal para que se sumaran a la madriza colectiva contra Christian, que si éste fue severamente golpeado y para acabarla de chingar otro juez le tendió un cerco de impunidad al imponer 500 mil pesos como medida precautoria, así como la obligación de ir a firmar cada día.

 

Gracias a las redes sociales en sólo un fin de semana González Alegría se convirtió en el Villano Favorito de Puebla.

 

Estos enardecidos pasan por alto que el muchacho también estuvo ingiriendo bebidas alcohólicas, que si le gritaron un improperio a la muchacha pudieron llamar a la policía o simplemente retirarse del lugar en santa paz, que el juez es un sujeto de mucha mayor edad que no sólo le provocó lesiones de consideración a González Alegría al arrancarle la oreja, también mordió al gerente del restaurante en los dedos y a un policía municipal en el pecho.

 

Para los implacables, Christian es un héroe nivel macho alfa por defender el honor de su amiga aun a mordidas, mientras que el juez González Alegría debe ser lapidado por lujurioso, prepotente y dipsómano y despedido de sus funciones según una cadena de los familiares y amigos del joven, que circula en redes sociales para presionar al TSJ pese a que todo ocurrió en el ámbito de su vida privada y no en sus funciones u oficina.

 

Ya he externado mi opinión y recibido mi tunda por no acomodarme al pensamiento común. Creo que se trata de un pleito de borrachos en el que ambos perdieron por carecer de prudencia. El juez González Alegría porque pese a tener una carrera limpia sin escándalos de corrupción, hoy es sujeto del escarnio público, burlas y apodos. El joven Mayagoitia, porque deberá enfrentar un proceso penal que tiene muchas posibilidades de perder.

 

Pero al margen de la verdad histórica de los hechos ocurridos en el restaurante La Silla la noche del viernes, y de los juicios implacables e impecables de las redes sociales, el linchamiento mediático contra González Alegría es un indicador de cómo jueces y magistrados del Tribunal Superior de Justicia forman parte del encabronamiento colectivo que vivimos, ya que se trata de los funcionarios peor calificados sólo por detrás de los agentes de tránsito.

 

La gestión de Roberto Flores Toledano ha sido un fracaso en limpiar el Poder Judicial poblano. Pese a que Moreno Valle removió a la mitad de los magistrados que conformaban una mafia de cuello blanco, obligando a muchos de ellos a retirarse, esta coyuntura no fue aprovechada debido a que persisten los mismos vicios.

 

Por más aclimatado que ahora se encuentre en Puebla, Flores Toledano no deja de ser un fuereño, uno más de los que trajo Moreno Valle a gobernar la entidad sin conocimiento de causa. El indicador de la Encuesta Nacional de Victimización y Percepción sobre Seguridad Pública (Envipe) que año con año presenta el INEGI muestra su fracaso.

 

Los resultados desde 2011 se mueven en la misma línea: siete de cada 10 poblanos consideran corruptos a los jueces locales. De hecho, durante la gestión de Flores Toledano se distingue un deterioro: de ser percibida como la quinta institución más corrupta en 2012, pasó a ser la segunda en 2013 y ahí se mantiene hasta los resultados correspondientes en 2016.

 

Los jueces y magistrados locales del TSJ están sumamente desprestigiados y el caso de González Alegría destapó la cloaca del resentimiento contra ellos. La venta de la justicia y de los fallos es su gran lápida. Mucho cuidado para la próxima que quieran ligar en estado de ebriedad o presumir sus influencias. Les espera un linchamiento nivel ‘Juez Tacita’

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