Vendedores de Bonice sacaron el producto de sus carritos para llenarlos de víveres que pidieron de casa en casa con la única intención de ayudar a los damnificados de las comunidades de Atlixco.
"Hoy lo que importan son ellos, nosotros ya Dios Dirá" dijo uno de los vendedores mientras sonaba sus campanitas. Esta vez no vendían nada, pedían apoyo.
Don Alex, como le dicen sus trabajadores, dice que sus principales compradores son los niños y este sismo precisamente les pegó más a ellos, a los pequeños que salen de las escuelas por una golosina fría.
Once personas salieron a las calles con el firme propósito de pedir apoyo. Hicieron sus pancartas y pasaban de tienda en tienda, de casa en casa. Por hoy no llevarán el salario a sus casas, pero sí llevarán ayuda a los centros de acopio.
"Ninguna ayuda es poco ni mucho, la ayuda es ayuda" con lágrimas en los ojos menciona una de las vendedoras.
Para los 11 trabajadores el no laborar es no recibir 300, 350 pesos, pero en esta ocasión lo vale porque va destinado al apoyo de las personas que lo perdieron todo de un día para otro.
"Jamás habíamos visto algo así en Atlixco por eso salimos a las calles a pedir apoyo, nosotros que andamos en las calles es muy triste ver en lo que se ha convertido la ciudad" dijo don Sergio.
Después de haber recolectado papel higiénico, cloro, comida enlatada, los 11 caminaron con rumbo hacia el centro de acopio, hoy instalado en el bulevar Ferrocarriles.