Pixee Fox es adicta a las cirugías plásticas y ha gastado una fortuna para parecerse a los personajes más emblemáticos de Disney.
Una de sus intervenciones quirúrgicas consistió en quitarse seis costillas para lucir una diminuta cintura.
Aunque es sueca, se trasladó a Estados Unidos para poder operarse más fácil y conseguir sus objetivos.
La modelo ha llegado a retocarse incluso hasta los ojos, para que se vean más parecidos a los de las famosas chicas Disney.
Lleva más de 570.000 euros gastados en este tipo de procedimientos incluyendo una reparación de la mandíbula, labioplastia, cuatro aumentos de pecho, liposucciones, levantamiento de cejas, entre otros.