Cuarenta días después del sismo, los ex conventos de Tochimilco y Huaquechula –que registran cada año un aumento en el número de visitantes en la temporada de Todos Santos– se encuentran totalmente abandonados y las autoridades no tienen fecha para iniciar la reconstrucción tras los daños que sufrieron por el temblor de 7.1 grados del 19 de septiembre.

En el caso de Huaquechula –construido a mediados del siglo XV– presenta afectaciones graves en la cúpula, el campanario y la bóveda frontal. Hace unos días autoridades municipales ventilaron que tan sólo para el apuntalamiento se requiere de una inversión de 300 mil pesos sin embargo, a la fecha no ha iniciado ni el retiro de los escombros. 

El alcalde Edwin Mora Caballero sólo se limitó a informar que está gestionando recursos para la reconstrucción del templo. No obstante, los lugareños aseguran que el presidente está más dedicado en sus aspiraciones políticas por una diputación, en vez de atender las necesidades del municipio. 

El ex convento de Huaquechula fue declarado patrimonio mundial por la Unesco en 1994, es una de las 12 iglesias de esta localidad que se destruyeron tras el sismo y hasta el año pasado, era el lugar favorito de los turistas para tomar fotografías.  

Ex convento franciscano en Tochimilco también está cerrado 

El ex convento franciscano de Santa María de la Asunción que data del siglo XVI ubicado en Tochimilco, también acumula grietas en la torre y en el 50 por ciento del inmueble. Se trata de uno de los templos de la región más visitados en Todos Santos y hasta ahora permanece cerrado, de igual forma los escombros no han sido recogidos. 

La alcaldesa Albertana Calyeca mencionó que su prioridad es apoyar en la recuperación de viviendas pues –agregó– hay juntas auxiliares en donde el 90 por ciento de éstas fueron pérdida total como es el caso de Alpanocan. 

Comentó que va a esperar, ya que su Ayuntamiento no tiene recursos para invertir en la reconstrucción de uno de los principales atractivos arquitectónicos de Tochimilco. 

Mencionó que existen más de dos mil casas destruidas y cuatro mil personas damnificadas, por ese motivo es prioridad la reedificación de las viviendas y en segundo plano se quedan los inmuebles religiosos.