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Miércoles, 23 Agosto 2017 22:18

Lo de El Cachetes es un mensaje mafioso. ¿De quién?

Lo de El Cachetes es un mensaje mafioso. ¿De quién? Escrito Por :   Arturo Rueda

Othón Muñoz Bravo colgó una selfie con el ex gobernador poblano durante la cabalgata en Tamaulipas, así como otros gráficos, en la que montado a caballo se encuentra cerca de él. Los morenovallistas argumentaron que una fotografía no incrimina a nadie, pues los políticos saludan a diario a cientos de personas y aceptan selfies con todos los que se lo piden.


Lo que el domingo a las 11 de la mañana era un triunfo más de la administración de Antonio Gali cuando confirmó en Twitter la detención de un importante capo huachicolero tras el operativo de la Marina en el fraccionamiento El Secreto, ayer por la mañana tomó un sabor amargo con la publicación en la portada de Reforma de las fotografías de Rafael Moreno Valle y Othón Muñoz ‘El Cachetes’ en la cabalgata del 13 de febrero en Tamaulipas.

 

La selfie, tomada en el primer acto de campaña presidencial luego de dejar la gubernatura, lucía a primera hora de la mañana como una bomba de racimo, pero conforme avanzó el día la información se diluyó y, además de Reforma, solamente los portales de Sin Embargo, Proceso y algunos medios poblanos hablaban de los vínculos huachicoleros. Por la noche, el war room festejaba que la fotografía no había provocado un daño letal, dado que el golpe fue amortiguado por las revelaciones de El Universal sobre la riqueza patrimonial de la familia política de Ricardo Anaya.

 

El operativo de la Marina tomó por sorpresa al gobierno estatal que no fue informado ni del objetivo. Los marinos ingresaron al fraccionamiento El Secreto por ahí de la una de la mañana y procedieron a asegurar a Othón Muñoz quien incluso trató de escapar por una ventana y se produjo lesiones en la cara. Los elementos de la Fiscalía llegaron al Secreto después de las 8 de la mañana, y ahí, tras varias horas de espera, sorpresivamente los marinos no se lo llevaron a la delegación de PGR, ni lo presentaron ante un juez federal de control, sino que lo entregaron a los muchachos de Carrancá.

 

¿Ese era el mensaje? ¿Capturarlo y luego entregárselo a Carrancá para que se hiciera bolas? ¿Por eso tardó tanto la Fiscalía en definir qué delitos le iba a imputar? ¿Por qué le dan prisión provisional por armas y drogas, no por huachicol, pese a que nos los habían vendido como un capo del huachicol, cercano a ‘El Toñín’ y ‘El Bukanas’?

 

¿Y el mensaje de dónde viene entonces?

 

¿De Los Pinos, de Segob, de la oficina de algún importante empresario vinculado a la política?

 

¿Por qué si el operativo fue de la Marina, ‘El Cachetes’ no amaneció en un penal federal como le ocurrió a Pablo Morales Ugalde?

 

¿Por qué no hubo visita al ministerio público federal? ¿Cómo un juez local va a declararlo sujeto a proceso si los delitos en cuestión son de orden federal?

 

¿Qué se pide a cambio de todo esto, o de plano no se pide nada?

 

Más que la cercanía con el propio Moreno Valle, todo mundo sabe que ‘El Cachetes’ es amigo personalísimo y socio de su primo, Sergio Moreno Valle, quien lo conoció en su papel de notario público y se encargó de escriturarle el alud de bienes inmuebles que adquirió en un lapso relativamente corto de cuatro años. Fue Sergio Moreno Valle quien lo llevó a la cabalgata a Tamaulipas, pues Othón ofreció prestar por lo menos una veintena de caballos que tiene en su rancho de Las Haras.

 

Lo que nadie esperaba era la fotografía, menos quien es extremadamente cuidadoso como el ex gobernador poblano con los invitados a sus convocatorias. No en balde, en más de 18 años de carrera política, pocos escándalos lo han tocado directamente.

 

Pero ahora la bala le pegó de frente: Othón Muñoz Bravo colgó una selfie con el ex gobernador poblano durante la cabalgata en Tamaulipas, así como otros gráficos, en la que montado a caballo se encuentra cerca de él. Los morenovallistas argumentaron que una fotografía no incrimina a nadie, pues los políticos saludan a diario a cientos de personas y aceptan selfies con todos los que se lo piden.

 

Podrían tener razón. El problema es que no sólo se trata de la selfie entre ‘El Cachetes’ y Moreno Valle, sino que la fotografía termina de construir una narrativa de confirmación de la vinculación entre huachicoleros y funcionarios morenovallistas de primer nivel que toleraron el robo de combustible e incluso lo protegieron desde la Secretaría de Seguridad Pública con Facundo Rosas y sus subalternos, dos de ellos detenidos por militares cuando custodiaban un convoy de huachicol.

 

Una narrativa, además, que se sostiene en las cifras del crecimiento exponencial de las tomas clandestinas año con año del sexenio morenovallista, y que según ellos, no podía hacerse nada porque se trataba de un delito federal.

 

La fotografía por sí misma no significa nada, pero en el contexto anterior, es la confirmación que esperaba la sociedad de una abierta confabulación entre morenovallistas y huachicoleros, donde en el anterior sexenio se toleró el robo de ductos hasta que llegó Gali a poner en orden a los cárteles regionales.

 

La narrativa que da esta fotografía no afecta la candidatura presidencial de Moreno Valle, de la que de por sí se encontraba muy lejos. Afecta la postulación de Martha Erika como aspirante a la gubernatura, quien se ve debilitada como consecuencia del debilitamiento de su marido.

 

 

Los analistas deben anotar el día 23 de agosto en el que el apellido Moreno Valle dejó de ser un activo para convertirse en un pasivo. 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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