Viernes, 19 de Abril del 2024
Miércoles, 18 Enero 2017 02:58

Los culiempinados dirigentes del PRI

Los culiempinados dirigentes del PRI Escrito Por :   Arturo Rueda

Culiempinado, Estefan Chidiac dijo eso en la inauguración del edificio que alberga el campus regional de la BUAP en la zona de Izúcar. Ante la mirada de propios y extraños, el primacho no tuvo dudas en lanzar las flores cuando apenas hace unos meses aventaba lodo. El propio Moreno Valle mostró un rostro de incredulidad, ya que recordó cuando lo llamó “ilustre oaxaqueño”.


Entre los principales cuadros del tricolor poblano, aquellos que suspiran por la gubernatura o alguna de las principales posiciones que se rifarán en 2018, crece el consenso de la imposibilidad de Jorge Estefan Chidiac para continuar en la dirigencia del partido a partir del 1 de febrero, fecha en que su primacho Antonio Gali Fayad asumirá la gubernatura.

 

¿Puede el principal partido de oposición ser dirigido por el concuño del gobernador en turno? Sí se cree en las relaciones políticas promiscuas, por supuesto. Pero en un esquema de un partido necesitado de posicionarse, que vive una agonía electoral sin precedentes y que en 2018 puede sumar su tercera derrota consecutiva en la batalla por la gubernatura, es evidente que no. Este reclamo de muchos priistas poblanos, sin embargo, todavía no encuentra eco en la dirigencia nacional de Enrique Ochoa Reza.

 

Por supuesto, desde ambos lados de la cuerda se insiste en que las heridas que abrió la batalla electoral por Casa Puebla en 2016 no han cerrado, ni cerrarán. Es decir, que entre Estefan y su primacho continúa imperando la sana distancia familiar que detonó cuando se acusó —falsamente— a Eddy Gali López de lavar dinero y dedicarse a actividades poco honorables tanto en México como en Panamá. El agravio de la familia Gali López no ha sido lavado, dicen.

 

Prueba de esa sana distancia, afirman, es que Jorge y Astrid no fueron invitados a la boda de Eddy Gali en octubre del año pasado. Que en las fiestas navideñas los Estefan no acudieron a la reunión familiar y que en Año Nuevo los Gali se fueron a su departamento en Acapulco y los Estefan a Miami. Circulan además, historias no verificadas de supuestos encontronazos en el campo de golf de La Vista, cuando el menor de los vástagos a punto estuvo de golpear a su tío tras reclamarle la ola de difamaciones que sufrió.

 

Pero los peces gordos del PRI, entre los que se encuentran Doger, Lastiri, Deloya, no se tragan el cuento de la sana distancia entre Estefan y su primacho. Tan simple como que duele más el cuero que la camisa, y al final entre ambos no existe una relación política, sino familiar, lo que va a terminar condicionado el papel del PRI como partido de oposición, así como sus esfuerzos para recuperar el poder en 2018.

 

Estos peces gordos, que desean la dirigencia del PRI para algunos de sus operadores deberían entender que para que sus liderazgos sean tapetes del morenovallismo no es necesaria la relación familiar o la existencia de un concuñato. Con revisar las declaraciones de las últimas semanas basta para evidenciar el estado de entreguismo que ha vivido el tricolor.

 

A la hora de los elogios, el primero en abrir fuego fue el amigo de Peña y líder municipal tricolor, Pepe Chedraui Budib, quien en estado de éxtasis durante la inauguración en obra gris del Parque Puebla, el centro comercial del que es socio junto con grupo Danhos, se aventó la puntada de pedirle a todos los poblanos agradecerle a Moreno Valle… ¡Por sus obras!

 

Tal acto de zalamería inaudita le ganó el reclamo de su compañero Iván Galindo, pero Chedraui Budib, fiel a su estilo de mirrey, atacó al coordinador de regidores con todo el clasismo del mundo, acusándolo de envidioso de su riqueza, de su sociedad con el grupo Danhos, sin atender el fondo: el tapete del líder del PRI al gobernador que los ha masacrado electoralmente.

 

Pero el Síndrome de Estocolmo que afecta a varios priistas poblanos no encuentra a su última víctima en Pepe Chedraui, sino en Jorge Estefan Chidiac, quien luego de embestir una y mil veces al gobernador durante la campaña electoral, a quien acusó de delincuente de cuello blanco y autoritario, ahora lo califica de “gobernante sensible”.

 

Culiempinado, Estefan Chidiac dijo eso en la inauguración del edificio que alberga el campus regional de la BUAP en la zona de Izúcar. Ante la mirada de propios y extraños, el primacho no tuvo dudas en lanzar las flores cuando apenas hace unos meses aventaba lodo. El propio Moreno Valle mostró un rostro de incredulidad, ya que recordó cuando lo llamó “ilustre oaxaqueño”.

 

 

¿Cuánto tiempo se sostendrán en la dirigencia estatal y municipal los culiempinados? No se sabe, puesto que es evidente que la Federación tiene como interés máximo que el PRI poblano siga postrado. Así que no es necesario que un concuño llegue a gobernador para colocarse en situación de trasero al aire y en elevación de noventa grados. 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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