Viernes, 19 de Abril del 2024
Miércoles, 04 Octubre 2017 16:54

El miedo a que la reconstrucción esté en manos de Lastiri

El miedo a que la reconstrucción esté en manos de Lastiri Escrito Por :   Arturo Rueda

Ese escepticismo bien fundado llevó al gobernador Gali a designar a Eugenio Mora Salgado como Comisionado Estatal para la Reconstrucción a fin de que funcione como acicate de Juan Carlos Lastiri. El compromiso en viviendas es tremendo y urge apresurar los trabajos una vez que los damnificados ya dijeron que seguirán durmiendo a la intemperie


En el gobierno estatal hay mucho escepticismo por el papel que jugará Juan Carlos Lastiri en la complicadísima fase de reconstrucción que se avecina en Puebla y abarcará 122 municipios en una amplísima porción de territorio que incluye la Mixteca, la zona de Izúcar, el Valle de Atlixco y Puebla capital.

 

No se trata solamente de la afición por los dineros que tiene el subsecretario, así como la vocación terrateniente que demostró en Lomas de Angelópolis junto a su hermano. Tampoco se trata de sus aspiraciones para convertirse gobernador por el PRI y de cómo podría aprovechar la designación que le dio Peña Nieto al nombrarlo representante del Gobierno federal.

 

El escepticismo surge por la probada ineficiencia de la Sedatu para cumplir sus compromisos con los damnificados. No hace falta hacer mucha historia. Basta recordar que a más de un año de la devastación que provocó Earl en Huauchinango, la dependencia todavía no puede entregar 90 casas en ese municipio, la parte que le tocaba cubrir a la Federación por ese desastre natural.

 

Si Lastiri en un año no ha podido cumplir con la entrega de 90 casas, ¿cuánto tiempo va a requerir la emergencia del sismo que incluye casi cuatro mil viviendas en pérdida total y otras nueve mil con daños parciales? ¿Va a necesitar meses, años o décadas? No hablamos de un problema de grilla, sino de eficiencia. Gali no puede darse el lujo de perder tiempo.

 

El alcalde de Huauchinango es quien más ha sufrido la probada ineficiencia de Juan Carlos Lastiri y del delegado local Juan Manuel López Arroyo que parece haber llegado a empeorar al terrible Román Lazcano.

 

"La parte federal, el cien por ciento de la parte federal falta. Nos hace falta entregar cerca de 90 viviendas que corresponden al Gobierno federal, aún sigue eso pendiente. La gente está desesperada y sí hay molestia, hubo un compromiso por parte de la secretaria Robles y de Lastiri para que esos temas se atendieran y no se han visto", acusó ayer tras acudir a la toma de protesta de Alfonso Esparza por su segundo periodo como rector.

 

Ese escepticismo bien fundado llevó al gobernador Gali a designar a Eugenio Mora Salgado como Comisionado Estatal para la Reconstrucción a fin de que funcione como acicate de Juan Carlos Lastiri. El compromiso en viviendas es tremendo y urge apresurar los trabajos una vez que los damnificados ya dijeron que seguirán durmiendo a la intemperie de ser necesario para continuar vigilando los pocos bienes que salvaron.

 

Mora Salgado tiene una confianza bien ganada porque colaboró con Gali en el Ayuntamiento en tareas específicas más allá de sus responsabilidades en Desarrollo Urbano y luego la Contraloría. Hasta antier era Director General de ISSSTEP, hoy tendrá una responsabilidad brutal sobre los hombres: coordinar el proceso de reconstrucción y atarle las manos a Lastiri para que cumpla y no haga chingaderas.

 

**** Me dueles España

 

El matrimonio hace tiempo que va mal.

 

Ella tiene tiempo pensando en separarse, pero duda porque no sabe qué es lo mejor para su futuro.

 

Él dice que no, que bajo ninguna circunstancia la va a dejar ir.

 

Así pasan días, semanas, meses, quizá años.

 

No es un matrimonio en el infierno. Tampoco felicidad.

 

Un buen día, ella le dice a él que se acabó.

 

Que se va. Que no hay Dios padre que los mantenga unidos y hará todo lo necesario por romper su vínculo.

 

Él, iracundo por una decisión autónoma de la otra persona, incapaz de convencerla de quedarse, decide molerla a palos.

 

Todo el vecindario se entera de la golpiza.

 

Muchos se solidarizan con ella, otros con él.

 

Es que a nadie le conviene la ruptura, dicen casi todos.

 

Esta no es la historia de un feminicidio, aunque parece caso de violencia de género.

 

Es una analogía que reduce a la autodeterminación del pueblo catalán, un complejo problema histórico ahora agravado a su punto máximo.

 

Es la historia de una nación, Catalunya, que ya no quiere seguir unida en matrimonio a España.

 

Un matrimonio en el que ella ya no es feliz, pero él no quiere darle su libertad y su forma de reivindicar su unión es molerla a palos.

 

España le dice a Catalunya quédate, estás obligada a quedarte, mientras le sigue acomodando zapes.

 

Cualquiera con un poco de dignidad se iría.

 

No soportaría insultos, vejaciones, palos.

 

¿Entonces por qué queremos que Catalunya siga unida a España?

 

¿Cómo le explicamos que le va a ir bien?

 

Ay qué dolor España mía.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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